E S C E N A R I O S [personajes de Demon Slayer x Reader]

Gyuuntaro

//Gyuuntaro es el tipo de padre que siempre estaría contigo cuidándote y dándote cariño\\

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Era una noche más en el distrito rojo, la gente trabajando y habiendo algo de ruido fuera de los edificios, pero en uno de los cuartos privados de la casa donde ciertos demonios habitaban.
Solo sé encontraba un demonio y una pequeña bebé que está solo reía ante las caricias suaves del mayor, a veces tomando sus dedos con sus diminutas manitas haciendo que el corazón de aquel ser solo se derrita de ternura.

Hace unos meses, asesino a una cierta cantidad de personas en el distrito rojo al haber realmente molesta a su querida hermana, sin embargo nunca pensó que en un callejón lleno de basura cerca donde se encontraba te encontraría ahí.
Tirada en una caja con apenas un sucio trapo que te cubría, los gritos de desesperación y horror te despertaron haciendo que ahora llores.

Gyuuntaro solo gruño un poco ante el ruido fuerte de tus llantos, pensaba matarte para que te callaras, pero algo no se lo permitía, no sabía si era el hecho de que solo eras una pequeña bebé abandonada destinada a morir o porque en el fondo le recordaste a su pequeña hermanita.
Se agachó hacia ti para verte mejor, estabas sucias, incluso diría que con sangre lo cual significaba que apenas habías llegado al mundo, llorabas a mares alzando tus manitas en busca de calor ante el frío cruel de la noche y por protección, además Gyuuntaro se interesó más al verte algunas cicatrices de nacimiento en tu rostro y pequeños brazitos.

En todo caso, solo hizo que su lado blando y hasta paternal despertara para agarrarte delicadamente abrazándote con mucho cuidado acercándote a él para estuvieras cálida, además odiaba admitirlo pero creyó que estaba apunto de derramar lágrimas pues solo le hiciste recordar cuando su hermana nació y ese fue el mejor día de su vida.

Ahora en aquel cuarto, solo se oían tus risitas y las del demonio aún jugando contigo acariciando tu suave cabello, se procuró que en el cuarto no hiciera tanto frío y te puso encima de una manta ya que no quería que te enfermaras por gatear en el suelo.
Claro el ruido que ambos hacían llamo la atención de su hermana ahora mirándolos desde la entrada de la puerta con un ceño levemente fruncido.

–Onii-chan ¿Cuando vas a regalar a esa mocosa?– preguntaría levemente molesta la chica y hasta celosa cruzandose de brazos.

–¿Regalar? No haré eso... (T/N) ahora es de nosotros– diría al principio con una mirada confundida mirando a la chica para después volver su mirada hacia ti cargandote con ayuda de sus manos para pegar su frente con la tuya provocando que sonrisa y rías más.

–¿¡Pero por qué!? ¡Ella es humana! ¿¡Cómo le explicaremos al señor Muzan de que cuidamos una humana!?– exclamaria más molesta la peliblanca apretando un poco sus puños haciendo un leve berrinche.

Gyuuntaro sabía que su hermana solo estaba celosa de que ahora le daba más atención y cariño a ti que a ella, pero no le dió tanta importancia, tú eras frágil y pequeña, lo necesitabas, Daki ya podía encargarse un poco sobre ella misma.
Solo seguiste jugueteando con sus mechones de cabello a veces jalandolos, cosa que no le molestó o dolió al mayor.
Daki al ver que solo la ignoraba hizo más berrinche gritando un poco.

–¡¡Onii-chan!!– se quejaria más solo viendo cómo su hermano seguía jugando contigo.

–Ya, ya, no llores hermanita– diría suavemente hacia ella mientras frotaba su mejilla contra la tuya haciendo que tú solo rías más feliz. –¿Por qué no vas a conseguir más alimentó? Recuerda que hay que volvernos más fuertes y también trae un poco de leche para (T/N)– pediría el mayor mientras seguía su mirada en ti.

La chica solo bufo haciendo un puchero para ir hacer lo que su hermano le pidió, al menos por la leche, mientras tú y el mayor seguían jugando ahora riendo suavemente al recibir los besos del demonio en tu rostro y parte de tu vientre y pecho.
Al mayor solo le encantaba oírte feliz y riendo siempre mimandote, sonrió más al ver cómo chupabas su dedo alejándolo de tu boca ahora tocando tu diminuta nariz.

–Calma, calma... Daki ya llegará con tu comida– te susurraria suavemente y con cariño volviéndose a frotar su mejilla contra la tuya, adoraba tu suavidad y calidez.

Solo te acurrucaste contra su cuerpo para sentir más su calidez y protección haciendo que ahora el demonio te acune en sus brazos para verte sonreír más alzando un poco tus manitas hacia él.

–O-O... – trataste de hablar haciendo que la atención de Gyuuntaro ahora estuviera fija en ti interesado.

–¿Si?...– diría suavemente cada vez más emocionado pues tal vez ibas a decir tu primera palabra.

–O-Onii... T-Tan...– lo llamaste a como Daki siempre lo llamaba, si bien fallaste un poco el sólo oir qué lo intentaste y tu primera palabra provocó que ahora sus ojos brillarán de amor y alegría.

Jurando que sentía que su corazón iba a explotar de ternura y felicidad al oir tu voz tan adorable y frágil hablar para solo felicitarte dando varias caricias en su cabeza.

–Bien hecho (T/N), lo hiciste bien, eres una muy buena niña– diría con aún suavidad y un tono cariñoso acariciando tus mechones de pelo haciendo que rías más para así hablar de nuevo con un tono cariñoso. –Pero también puedes llamarme papá–

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