Una ultima mirada

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Estaban todos reunidos en el patio. Harry Potter estaba en los brazos de Hagrid, 'muerto' según Voldemort.

Ahora Draco estaba entre la espada y la pared. Hacer caso a su padre, quien insistía en que fuese al lado de los mortifagos, o quedarse en el lado de los buenos.

Pero... ¿Por qué se quedaría en el lado de los buenos? Allí nadie lo quería. Bueno, estaba Sirius, pero no se hablaba mucho con él.

-Draco...-Esta vez fue su madre quien lo llamó. ¿Como negarle a ella?

Miro a Sirius, veía en su mirada que se quedase con el, pero también vio a Fred. Lo vio a los ojos y Fred también  lo veía a los ojos.

Fred intentaba hacerle entender a Draco con su mirada que se arrepentía y quería que se quedase con el, pero al parecer, el segundo llamado de Narcissa hacia Draco hizo que el rubio apartarse la mirada y empezase a caminar hacia sus padres.

Después de unos minutos todo lo que pasó era muy confuso. Harry saltó de los brazos de Hagrid sorprendiendo a todos y luego, todo fue un caos.

Hechizos iban y venían. Las personas empezaban a fallar y empezaban a haber muertos.

En las mazmorras del colegio, Draco luchaba contra un mortífago, pero él dra más fuerte y sabía que no duraría mucho.

Cuando sintió que el mortífago le quitaba la varita, supo que estaba muerto.

Logro escuchar un grito. Un grito de la persona que amaba hizo que parase y lo mirase. Fred estaba allí, siendo arrastrado por su hermano gemelo y la pequeña de los weasley. El quería ir hacia su rubio, pero los dos pelirrojos no lo dejaban.
Entonce lo vió en su cara. Vio aquella mueca que hizo, al igual que los otros dos Weasley, pues en ese momento sintió como algo muy fuerte que lo empujó. Lo sabia. El añada lo había alcanzado.

Solo pudo sonreírle al Weasley y pronunció, con sus últimas fuerza un 'te amor tan débil que a Fred le costó oírlo pero lo hizo y eso fue lo que necesito para dejar de luchar y correr hacia el cuerpo sin vida del que una vez amó

Fred lloraba. Lloraba por no haber sido tan bueno con el y tambien por dejarle ir tan fácilmente.

El pudo sentir como abandonaba su cuerpo. Ya no sufriría más, pero ver llorar a su pelirrojo favorito lo hizo llorar. Sentirse inquieto por no haber hecho nada para evitar ese avada, pero alguien debía arriesgarse para salvarlos.

Se hacercó a Fred. Sabía que el no podría ni verlo, ni tocarlo, pero tal vez si lo sentía, entonces se agacho para estar a su altura y lo miro.

-Siempre supe que alguno de los debía de morir.-Dijo y Fred levanto la mirada hacia donde lo escucho.-No me arrepiento de nada y espero que tu tampoco.-Volvió a decir y noto que esga llorando. Respiro fuerte.-¿Aún me amas?-Hizo la pregunta.

Fred solo miro al frente y sonrió, aun con lágrimas brotando de sus ojos.

-Siempre.-Sonrió Fred.

Draco también sonrió. Toco su frente y luego sus mejillas.

-Unas cartas te esperan. Puedes encontrarlas en mi habitación. Son todas tuyas.-Dijo seguro.-Solo espero que sigas tus sueños, crezcas y tengas una familia. Te lo pido.-Draco se levanto. Y Fred sintió  frio al no sentir el contacto de su amado. Las lágrimas no tardaron en salir.-Ahora debo de irme, pero estoy seguro de que prometemos mi promesa. Te quiero Fred.-Y con eso, Draco por fin pudo irse y descansar de tanto dolor.

Fred sabía que la última vez que se vieron, en sus ojos había amor. Y también sabia que las cosas sucedían por algo.

-Espero encontrarte en otra vida, querida Serpiente.-Murmuró Fred y se levanto para ir con su familia.

Era hora de empezar una vida. Aunque su corazón siempre pertenecerá a su único y primer amor. A su hermosa Serpiente.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora