Capítulo V: Mich

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Acampar en el bosque tenía sus desventajas, principalmente porque debían dormir en el piso

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Acampar en el bosque tenía sus desventajas, principalmente porque debían dormir en el piso. Mich se había lastimado la espalda un par de años atrás después de caer del lomo de un volador.

El Besta descubrió rápidamente que intentaba enterrar un puñal en un punto sensible por debajo de su cuello, sin importar lo mucho que se esforzó por mantenerlo dentro de un remolino de aire, el animal lo arrojó al suelo.

No es divertido quedar preso dentro de tu propia creación.

Tardó al menos cinco minutos en detener el pequeño huracán, otros cinco en caer y al menos media hora para poder levantarse.

-No tenemos público, podrías dejar de lucirte, por favor.
-No me atrevería a perder mi estilo, Alaric. Lo entenderías si no fueses una máquina caminando de un lado a otro.

Alaric parecía el tipo de persona que rodaba los ojos cuando estaba molesto, de esas persona que pasaba el día frunciendo los labios y apretando las manos para evitar matar a las personas como Mich. Aquellos desesperados por fingir que podían tener personalidad en las impecables líneas Eriline, donde no había nada más que hombres y mujeres sin sentimientos.

Máquinas, armas.

-Hoy duele, mañana será un acontecimiento divertido.
-Lo dudo.
-¿Qué es lo que siempre dices, Mich?

Axel estaba apoyado contra un árbol esperando a ser curado por Alaric. Su conexión con él podía ser una carga cuando el otro se lastimaba. Puede que los huesos de Axel no estuviesen rotos, pero podía sentir lo doloroso que resultaba para Mich.

-La vida tiene su placer cuando descubres que puedes reír de tus desgracias -recitó con sorna.
-¿Eso es lo que te dices justo antes de hacer alguna estupidez? -preguntó Alaric presionando con fuerza un punto por encima de la lumbar.
-Por lo general, sí. Ayuda a mi moral.
-Es bueno saberlo.

La curación de Alaric no era cálida y rápida como la de otros Caminantes, la suya dejaba un rastro gélido y doloroso por donde pasaba los dedos. Mientras Alaric curaba su espalda, Mich dejó la cara contra el suelo apretando los ojos, tenía miedo de abrirlos y ver la bruma blanca que despedían los dedos de Alaric durante la curación.

Nadie sabía de dónde salían esos hilos blancos, aterraban a quienes lo miraban. Todos sentían curiosidad al respecto pero Alaric nunca hablaba de ello. Muchos de sus poderes podían alejarlo bastante de sus compañeros, especialmente entre los Caminantes. Alaric se parecía mucho a Axel en ese aspecto, sus habilidades dejaban impresionados a todos los que los rodeaban. No eran como los demás, estaban lejos de ser normales incluso dentro de su propia gente.

-Ignóralo, Alaric. Solo está siendo un idiota porque no aguanta el dolor.
-Que bueno que sabes lo que se siente estar en mi posición -gruñó conteniendo un grito.
-Terminé.

Mich podía sentir el dolor en su espalda y extremidades, no era una garantía de que pudiese usar sus piernas como lo había hecho hasta el momento. Alaric fue claro al decirle que sus dotes de curación no eran tan buenos como para reparar una herida tan grave.

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