Tal vez más que amigos. [Salvis]

uno.

CW's y TW's del capítulo:

Homofobia, Abuso, Violencia, Menciones de heridas (Sangre), Groserías e insultos homofóbicos, machismo, etc.

¡Lean con precaución!
Gracias.

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"Sabes que no tenemos por qué ser enemigos, ¿verdad?"

Esas palabras retumbaron rápidamente entre las paredes de su mente. No ser enemigos, dejar todo su odio atrás. Pero estaba tan asustado de esa posibilidad, de esa grandiosa posibilidad.

"Pienso que detrás de toda esa ira, está un buen chico que está asustado de si mismo."

Sal tenía razón. Él estaba asustado de sí mismo. Estaba asustado de sentir y pensar cosas que en un principio a él le inculcaron como malas, un enorme pecado. Tenía miedo, las lágrimas y los pequeños hipos ahogados que salían de su boca eran la prueba de que lo que decía este era cierto. Le aterraba el ser su propia persona.

"Si alguna vez necesitas alguien con quién hablar o necesitas alejarte de tu papá por un tiempo, puedes salir conmigo."

Era la primera vez que escuchaba ese tono empático salir de los labios de aquel chico, realmente la primera vez que alguien le hablaba en esa forma en general que no fuera su propia madre. Luego de mucho tiempo, pudo sentirse a salvo. Travis sabía que sus interacciones no fueron las mejores, mayormente fueron por su culpa, pero aún así este chico venía y le entregaba su apoyo como si este no le hubiera hecho ya el suficiente daño.

¿Por qué tenía que sentirse asustado de ser quién es? ¿Por qué limitarse? ¿Por qué tenía que elegir algo que se suponía que es bueno pero lo hace tan infeliz?

Travis ya sabía la respuesta a sus miles preguntas, pero no quería aceptarlo. Él quería negar la única verdad aquí.

"No creo que seas una mala persona, Travis"

"No creo que seas una mala persona. No creo que seas una mala persona. No cree que soy una mala persona. Él no cree yo que sea una mala persona. Sal realmente lo cree." Pensó una y otra vez, siendo este el único capaz de escuchar sus pensamientos en esos momentos.

La corta conversación en los baños que tuvieron había ocurrido horas atrás, el timbre indicando que las clases habían dado su fin le hizo sentir un escalofrío que pasó por toda su columna y trato de dirigirse inmediatamente a los casilleros para ir por sus cosas. Estaba ansioso, mucho más de lo normal. Ni siquiera se tomó el tiempo de tomar notas en las últimas dos clases, su mente estaba extremadamente saturada con pensamientos que por mucho que intentaba ignorarlos o no poner importancia de más, no podía hacerlo.

La voz de Sal resonaba con las mismas frases, se sentía abrumado por aquel cómodo sentimiento de aceptación, aún si este no fue capaz de decirle la razón de su llanto. Le hubiera gustado hablar un poco más del tema, pero su felicidad en ese momento era tanta que prefirió decirle que le dejara a solas en vez de arriesgarse a volver todo incómodo.

Por otro lado, dudaba mucho de que pudiera explicarle. Es decir, irónicamente Sal tenía que ver con ello.

En los ojos de Travis, el chico de las coletas era más de lo muchos podrían llegar a decir. En sus ojos, Travis lo único que podía ver era a alguien al cuál quería comprender, alguien al cual cuidar, alguien con el cual compartir divertidas experiencias y poder presumirselas a todo el mundo... Pero no sabía cómo. Es decir, ¿Cómo podrías acercarte de esa manera a alguien al cuál muy probablemente le hayas causado mucho daño a él y a los que ama? Travis comprendía que sus sentimientos eran algo que por años, desde su infancia, se le fue prohíbo al tratarse de algo imperdonable ante la vista de Dios. Pero especialmente, de su propio padre. Aquel que le había dicho que tenía que tenerle respeto, aunque realmente parecía ser auténtico miedo.