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CAPITULO 2

El conocimiento del amor

Mira a la computadora mientras que el televisor está encendido, unas noticas que ya había pasado hace como dos semana sobre aquel niño que se cayó por las escaleras, pero ella no le presta mucha atención al televisor. Mira hacia la ventanilla de la biblioteca mientras que agarraba su taza de café, -disculpe señorita va a querer algo más-. dice una vos en el fondo.

Ella voltea -No, gracias -le responde con una media sonrisa, mira otra vez la computadora, pues estaba buscando los requisitos para la universidad ya que iba a terminar la prepa y le faltaba poco para entrar, no estaba decidida de que carrera va a cursa, su único sueño es bailar, sus compañeros ya tenía en mente de cual iba a ser su vida, y los que no, tenía a sus padres en marcha, sin embargo ella quería cumplir todo sola, y marcar su propio destino.

Así que ella tenía que buscar una universidad que le quedará cerca de la academia de baile, entra a una página web donde sale una universidad, quedaba cerca de la academia y además en la universidad daba una carrera que le pareció muy interesante lo único malo es que tiene que pagar cada mes y quedaba como 8 horas desde donde vive, un poco menos lejos que la academia pero más complicado para agarrar transporte ya que en las instrucciones decía que la universidad era muy estricta y los estudiantes tiene que llegar siempre puntual sino tiene que pagar una multa.

Donde vive el transporte tardaba mucho y tenía por seguro que no iba a llegar a tiempo todos los días, hace un suspiro y mira otra vez por la ventana-, las calles de Londres son más bonitas en primavera-. Entra en sus pensamientos preocupada por todo el transcurso que tiene que hacer además para encontrar una universidad buena es muy escaso y si se encuentra es muy lejos, muchos papeleos, carreras por seguir, sueños por cumplir,
-Era mejor cuando estaba pequeña, al menos tenía menos preocupaciones que ahora -Se decía.

Se levanta de la silla apaga la computadora, agarra su bolso y se dirige hacia la puerta sin antes despedirse amablemente de las pocas gente que andaba en la biblioteca, camina un rato por una calle solitaria a pensar que iba hacer con su vida, además de seguir su sueño, antes siempre se preguntaba qué iba hacer de ella, solo se pregunta si va a poder sobrevivir de la universidad.

Se sienta en un muro y se pone a ver un árbol que está al frente de ella, lo admira de cómo ver que sus pétalos rosados ilumina las calles, y esas flores blancas hace que resalten. Lo admira por todo lo que ha vivido aquel árbol, ese transcurso de vida que tuvo que pasar para llegar a ser el más hermoso de aquella plaza.

De pronto en su largo tiempo de vida se sentía solo, como esa chica que está en el muro

Pero aun así aquel árbol nunca dejó de florece, nunca dejó de brilla, tal vez no eligió aquel lugar para que viera su belleza, pero el destino no le dio más opción, aún así aquel hermoso árbol rosado iluminaba todo el lugar con tan solo la brisa tocara sus pétalos, hacía que el fuera el mejor árbol que hay en el mundo. Lo deja de mirar y, se pone a mirar su libro que tiene en la mano -Al orilla del río piedra me senté y lloré- dice el título.

Quien pensaría que un libro como este tuviera las mayoría de los conocimientos de los que me hace pensar mucho -Pablo Cohelo siempre tiene sus encanto y romanticismo es un autor muy interesante, me hubiera gustado sé cómo el, un hombre maduro capaz de hacer que entre en un mundo lleno de misterio al leer su libros, es maravilloso poder ver ese mundo pero a la vez escalofriante de no poder ver lo que puede seguir pasando en ello, ese Pablo Cohelo hace que las personas que lean aquellos libros pueda ver el mundo diferente o fue como yo lo vi, me pregunto ¿Si habrá alguien que pueda ver lo que yo veo, si puede deferencia entre la locura y el amor, si puede ver esa maravilla sin caer en el abismo?, pero no, no hay personas en este mundo que pueda ver eso, al menos yo no lo sé por qué soy la única que lo puedo ver, mi vida se ha llenado de extrañas sensaciones con diversas teorías de las personas que vive hoy en día, pero aquí llegando conclusión solo son humanos con poca capacidad para saber lo que realmente da la vida, como aquel árbol que está al frente mío muchas personas solo ve un simple árbol, pero yo lo veo por cada pétalo del árbol con increíbles cualidades que le dio y le sigue dando esta plaza con este mundo tan ingenuo lleno de pura basura llamada tecnología, tal vez yo no sepa cuál sea mi propósito aquí o cual sea mi destino, pero si se una cosa, que si me doy por vencida con mi sueño, nunca encontraré lo que más deseo, me esforzaré y encontré todo lo que se me proponga y si me caigo alguna vez, beso el piso y me vuelvo a la levantar-. Ella mira otra vez al árbol pero con una sonrisa, se levanta de dónde estaba sentada y le hace una reverencia al árbol, sigue caminando el trayecto contenta, entra a una cafetería para leer un poco y descansar de su largo día.