6. La otra madre

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-Sí, la recibí y también sé a quién pertenece éste colgante-

dije seria y quitándomelo del cuello para enseñárselo, ella suspiró y me miró

-oh ya... y supongo que querrás reunirte con ella ¿verdad?-

me dijo con una voz dulce pero ya sabía yo cómo era esa arpía asquerosa y no iba a caer en su juego, no por segunda vez

-vaya, parece que me has leído la mente-

la dije con una sonrisa, ella sonrió y siguió cocinando

-sabes Coraline, me parece que eso no va a poder ser, tú no puedes ir a visitarla a dónde está tú hermana, pero si quieres quédate a comer con nosotros y, aunque las normas no lo permiten, te daré 10 minutos para que hables con ella en tú habitación-

me dijo con voz tranquila pero firme, luego apagó los fogones y el horno para girarse en torno a mí, me estrechó la mano y me dijo:

-¿que me dices? ¿Aceptas el trato?-

(ésto tiene trampa seguro)

pensé en mi cabeza

-cuándo hable con mi hermana no quiero que me espíes, quiero poder hablar con ella sin vigilancia-

la dije esperando una respuesta clara de su parte

-mmmmh, tú ganas, nada de vigilancia-

me dijo mirándome cómo si la hubiera leído la mente

(la bruja es muy lista pero no más que yo)

Pensé

-y que quiere decir eso de... que "las normas no lo permiten"?-

pregunté curiosa, quería saber que quería decir lo de las normas

-Coraline cariño, éste mundo al igual que el tuyo, tiene sus normas y una de las normas es que 2 hermanas no se pueden encontrar juntas en éste mismo mundo pero por tí romperé las normas y tú a cambio tendrás que hacer algo por mí-

me dijo con un semblante serio que de inmediato se transformó en una sonrisa

-y ahora ve a buscar a tú padre para la cena de navidad, él está en su estudio-

me dijo con los platos de comida en la mano

-está bien-

dije sonriendo, fui al piso de arriba y busqué donde podía tener retenida a mi hermana puesto que no confiaba absolutamente nada en esa arpía malvada, el pasillo de arriba es muy diferente de cómo lo recuerdo, las decoraciones invaden todo y no puedo pensar con claridad

Hay muchas puertas y no sé cuál abrir, entonces abro la que tengo más cercana a mí. Es una habitación llena de espejos

(algo muy estraño cómo para ser de éste mundo)

pienso así que entro con la mínima de valentía que tengo y me acerco a uno de ellos, se ve normal hasta que le doy un ligero toque a mí reflejo y éste se tambalea cómo un barco en medio de un huracán

-¿Hola?-

pregunto con miedo en mi voz y con temor estiro mi mano tocando y atravesando el espejo, no me moví del sitio puesto que no me atreví a cruzar al otro lado pues posiblemente si voy al otro lado, lo más seguro es que ya no pueda volver, no sin ayuda de alguien del esterior.

Noto frío al otro lado, es cómo si al otro lado no hubiera vida hasta que algo toca mi mano, era una mano humana

-no es posible..-

digo mi pensamiento en voz alta

-¿Coraline?-

inmediatamente que escucho esa voz me hecho a llorar...

Coraline 2. El regreso de la otra madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora