CAPITULO 7

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Los tres días habían pasado, y Dina no había sabido nada de los alfas, en especial de Hoseok. No había podido dejar de pensar en él, y se preguntaba por qué.

Flashback

Cuando Hoseok cerró la puerta de la habitación, colocó a Dina sobre la cama de la manera más suave y delicada, como si se tratara de porcelana que con cualquier movimiento brusco podría romperse.

—Ho... ¿Hobie? —preguntó Dina, nerviosa.

Él no respondió y, en cambio, se acomodó para besarla. Así es, Hoseok besó a Dina, provocando que ella olvidara hasta su propio nombre.

Al principio, Dina intentó resistirse, pero en cuanto sintió la mano del alfa acariciando su rostro, su lobo comenzó a dominarla, permitiéndole disfrutar de aquella sensación. El cuerpo de la Omega empezó a calentarse. Se sentía cómoda, le gustaba lo que estaba experimentando, pero su lado racional le decía que no era el momento. Tenía que cumplir con su trabajo, mientras que su lobo le decía que se entregara, que dejara que la marcara.

Absorta en sus pensamientos y en la batalla mental que libraba, no se dio cuenta cuando el alfa desabrochó su camisa. Estaba a punto de apartarse, pero Hoseok, al notarlo, la tomó de nuevo por el rostro y la besó con más intensidad, logrando que Dina volviera a perderse en el momento.

Hoseok bajó una mano hasta la cintura de Dina, sintiendo su suave piel. El aroma que desprendía la volvía loco, deseaba tenerla solo para él.

—Sé mía, por favor, sé mía —murmuró Hoseok.

Dina abrió los ojos, parecía embriagada. No podía negar que el olor que el alfa desprendía era delicioso, pero se dio cuenta de la situación en la que estaba y reunió fuerzas para alejarse de él.

—Aún no puedo hacerlo, pero déjame ayudarte, por favor.

—¿Me estás rechazando? —preguntó Hoseok con un tono amenazante.

Dina se quedó en silencio. Hoseok comenzaba a tornarse agresivo. ¿Lo estaba rechazando de verdad? No, solo necesitaba tiempo; todo estaba ocurriendo demasiado rápido para ella.

—N-no te estoy rechazando, pero...

—Sé que te atraigo —interrumpió Hoseok—. Entrégate a mí y yo me entregaré a ti. El destino nos quiere juntos.

La Omega quería llorar, estaba confundida. ¿Por qué él le decía todo eso? Estaba segura de que al día siguiente ni siquiera recordaría lo que estaba pasando, porque su lobo lo tenía completamente dominado.

—No es el momento —suplicó Dina—, por favor, déjame administrarte los supresores. Quiero ayudarte.

El alfa se movió tan rápido que Dina no sintió en qué momento ya lo tenía encima de nuevo. Sin otra opción, Dina decidió sedarlo. Traía dos jeringas, una con sedante y otra con el supresor. No quería lastimarlo, solo quería que estuviera bien. Cuando Hoseok sintió el pinchazo, sacó sus garras instintivamente, y sin querer, rasgó el brazo de la chica.

—Lo siento, Hobie, pero aún no es el momento —dijo Dina con tristeza.

Hoseok la miró con los ojos cambiando de color antes de finalmente quedarse dormido. Dina lo observó un momento antes de levantarse con cuidado y buscar el supresor para administrarle el líquido. Se movió sigilosamente por la habitación, recogiendo sus cosas y abotonando su camisa. No podía evitar sentir aún las manos de Hoseok sobre su cuerpo, y no lo iba a negar, le había gustado.

Fin del flashback

En el departamento de los alfas, Yoongi y Namjoon estaban sentados frente a un Hoseok que tenía cara de querer morirse. Su celo ya había terminado y, aunque se suponía que no recordaba mucho cuando su lobo lo dominaba, esta vez lo recordaba todo. Se sentía terrible, había lastimado a la hermana de su mejor amigo, quien para colmo de males, también parecía ser su predestinada. ¿La había rechazado? Bueno, técnicamente, no.

—Me quiero morir —dijo Hoseok, tomando su cabeza entre las manos.

—Y yo te quiero matar. Qué coincidencia, ¿verdad? —respondió Yoongi, cruzado de brazos y mirando amenazante a su amigo. Lo apreciaba, pero había lastimado a su hermanita, y eso no lo iba a perdonar.

—Hyung, esa herida debe tener una explicación —intervino Namjoon—. Sabes que él no lastimaría a nadie intencionalmente.

—Pero su lobo sí, y lo hizo —replicó Yoongi.

—Te juro que no lo hice con intención, de verdad, no sé qué pasó —dijo Hoseok con sinceridad.

Yoongi se levantó de un salto del sillón y se acercó a Hoseok con los puños tan apretados que sus nudillos se pusieron blancos.

—¿Te gusta? —preguntó Yoongi de repente.

Los ojos de Hoseok se abrieron de par en par. Namjoon, que había notado el comportamiento de Hoseok desde la primera vez que vieron a Dina, se mantuvo callado. Gustar era poco para lo que sentía.

—¡DIMELO! —exigió Yoongi.

—Hy-hyung, yo...

—¡HABLA DE UNA MALDITA VEZ!

Yoongi estaba desesperado. No iba a permitir que nadie se acercara a su hermana, y "nadie" incluía a Hoseok. No había excepciones.

—¿Sabes qué? No digas nada —continuó Yoongi—. De todas formas, no voy a dejar que te acerques a ella. Y si lo haces, me vas a conocer realmente.

Si creen que Yoongi estaba exagerando, tienen razón, pero lo único que quería era proteger a la mujer que más amaba. A pesar de todo, siempre había estado a su lado, y no iba a permitir que sufriera por algún imbécil que pudiera lastimarla.

Se sentía culpable por lo que le pasó a su hermana años atrás, y no iba a permitir que ese error se repitiera.

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Hola que hace

La dramas me dicen

Un nuevo cap espero que les guste y no se olviden de darle ⭐ y comentar los amigo bye

XOXO

EL MEDICAMENTO SE LLAMA: AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora