γ - Témpano

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Témpano:

No solo era la majestuosidad del salón lo que me tenía pasmado, o el poder que había contenido en ese sitio, o el hecho de percibir que como mínimo un semidiós y un titán habían muerto en esa sala recientemente. No, lo que más pasmado me tenía era la mirada severa y odiosa de Zeus. El tipo era tal cual mamá lo había descrito: formal, regio, severo... Tormentoso.

Empecé a deducir por descarte quien era quién. Naturalmente, la mujer a su lado tenía que ser su mujer, Hera. Por el lado izquierdo de Zeus se encontraban quienes identifiqué como Poseidón, Ares, Apolo, Hermes y Hades.

Por el lado derecho de Hera se encontraban Deméter, Atenea, Artemisa, Afrodita, Dioniso y Hestia.

Era increíble que entre todos fuesen tan distintos. Si alguna vez me hubiera imaginado a mi familia, definitivamente no los habría visualizado así.

- Bueno, Témpano, cuál es el motivo de esta reunión - preguntó Zeus - espero que sea algo digno de nuestra presencia, estamos ocupados, sea breve.

- No se preocupe, señor Zeus, le prometo que es importante. Bueno, voy sin rodeos, no tengo motivo para darle vueltas al asunto: soy hijo de Tetis, la esposa de Océano...

No había terminado de hablar, pero Poseidón ya estaba poniendo cara de malos amigos.

- Si, sí, vale, otro dios del mar - dijo - no es como si no tuviéramos ya suficientes dioses del mar. Ve a decirle a tu padre que mejor se mantenga oculto, o que le cobraré lo de la reconstrucción de mi reino.

Supuse que se debía referir a Océano, al mismo tiempo, sentí que no le hacía gracia que apareciera otro dios del mar. Inmediatamente supe que la noticia siguiente lo haría enojar más.

- Si, esto, ehm... Pues, verá, mi padre no es Océano... Mi padre es Cronos.

Hera se cayó hacia atrás con trono incluido, Poseidón se levantó de un salto de su asiento. Hades soltó una risa nerviosa. Las reacciones de todos eran de campeonato.

- Pero QUÉ ES LO QUE DICE - gritó Hera mientras se levantaba con ayuda de Deméter - como que es hijo de Cronos, como...

- Bueno - dijo Hades - no es como si supiéramos mucho de la vida de nuestro padre, Hera. Solo las Moiras saben que hizo ese desgraciado entre que se comió la piedra y Zeus nos sacó de su estómago.

- Ajá, si, entonces le creemos - Poseidón daba vueltas alrededor del salón, muy cabreado - entonces que, ¿Se le ofrece un trono al caballero? ¿Un vasito de néctar? ¿Un templo también, no le apetece de paso un par de ciudades?

El sarcasmo era impresionante, debía admitirlo.

- Hermano, siéntate, gracias - dijo Zeus, con cara de tormenta, luego se dirigió hacia mi - Dices que eres hijo de Cronos, pero como lo compruebas.

- No tengo como, a no ser que haya pruebas de paternidad divinas o algo así. Fue lo que mi madre me dijo, y yo confío en ella. No pido un trono, yo solo pido que se me acepte, no quiero gobernar nada. Me interesa que mi hijo tenga un hogar.

- Una cabaña en el Campamento Mestizo - intervino Deméter - me parece razonable.

- Si, claro - dijo Atenea - y luego que. Lamento esto, pero, hemos accedido demasiadas veces a razones, o quieren que les recuerde lo que los señoritos Jackson y Grace han estado haciendo últimamente, ¿No pidieron que le demos derechos de comercialización a Cimopolia, cartas coleccionables y un muñequito o algo así? Suficientes problemas tenemos ya con eso. No me parece prudente, ni siquiera sabemos si lo que dice es cierto.

- Esperen, tienen figuritas de acción y cosas así de ustedes mismos - pregunté. Nadie dijo nada, pero todos se miraron con una mezcla de incomodidad y diversión.

El Hijo Perdido de CronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora