2. Víctor Smith

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Capítulo II: Culos sucios.

Definitivamente Carla terminó por acceder.

Víctor le propuso que estuviera a cargo de las finanzas de la empresa que ya le pertenecía, así sería la contadora de la empresa y la mano derecha de su esposo.

Para ese entonces ya había dado a luz a los gemelos, nacieron un 19 de Julio del 2003.

Vivían en la mansión más codiciada de la ciudad de Livia, a la que todos conocían por la mansión Smith, la cual fue heredada de Héctor a su hijo, Víctor. Con la única condición de que siguiera con el legado Mystical-Smith.

Tanto la empresa como la fábrica, fueron fundadas en el año 1870, por Vittorio Salvador Smith, el padre de Héctor. Y así fue pasando de generación en generación.

Vittorio era un hombre berrinchudo, de armas tomar y de un carácter severo. Emigró de Italia a EEUU, donde después se enamoraría de Sophia Williams, una mujer que supo ablandar ese corazón de piedra.

Sophia era preciosa, había perdido a su marido en la guerra, lo que derivó en una depresión profunda de la cual pudo salir adelante. Se lo comentó a su nuevo esposo, pero jamás quiso hablar al respecto, era una mujer que no demostraba mucho y jamás mostraba su vulnerabilidad. Juró jamás verse destruida y juró que jamás dejaría que la destruyan.

Juntos trabajaron para construir y darle un futuro a la empresa.

La empresa creció y tomó mayor relevancia gracias a la publicidad que realizó su hijo y dicha marca terminó de explotar con las nuevas bebidas (en especial la bebida Energy Blue) lanzadas por el nuevo dueño, Víctor, y no podría hacerlo sin la ayuda de Carla.

Al padre de Víctor, en lo particular, no le simpatizaba la idea de que Carla le ayudase a tomar las decisiones de la empresa, ni siquiera, aunque le estuviera yendo de lujo. Decía que era una "Zorra y una trepadora" que solo le interesaba quedarse con la empresa familiar.

Ante esta inquietud, le exigió que ni bien Ethan cumpla los 21 años, le ceda cuanto antes todos los derechos y acciones de la empresa, a su nieto.

Si bien Víctor, lo invitó en reiteradas ocasiones a Ethan para que lo acompañase a la Fábrica y así aprender a su lado el manejo de la misma, porque tarde o temprano debería ocupar su cargo, puesto que no faltaba tanto tiempo para que se retirase.

Pero a Ethan no le interesaba en lo más mínimo seguir el legado familiar, por lo que le hizo saber a su padre que por el momento no le agradaba la idea, no quería desperdiciar toda su vida encerrado en una fábrica o una empresa. Su plan era conocer más partes del mundo, conocer otras personas, culturas, tener contacto con el mundo y no solo tener a disposición todo lo que quisiese de él, quería tener realmente un contacto cercano. Quizá porque su padre jamás se hizo un tiempo para estar con sus hijos, todo el tiempo trabajando, de viaje, negociando por llamada, todo el tiempo ausente.

—¿Por qué no quieres continuar con el legado de la familia? —Uno de los tantos reproches que recibía a diario Ethan.

—Solamente tengo 17 años papá, no quiero tener canas a los 25 —respondía con toda honestidad su hijo.

—Gracias a esta empresa que tu bis abuelo, tu abuelo y yo hemos construido, hoy puedes vivir en una mansión rodeada de lujos.

—Gracias a mamá esta empresa es lo que es. —Concluyó Ethan y cerró de un portazo la puerta de su dormitorio.

Cargar con una herencia y un legado familiar era un fantasma que lo atormentaba todo el tiempo. Ethan no guardaba en lo más mínimo cariño por su padre, lo aborrecía. Después de todo los gemelos habían dejado de ser niños hace rato y empezaron a entender los rumores de infidelidad por parte de su padre que aparecían de vez en cuando en los diarios y en algunos canales de noticieros.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2022 ⏰

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