XX

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Buenos días,
días fríos,
consolados con el calor de tus manos entrelazadas con las mías.
Abrazos eternos y miradas que alivian la turbulencia de nuestro sistema.
Los días,la horas y los minutos se marchitan sin tu presencia,
reviven con el rocio de un simple encuentro de almas unidas pero distanciadas en materia.
Las hojas derramaban lágrimas, celosas de lo que sentía,
todo se quedaba en mi mente,
no lograba explicarles que las palabras y el sentido que tenían me abandonaron en un limbo,
Un limbo que tenía de secuaz a la rutina, para abandonarme en un mar sin latitudes, fronteras, ni tierra a la vista, hasta ser consumido en aquellas aguas, donde sólo distinguía obscuridad.
En el amplio y obscuro océano, pude notar en la lejanía, un portal, este traía en sí, un rumbo al fin, en conjunto con una distinta perspectiva, al cruzarlo, logre darme cuenta que había algo por lo cual luchar, siempre lo hubo, en medio de un campo de variadas y exóticas flores se encontraba una silueta que me daba cierta paz, un rostro conocido.
Aquel terreno la hacía más distante al acercarme.
Un mal sueño,
De esos que te acercan a una probable realidad y te quita el aliento por unos segundos.

Bitácora de un Oscuro pensar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora