7. La sala de los espejos

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-¿Isabella?-

digo con lágrimas en los ojos, entonces introduzco la otra mano para sentir las manos de mi hermanita, su voz es dulce cómo la de mis sueños

-Coraline tienes que salir de aquí, no hay tiempo y llegado el momento no mires atrás, sólo huye-

al oír ésto mi corazón se rompe pero sé que puedo salvarla y no me pienso dar por vencida, ella se va a venir conmigo aunque sea intercambiando su vida por la mía, ella saldrá de aquí.

Agarrada de las manos de mi hermana la atraigo hacia mí tratando de sacarla de ahí, veo sus manos atravesar el cristal y siento que funciona, la atraigo más a mí y consigo sacarla por completo.

Mi hermana va vestida con un vestido antiguo, parecía de la edad media, un vestido de sirvienta, ella es preciosa pero sus ojos... Sus preciosos ojos tienen botones y la sangre brota de ellos en vez de lágrimas.

Ella me abraza desesperada, tengo tanto que hablar con ella... No me creo que la esté abrazando, que esté con ella

-Isabella nos vamos-

la dije apurada separándome de sus brazos, ella se queda parada cuándo yo voy hacía la puerta

-no puedo hermana, no puedo sin mis ojos-

me dice apenada

-yo los buscaré y creeme, los volverás a tener-

la digo segura de mí misma, ella niega con la cabeza

-para mí ya no hay salvación, pero tú todavía puedes volver al mundo real, la Belman no te tiene, no te atrapó aquí para siempre, así que huye, huye mientras puedas-

me dice para darse la vuelta y entrar a través del espejo

-Isabella te lo aseguro, saldrás de aquí-

Le digo a mi hermana antes de salir de ese siniestro y extraño lugar. Salgo al pasillo y avanzo por las puertas pensando en cuál podría estar la copia de mi padre.

Escojo una de las puertas pero ésta estaba cerrada.

(¿Qué tendrá ahí la otra madre?) (¿Porqué la tiene cerrada?)

Me pregunté mentalmente, pero seguí mi camino.

Escogí otra puerta y ésta sí se abrió dando paso a una habitación con muchas decoraciones y en el medio estaba la copia de mi padre con unas zapatillas de Papá Noel navideñas y un pijama de elfo de color verde juntos a un gorrito.

Según entré empezó a tocar el piano muy alegremente y a cantar.

- Ella dice que ya está la cena -

Dije algo incómoda, no me agradaba volver a estar en ese mundo...

- Bueno, pues bajemos a cenar, seguro que ¡estará delicioso! -

Me dijo con una gran sonrisa a lo que yo sonreí.

Salí de allí junto a él y bajamos las escaleras, entonces me encuentro una mesa enorme con un montón de comida en medio del salón, así que me siento y me pongo a comer.

Había un tren con Salsa, pastelitos, galletas, un pavo hecho al horno, zumo, eso estaba cómo yo lo recordaba salvo por los decorativos navideños.

- ¿Quieres algo de beber? -

Me preguntó la bruja a lo que asentí con una sonrisa sincera y del techo bajó una gran variedad de zumos, pero escogí mi favorito que era Malteada de Mango.

- Gracias -

Dije con una enorme sonrisa una vez que terminé de cenar, después me levanto y miro a la otra madre.

-lo prometido es deuda-

la digo seria, ella me mira con una sonrisa un poco siniestra

-es cierto y tal y cómo prometí tendrás un tiempo para ver a tú hermana-

entonces me levanto, pero no me fío absolutamente nada de ella, es una arpía y una bruja también, entonces la sigo escaleras arriba hasta llegar a una habitación semejante a la mía real, ella me indica que espere ahí sentada encima de la cama mientras sale en señal de ir a buscar a mi hermana.

Poco después parece la bruja por la puerta con mi hermana pero está cambiada, tiene una sonrisa y otra ropa, es cómo si no fuera realmente ella...

Coraline 2. El regreso de la otra madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora