𝓙𝓾𝓷𝓰 𝓗𝓸𝓼𝓮𝓸𝓴:
·𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪𝓼 𝓣𝓾́·
J Hope y yo salimos a un bar a tomar unas copas, como era de esperarse a ambos se nos pasó la mano bastante, más que nada a él.
Pedimos un taxi ya que no podíamos manejar a esas horas y menos en el estado que estábamos. Y si no era suficiente ambos estábamos ardiendo de lo calientes que estábamos.
Las cosas se salieron un poco de control en aquel bar, entre tanto alcohol y la música a todo volumen de un momento a otro termine bailándole a J Hope. Cuerpo a cuerpo... sintiendo el calor corporal del otro, moviéndonos al rindo de la música.
Y que puedo decir, una cosa llevo a la otra y nos terminamos besando en los baños de aquel lugar hasta que decidimos irnos a su departamento.
Ahí nos encontrábamos... en una esquina de aquel ascensor repleto de gente más calientes que un horno a 350 grados.
J Hope comenzó a acariciar mi trasero y poco a poco fue bajando su mano por debajo de mi falda. Cerré con fuerza mis piernas al sentir sus dedos rosar contra mi feminidad.
Oí a este soltar una pequeña risita para pegarme contra él aun de espaldas entre toda esa gente, este comenzó a mover sus caderas en mi trasero disimuladamente.
J Hope- Abre las piernas ____-ordenó susurrando muy bajo en mi oído
Accedí a su petición sin poder más con la tentación, mi feminidad palpitaba en desespero, lo necesitaba ahora... ya.
Este comenzó a frotar dos de sus largos, gruesos y suaves dedos en mi feminidad debajo de mi falda, mi rostro se ruborizó ante aquel tacto. Intente aguantarme los gemidos lo más que pude.
J Hope- Si solo con mis dedos te mojas tanto no me imagino cuando entre en ti cariño- susurro nuevamente, esta ves dejando un cálido beso en mi cuello
La situación parecía divertirle, notaba su amplia sonrisa en aquel atractivo rostro empapado en sudor. Suspiraba y jadeaba aunque intentara ocultarlo, su respiración era agitada eh inquieta.
Sus dedos se movían con rapidez por encima de la tela de mis bragas, su miembro apretaba contra mi trasero, estaba realmente duro.
J Hope- Te voy a coger tan duro que para mañana no podrás ni caminar muñeca- movía ágilmente sus dedos
Baje mi cabeza intentando ocultar mi sonrojo y mis labios enrojecidos de tanto morderlos intentando callar mis gemidos.