Michell Blackburn
- No olvides estar tranquila, los citadinos suelen ser intensos.- Hablo con mi hermano mayor; Ernest; por llamada. Somos muy cercanos, o eramos, ahora que viviré aquí con mi madre no lo veré seguido.- Ahora te dejo dormir tranquila, mañana será tu día.
- Bye, Earny.- Me despido antes de que mi madre me descubra.- Descansa.
- Adiós, mi niña.- Lo escucho colgar y alejo mi teléfono de mi oído.
Mamá se ha esforzado mucho por estar devuelta con nosotras, compro una hermosa casa y la modificó para que estemos cómodas, mi habitación está bastante completa, solo falta la decoración pero es lo de menos.
Ha sido difícil adaptarme a sus reglas, ya que he vivido mucho con mis abuelos, Abbygail y yo somos muy distintas pero nos adaptamos una a la otra. Por otro lado está Ernest.
Él siempre ha sido distante con la familia, excepto por mi abuelo y yo. Ernest trabaja en cosas ilegales que no me gusta recordar de él y por eso mamá no lo quiere cerca de nosotras. Es su hijo, lo sé, pero cuando cumplió veinte años, empezó a ser más distante, llegaba tarde, borracho y violento, mas de una vez papá lo había golpeado por su comportamiento.
Tiempo después, se juntaba con malas personas en malos lugares. A pesar de el rechazo de mis padres y Abby (con quién se lleva 3 años de diferencia), Ernest me amaba mucho y me cuidaba mas que a él mismo. Y yo a él.
Un día decidí seguirlo, sabía que lo que hacía era peligroso para una pequeña escuálida como yo, solo tenia 6 años desde que soportaba las discusiones entre mi padre y mi hermano mayor. Pero con 11 años, me armé de valor y averiguar de una vez por todas que era tan malo.
Cosa que no debí hacer...
Ernest salió a las 07:37, esperé a que saliera para seguirlo con sutileza. Se aleja más y yo arranco a perseguirlo muy sigilosamente.
Mamá y papá estaban trabajando a esta hora del día, mi abuela dormida y enferma, mi abuelo haciendo las compras y Abbygail con la abuela. Un momento perfecto para salir de casa sin permiso.
Lo veo detenerse en una esquina solitaria y oscura. Saca su teléfono móvil y marca un número.
Observo escondida detrás de un auto negro y pongo atención a cada procedimiento de mi misterioso hermano mayor. Sabía que lo que hacía era algo malo, pero no sabía que era lo que hacía, y por eso decidí responder mis dudas por mis propios métodos.
- ¿Ya vienen?.- Habla mi hermano por el celular.- No me iré, tranquilos.- Garantiza al personaje del otro lado de la llamada y cuelga. Una camioneta gris se estaciona frente a él y salen tres hombres grandes e intimidantes. Uno abre la puerta del auto y sale una chica con traje blanco, lentes y una alta coleta. Se da un apretón de manos y Ernest cede el paso a la joven. Un tipo que parece ser un guardaespaldas, abre el maletero del auto y saca dos cajas selladas con lo que parece un envoltorio negro.
Entran a un callejón y yo no dudo en seguirlos. Me oculto tras un container de basura. No quiero arriesgarme a mirar y ser descubierta, así que me conformo con oír.
- No tengo mucho tiempo.- Habla la chica con una voz muy seria y elegante.- Emiliano,- Ordena.- Dale los paquetes.- Ella chasquea los dedos y al parecer, Emiliano es el que tenía las cajas negras. Me asomo para ver si abren las cajas y saber de una vez que es.
Un chillido sale de mi ruidosa boca al sentir algo mojado caer sobre mi cabeza. Me cubro la boca rápidamente y mi corazón se comienza a alterar tan solo de pensar que me harán si me encuentran.
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Cadena De Jóvenes Líos
Teen FictionTodos hemos sido, somos o seremos jóvenes, con distintos problemas de distinto nivel, acompaña a un grupo de normales, difíciles, curiosos jóvenes. No prometen una solución, prometen una evolución. Integrándose unos con otros, descubrirán que las ap...