EL MEDICAMENTO SE LLAMA: AMOR

CAPITULO 3

—Antes de que se maten, Yoongi hyung, ¿podrías presentarla?

El comentario del líder del grupo no iba al caso, aunque el pobre solo trataba de cambiar de tema para que nadie terminara muerto.

—El que muestra el hambre no come, Namjoon.

Yoongi no pudo evitar soltar un sonoro suspiro y rodar los ojos. Sabía de los sentimientos de Seokjin hacia el moreno, pero ¿por qué no podía disimular sus celos? Y el otro, ni cuenta se daba de lo que Seokjin hacía para llamar su atención.

—Jin hyung, calladito te ves más bonito, gracias.

—Muy bien, como sea, les contaré lo que yo sé de ella. Luego, si Yoongi quiere hablar, será cosa suya.

El alfa mayor se dispuso a contar la edad y profesión de Dina. La joven tenía 25 años, igual que Tae y Jimin. Vivía en Daegu con sus padres, había estudiado medicina, sacado las mejores notas de la facultad y estuvo entre los cinco primeros de su universidad. Durante sus prácticas, estuvo a cargo de un grupo de médicos alfas, quienes destacaron sus habilidades como Omega.

Al terminar de hablar, todos los miembros (a excepción de Yoongi, obviamente) estaban boquiabiertos. Para ser sinceros, no muchos omegas lograban tantas cosas. Incluso ellos, al tener tres omegas y cuatro alfas en su grupo, enfrentaron rechazo al principio. Siempre intentaban humillarlos, pero demostraron que eran capaces. Y ahora, miren dónde estaban: habían asistido a la Asamblea de las Naciones Unidas, ganado varios premios Billboard, y quién sabe qué más, todo gracias a su esfuerzo y gran talento.

—Suga hyung, ¿por qué nunca nos hablaste de que tenías una hermana? Siempre hablabas de tu hermano mayor, pero de ella, nunca.

—No están listos para su carácter, conejo.

¿Otra vez con lo mismo? ¿Es que nunca se cansaba de decirlo? Dina controlaba muy bien su carácter... bueno, cuando no la fastidiaban demasiado.

—Siempre dices lo mismo, y tú tienes una personalidad del asco. Al menos yo me controlo.

Suga arqueó una ceja y se cruzó de brazos, soltando una risa sarcástica.

—¿Ajá? ¿Te recuerdo al niño que terminó con un brazo fracturado?

Esto se iba a poner interesante.

—¡ESPERA, HYUNG!

Todos voltearon a mirar al maknae. ¿Por qué lo detuvo? Pues resulta que sacó un paquete de papas de su bolso, se sentó en el suelo y se dispuso a escuchar las historias de las hazañas de su nueva médica. Y, por supuesto, los otros dos menores no se quedaron atrás. Se sentaron junto a él.

—¿Siempre son así?

—A veces, peor.

Finalmente, Hobi decidió hablar. No lo culpen, estaba hipnotizado tanto por el aroma como por la apariencia de la Omega. A sus ojos, ella era tan hermosa como la diosa Luna.

—¿En qué me quedé? Ah, sí. El niño de preescolar al que le rompiste el brazo, el de la primaria que terminó con la pierna rota por tu culpa, el de la secundaria con un ojo morado y la nariz rota, y el de la preparatoria que estuvo una semana en el hospital. ¿Sigo?

Cualquiera pensaría que Dina era una criminal en lugar de una médica.

—¿Alguien más que se me olvide?

—Golpeé a dos alfas en el tren porque me estaban molestando...

—¿Qué? No te entendí, Dina. No me hagas sacarte las palabras, sabes que lo haré.

La joven cruzó los brazos e hizo un puchero que hirió el corazón de todos.

—Hyung, no la regañes, ya aprendió la lección.

—No, Taehyung, presiento que hizo algo hace poco. Lo sospecho, la conozco, es mi hermana. Dina, habla.

—¡Está bien! Golpeé a dos alfas cuando venía para acá, pero en mi defensa, los idiotas no dejaban de molestarme.

—Menos mal controlas mejor tu carácter que yo.

Los demás soltaron una risa. Tenían la sospecha de que esos dos les harían pasar momentos muy entretenidos.

Sin embargo, Hoseok aún no había reaccionado del todo. Esperemos que al menos logre respirar cuando sus pulmones le pidan oxígeno.

—Disculpen, no me siento bien. Nos vemos más tarde.

—¿Eh? ¿Te sientes mal? ¿Quieres que te revise?

Ok, lo que tenía de lista lo tenía de distraída en cuestiones de relaciones personales. Podía tener las mejores notas, pero gracias a Yoongi, nunca había tenido novio y no se daba cuenta cuando alguien coqueteaba con ella. Los que terminaban lastimados eran posibles pretendientes que ella misma espantaba.

—No, estoy bien, solo recordé que tengo algo que hacer.

Y así, salió prácticamente corriendo antes de que Dina pudiera siquiera tocarlo.

—Pero mira no más qué interesante...

Nuestro querido Mochi estaba en la jugada. Se había dado cuenta de inmediato del sonrojo en las mejillas de Hobi cuando conectó miradas con su nueva médica.

—Esto va a estar mejor que la novela de las 8.

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Buenas las tengan

Un nuevo cap espero que les guste aún estoy mejorando muchísimas cosas sin mencionar que tengo como cinco historias más que no he terminado pero bueno espero de verdad que esto les guste por favor no se les olvide dar ⭐ y comentar creanme que sus comentarios ayudarían mucho además de que me encanta leerlos algunos ayudan a mejorar ortografía puntuación así que ya saben

Los amigo un chingo bye

XOXO