La semana fue tan complicada al inicio pero soy feliz, y siento como si hubiese tenido un buen sueño durante una semana entera, siento como si esto fuera la mejor de las cosas que he soñado dormida pero estando despierta.
Amo cada parte de esa escuela y aunque es pequeña supera mis expectativas, llena cada hueco de lo que me hizo el bulliyng algún día, me hace sentir muy libre apesar de que estamos a puerta cerrada por la contingencia, se siente el aire, el frío, el calor, cada temperatura en su máximo resplandor, se siente libre conocer gente nueva, se siente libre ver qué todos siguen siendo tus amigos apesar de no estar muy cerca de ti o no estar en tu salón, se siente genial una hora libre haciendo cualquier cosa, como explorar lugares secretos, aunque sinceramente no hay muchos por la pequeñes de la escuela, soy feliz, más feliz de lo pensé que me haría asistir a clases.
Soñé 3 años con estar en ese lugar, lloré y me frustré pensando que sí llegaría o que no llegaría, quise imaginar cómo sería pero nada, absolutamente fue tan mágico como lo que he sentido, disfruté cada clase, aunque debo admitir que la primera hora no supé ni como acomodarme en la silla o dónde poner mi mochila para no verme rara. Disfruté cada risa y broma entre mis amigos y amigas, disfruté las troleadas entre todos, disfruté más de lo que creí reír con personas fijamente, disfruté conocer personalidades distintas a mí, cada una con cualidades mágicas, disfruté mirar distintas personas, ver distintas caras, ver distintos gestos, escuchar distintos chistes, escuchar distintas voces, disfruté jugar básquetbol con personas desconocidas, disfruté salir a llenar mi cuerpo de calor 10 mints entre cada clase, disfruté aquel frío entrando en la ventana, disfruté las miradas incómodas entre la neni y yo, disfruté cada momento, amé el gimnasio y puedo presentir en algo muy profundo que ese lugar se llevará parte de mis buenos recuerdos en esa escuela, como mágicos momentos y mágicos recuerdos. Es cuestión de que la vida siga sorprendiendome, nunca valoré tanto el esfuerzo que hecho hasta ahora, jamás agradecí tanto por inculcarme siempre ser mejor y estar en un mejor lugar, jamás pensé que exigirme tanto podría darme tantas sorpresas, valió la pena cada minuto de sueño perdido, valió la pena cada hora más sin dormir por estudiar, valió la pena llorar y sentir que no llegaba a la meta, valió la pena siempre competir conmigo y mi mente por un poco más de sabiduría. He sido feliz y no tengo más palabras para decirlo más que lo infinito que fue sentir todo eso.
