⚠️ADVERTENCIA DE CONTENIDO: ANSIEDAD⚠️
Sunoo
Mi fiesta estaba siendo todo un éxito. Mis amigos más cercanos se habían quedado a dormir la noche anterior para poder ayudarme a acomodar todo, y mis padres junto con mi hermana mayor, salieron de la casa para darme mi espacio.
Todo estaba yendo tan pero tan bien, que pensé que nada podía pasar que lo hiciera mejor. Pero sí sucedió algo que mejoró muchísimo mi día: Park Sunghoon llegó a mi fiesta.Ni en el sueño más loco pensé que realmente iba a llegar, pero lo invité porque en serio quería que asistiera. Y así fue.
Llegó a mi fiesta luciendo encantador: le sentaba muy bien el verde de su camisa. Quería decírselo, pero me puse algo nervioso, así que sólo le di una bienvenida común y corriente.
En realidad, no esperaba que todo el salón llegara a la fiesta, pero así fue. Era la primera vez que todos mis invitados llegaban, sin faltar ni uno solo. Estaba feliz.
Me paseaba de aquí a allá, platicando con todos mis invitados. Los de la cocina tenían música mientras bebían el ponche de frutas, y los de la mesa de billar reían y gritaban a causa del competitivo ambiente; había algunos de mis compañeros viendo películas de terror el la sala de estar: Sunghoon estaba ahí, sentado en un rincón, abrazando una almohada. Era muy tímido... muy callado. Decidí llevarle un vaso con ponche, el cual aceptó con una linda sonrisa.
En serio quería ir a hablarle... ¿pero de qué? Mi mente estaba en blanco. Di varias vueltas hasta que me armé de valor para hablarle, pero justo cuando me iba a acercar a Sunghoon, el timbre sonó y sonó, y tuve que recibir a esos últimos invitados también.
Por fin, las cosas se habían calmado un poco: ahora sí era mi oportunidad para acercarme a él, pero... ¿adónde iba?
Sunghoon se levantó con apuro y salió a prisa de la casa, empujando a algunos que se cruzaron en su camino. ¿Qué le había pasado? Alguna llamada importante, o tal vez ya habían llegado a recogerlo...
Decidí seguirlo discretamente, y me llevé una gran sorpresa.
–Hyung... ¿estás bien? –cerré la puerta detrás de mí y me acerqué un poco a él.
Estaba caminando de un lado a otro, con los ojos llenos de lágrimas. Miraba al cielo mientras respiraba con dificultad por la nariz exhalando aire entre cortado. Dos lágrimas brotaron de sus ojos cuando estos me vieron. Sunghoon me hizo señas para que me fuera. Yo me acerqué un poquito más.
¿Podría ser...?
–No es nada –habló en casi un susurro–, en serio, vuelve adentro... estoy... estoy...
–Tranquilo, Hyung –toqué su hombro muy despacio. Su cuerpo se relajó al instante ante mi tacto–. Estoy aquí para ayudarte: ¿cómo lo hago? –hablé con voz suave.
–No lo sé, sólo... sólo... –volvió a mirar al cielo. Ahora lloraba, y mi corazón dolió.
–Tranquilo, respira –tomé su mano mientras acariciaba su espalda–. Inhala despacio, detén el aire, y sácalo suavemente. Muy bien, otra vez... –Sunghoon acató mis órdenes lo mejor que pudo. Poco a poco su respiración se fue calmando, y las lágrimas de sus ojos cesaron.
Pasó un rato hasta que pudo calmar su respiración. En eso, bajó la mirada y soltó mi mano.
–Gracias... –susurró.
–¿Estás mejor? –mi mano seguía acariciando su espalda. Él asintió–. Muy bien –sonreí–. ¿Quieres... uhm...? Bueno, te doy tres opciones: hablar de lo que sientes, una distracción, o tiempo a solas. ¿Qué sueles hacer en estos momentos?
Sunghoon me miró bastante sorprendido. Parpadeó un par de veces y sorbió su nariz. –Bueno... distraerme me ayuda bastante... –dijo en voz baja.
