Resumen: Chanyeol es un gran alfa, jefe de la comisaría 614, la mejor y más famosa comisaría de Seúl. Baekhyun es un omega y uno de sus mejores detectives, inteligente, desagradable y engreído, capaz de sacar de quicio a cualquiera.
Chanyeol y Baekh...
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El deber de un investigador es interrogar a los sospechosos y a los testigos, cumplir las órdenes de detención, de registro y de incautación, además de investigar y recopilar datos, mientras intenta resolver numerosos casos al mismo tiempo. Son profesionales comprometidos con la verdad, con la promesa de desentrañar cualquier caso y hacer justicia a quienes ya no pudieron, y que de alguna manera dejaron pistas para que sus muertes fueran vengadas.
Cuando era joven, Baekhyun siempre veía los programas de asesinatos que ofrecía la televisión abierta de su casa. Pasaba noches y noches intentando resolver esos viejos casos junto a los profesionales del programa y desde entonces, supo lo que quería para su vida. No era un camino fácil, a veces escuchaba que un omega no podía ser investigador, detective, sin embargo, nunca se rindió, demostrando que tenía el don para ello y que su sentido de la justicia era algo admirable.
Con el paso del tiempo, su nombre ya era conocido y se sentía orgulloso de todo lo que había pasado para llegar hasta allí, aunque todavía hubiera quien dudara de su capacidad. Entrar en la comisaría 614 y demostrar su valía fue difícil y quizás por eso era tan arrogante, no quería ni dejaría que nadie le superara, era lo suficientemente fuerte y bueno para conseguir lo que quería en el entorno en el que decidió trabajar.
Caminaba por los pasillos de la comisaría con la cabeza alta y la sonrisa de lado, sabiendo que atraía todas las miradas allá donde iba, y cuando veía ese par de ojos sobre él, intentaba ampliar su sonrisa. Sabía que estar en el equipo principal del caso del asesino en serie estaba jugando con el orgullo de Chanyeol y bueno, no podía negar que disfrutaba bastante viendo al alfa algo desubicado.
Se acercó al hombre más corpulento, que se cruzó de brazos y se apoyó en el coche, con su camiseta negra de tirantes mostrando unos músculos que Baekhyun no se cansaba de mirar discretamente, o no. En esa nublada madrugada, el equipo especial se dividió en tres con la intención de conseguir más pistas, además de las que tenían los antiguos responsables del caso.
El omega no pudo contener su sonrisa al saber que estaba junto a Chanyeol ese día y a decir verdad, quiso aprovecharlo un poco. La mejor manera de analizar una pista era verla con tus propios ojos y Chanyeol lo sabía muy bien.
—¿Crees que conseguiremos algo mirando el cuerpo? —Baekhyun rompió el silencio, mirando fijamente al hombre más grande con una atención que Park consideró demasiado exagerada.
—Creía que sabías que eso es lo normal en los casos de asesinato. —El omega sonrió ante el tijeretazo del mayor.
—Sin embargo, sé que estar contigo en ese silencio es extremadamente incómodo. Ya me conoces, Park. No soy de los que se callan. —Se encogió de hombros, viendo cómo el mayor ponía los ojos en blanco.
—Estás más lindo cuando estás callado, Byun.
—¿Quieres decir que crees que soy lindo, jefe? —Chanyeol apretó el volante, ignorando por completo el discurso de su subordinado, aparte de las ganas de tirarlo del coche.
