Día 3

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Empezaba a sentir que el rosa me perseguía. Salía a la calle y veía ese puto color por todos lados… pancartas rosas, toldos rosas, paraguas rosas, ¡hasta vi un cubo de basura rosa, joder! En casa era igual, a mi madre le dio por comprarme asquerosos pastelitos rosas creyendo que así me alegraría, decía que el azúcar curaba todas las penas. Y no lo niego, pero solo con ver el jodido rosa me mareaba.

El simple rechazo que tenía por ese color era inexplicable; toda una combinación de odio y tristeza, rabia y melancolía. Era mucho más que un color, era un jodido sentimiento.

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2015 ⏰

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