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Por fin estaba apunto de terminar mi turno de trabajo... Me encontraba en la cama, esperando a que ese hombre, de no menos de 40 años, me diera el dinero para asi irse y seguramente volver otro día pues me lo había comentado mientras estaba dando mi servicio. Entonces él me dio el dinero y se fue pues ya se habia vestido y arreglado.
-Que asco de vida... Menos mal solo me quedan 15 minutos y podré ser libre de descansar - pensé para arreglarme y salir de la sala, encontrandome a un chaval con el uniforme de aquella pandilla que tanto extrañaba
Me iba a ir para la oficina pero vi a mi madre que me indicaba que fuera a la barra a esperar un cliente, amablemente le saque mi dedo corazón dirigiendome a dicho lugar, situandome a 4 sillas de distancia del pelinaranja llamativo. Pedí una cola como siempre solia hacer y saque aquel aparato que me ayudaba a situarme, lo llamó aquel pelinegro de hace dos años "Tótem". Él me dijo que el de cada uno era especial y distinto, al igual que me comentó que nadie más que yo podía tomarlo pues si no perdería el efecto...
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-No se cae... - nada más escuche la voz de alguien en mi espalda, tomé corriendo mi Tótem y lo guarde - Oiiii yo quería ver cuando paraba - Dijo quejándose el pelinaranja que estaba detrás mia
-Me da igual - Dije sería para tomar de mi cola que ya estaba lista en la barra
-Trabajas aquí por lo que veo - Dijo apartandome el pelo dejando ver aquel tatuaje que me obligó mi madre a hacerme en la nuca con el número 23.307
-Y a ti que más te da? - dije de mala leche tapando con mi pelo la nuca
Aquel número lo único que indicaba era el número de las trabajadoras que era para si no dar mi verdadero nombre (23) y la habitación en la que estaba ubicada (307)
-Me importa por qué me pareces linda... Y quien sabe... Yo vine aquí buscando algo que tal vez me des tu número 23 - Dijo para tomarme de la cintura, inmediatamente me tense y vi el reloj dandome cuenta de que mi turno había terminado
-Alejate, terminé mi trabajo - dije quitando su agarre como si nada a pesar de que suera realmente fuerte cosa que sorprendió al contrario
Me levante de mi asiento viendo a mi madre enfadada por negarne a prestar mis servicios apesar de que ya hubiera terminado el turno, mientras que el pelo con forma de sol me perseguía intentando convencerme hasta que me harté y le pegue una bofetada para irme a mi casa de seguido.