–Bien... ¿quieres ir a caminar? Esta calle es muy bonita.
–Pero... la fiesta. Deberías ir adentro, no te preocupes por mí.
–Oh, estarán bien sin mí por un rato. Vamos –le di un empujón y comenzamos a caminar. Al principio no sabía qué decir. Sunghoon se veía muy cohibido aún–. Oye... si quieres llorar, o hablar, o... ¿gritar? –reí un poco–. Sólo hazlo. Puedes hacerlo con confianza –lo animé.
–No... –volvió a sorber su nariz, y vi cómo talló sus ojos–, digo, gracias. Ya estoy bien –suspiró cerrando sus ojos–. La verdad hace mucho no me pasaba esto.
–¿Ya te había pasando antes? –asintió apenado–. Bueno, lo manejaste muy bien. ¡Felicidades!
Sunghoon sonrió. Como sus ojos eran pequeños, desaparecieron por un momento, y lamió sus labios después de sonreír.
–Me... diagnosticaron a temprana edad –lo miré atento–. Ansiedad. Bueno, ansiedad social. Tenía... ¿ocho? ¿O tal vez diez? Ya no recuerdo. Pero bueno, nunca he sido bueno con las multitudes.
–Hyung... de haberlo sabido yo no te hubiera invitado...
–Oh, no es por eso, tranquilo. Yo decidí venir, y la estaba pasando bien, pero... no sé qué pasó. En serio, no lo sé...
–A veces vuelven esas emociones sin un detonante, ¿cierto? Aparecen de la nada. Como las palomitas... –Sunghoon resopló por la nariz como riéndose, y después regresamos a ese silencio mientras caminábamos.
Algo que me consoló es que Sunghoon se veía más tranquilo: su piel brillaba, y su entrecejo estaba relajado. Su mirada estaba más enfocada en su lado derecho, el lado opuesto hacia mí, pero sus ojos curiosos a veces me miraban de reojo.
–Gracias por invitarme –soltó después de unos minutos de silencio. Yo me sorprendí bastante, y reí.
–Gracias por venir. ¿Te gustó el ponche?
–Sí... estaba rico –volvió a sonreír.
Tiene tan lindos labios...
–Tienes... tan..., digo, ¿quieres ir a casa ya? Lo mejor será que vayas a descansar –no pude completar lo que quería decir en realidad.
Sunghoon se detuvo y asintió mirando al piso.
–Sí... –nuestros pasos se detuvieron en seco.
Sunghoon levantó su rostro para posar su mirada en la mía. Ambos nos encogimos de hombros cuando sentimos una ráfaga de viento azotar contra nosotros, revolviendo nuestro cabello y haciéndonos reír.
–Gracias por invitarme –Sunghoon rompió el silencio, y se acercó un paso o dos hacia mí–, y... en verdad perdóname por... esto. Por lo que hice. No quise interrumpir tu fiesta ni nada, en verdad...
–Ya, ya –me acerqué a él, chocando accidentalmente nuestras rodillas–, no tienes porqué disculparte por esto. No es tu culpa, ¿sí? –lo miré a los ojos, y él desvió la mirada con un leve sonrojo en los pómulos–. Bueeeeeeno, –di unos pasitos hacia atrás–, tengo que volver... nos vemos el Lunes en la escuela.
–Ah... sí... adiós.
–Adiós.
Sunghoon se dio la vuelta y se fue. Al contrario de mí, que voltée a verlo más de tres veces mientras regresaba a mi casa, él se encaminó sin mirar atrás. Ni una sóla vez.
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capítulo cortito jejeje... <3

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Sunny Side Down (SunSun)
FanfictionKim Sunoo: siempre tan perfecto, siempre tan tierno, siempre tan inocente. Me creé esa imagen tan brillante y pura de él. Pero tenerlo de frente ahora, piel con piel, encerrados a oscuras en el cuarto del conserje, me hace darme cuenta de que todo l...