Mil Sabanas

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3 de septiembre
El desayuno del día de hoy fue huevo con jamón, lo comí en un taquito como mi mamá me lo enseño porque ella es como una mamá oso y yo soy una osita, pero mi papá es un león porque siempre está rugiendo, pero eso es un secreto que solo te cuento a ti porque mi mami dijo que no puedo decirle a nadie que papá puede convertirse en león, a mi casi no me ruge porque mi mamá me lleva a mi cuarto, pero a veces si lo oigo rugir cuando mi mamá lo atiende.

Hoy también fui a la escuela con mis dos moñitos de color rojo, cuando la Miss dio recreo jugué con mis amigos, ¡y a que no sabes! Jugamos a las escondidas entre todos ¡y gane yo!, porque nadie me encontró y eso que estaba bien cerquita del que contaba.

Ahí viene mi mamá, me va a contar un cuento así que te escribo después querido diario.

—¿Cuál es el cuento de hoy mami?
—El cuento de las mil sabanas
—¿Mil es mucho?
—Mjum, si mi niña.
—¡Entonces te vas a tardar un chorro!
—¿Sabes? Te prometo que todas las noches te lo contare hasta acabarlo, ¿Sí?
—¡Sipi!

4 de septiembre
Querido diario, ayer mi mamá me conto que las sábanas son mágicas, solo me conto sobre tres sábanas, la primera era rosa y era de una princesa que escapó de su reino, la segundo era roja y tenía un tigre, mamá dijo que él en cualquier momento me protegería de los monstruos por si tenía que esconderme de uno o me daba miedo. Cuando me iba a contar más mi papá rugió desde la cocina, así que ya no me dijo más; hoy en la escuela la miss me dijo que tenía que llevar un peluche para mañana para jugar, le dije a mi mamá y saliendo pasamos a la pape de doña Mari para comprar uno, es pequeñititito pero me gusta mucho, pero a mi papá no le gustó porque cuando lo vio volvió a rugir, bueno, yo no lo vi pero lo escuche. Esta fue la primera vez que mi mami también rugió, y seguro es porque ya se están llevando bien.

Quiero aprender a rugir como ellos pero a veces mi voz no sale de mi cuello cuando eso pasa. Ya me voy, mi mamá ya viene a envolverme como tamalito en mi cama, bye.

—Mami, ¿Qué tienen tus ojos?, ¿Te pintaste?, ¿Me puedes pintar a mí también?
—Si princesa, ¿De qué color quieres que te pinte?
—¡Morado, como los ojos de mi mamá!
—Mmm, bueno, pero no tengo sombra morada, te pintaré de rosita, ¿Sí?
—Bueno mami, ¿Pero entonces cómo te pintaste de morado los tuyos?
—¡Ah!, una amiga me lo presto, luego se la vuelvo a pedir para ti mi vida.
—Seguro a mi papá le gustó mucho, mucho, seguro por eso estaba rugiendo hace rato, ¡Estaba feliz!
—Si, yo igual creo que le gustó mucho, mi cielo.

5 de septiembre
Querido diario, hoy en el recreo un señor le hablo a la Miss, yo creo que eran novios porque cuando la Miss me vio ir con ella me tapó los oídos y me devolvió con los demás niños, esta vez espere muchísimo a la salida, pero la Miss se quedó conmigo hasta que volvió a llegar el señor de traje negro.

Esta vez no andaban de novios porque me habló a mí, me hizo preguntas extrañas, me dijo que mi mamá no podría venir por mí, dicen que llevaba un vestido blanco pero que estaba manchado de rojo, yo les dije que eso es imposible porque a mi mamá no le gusta ensuciar las cosas y menos usar vestido porque mi papá comienza a rugir y se convierte en león, pero me tapé la boca porque mi mamá me dijo que no se lo dijera a nadie.

Cuando llegamos a mi casa papá no estaba, pero seguramente otra vez se convirtió en león porque todo estaba tirado, como mamá no estaba yo lo recogí, me puse mi pijama hoy yo solita, y me lavé los dientes, pero mamá aun no llega, yo creo que ya no la voy a esperar, pero mi mami no es una mentirosa, yo sé que ella va a venir.

6 de septiembre
Hoy sacaron varias cosas de mi casa y a mi igual, nadie me pudo quitar la cobija de tigre, me escondí en ella porque tenía miedo, también agarre las pinturas de mi mamá de su mesita.

¡Ya les pregunte a todos por ella y no me dicen nada!, los demás niños con los que me pusieron no me hablan, dicen que por ellos nadie volvió pero mi mamá no es así, ella va venir, lo juro por mi osito de peluche. Porque cuando vuelva nos iremos a casa y usaremos la sábana del tigre para que nos defienda del león y usaremos la de la princesa para salir por la venta y caer encima de plumas y me llevará a jugar.

¡Ah! se me está acabando la crayola con la que escribo cuando mamá vuelva le voy a decir que me compre un paquete con doña Mari, ¡Ahí viene la señora que nos cuida!, te veo después querido diario.

—Es hora de comer
—¡Yo no como sin mi mamá!
—Tu mamá no va a venir niña.
—¡No es cierto!, ¡Mi mamá ya viene!
—Si no quieres comer entonces nada más déjala, ¡No me voy a andar preocupando por una niña que ni es mía!, ¡Faltaba más!

9 de septiembre
Querido diario, todos me dicen cosas que no entiendo, todos me miran extraño y en la escuela ya nadie juega conmigo, no quería llorar, pero extraño a mi mamá y tengo miedo, dijeron que ella ya no va a volver y que mi papá tampoco, pero mi mami jamás dejaría sus cuentos a medias, ella jamás me mentiría porque ella me lo prometió, pero la extraño mucho, ojalá vuelva pronto porque la comida aquí sabe bien fea.

15 de septiembre
Mamá ya casi va a volver, hoy me vistieron bonito y fui a verla dormidita en una cajita cuadrada, le puse mi cobija de tigre para que la cuide por mí, también te voy a dejar con ella para que me escriba cuando despierte y se sienta mejor, además conseguí una nueva crayola que le arrebate a un niño en la escuela así que si va a poder escribir, además esta es de color azul.

Mamá, sé que estas leyendo esto porque a ti siempre te gusto leer mi diario cuando creías que estaba dormida pero no lo estaba, te quiero mucho, vuelve cuando te sientas mejor, mi papá ya no está así que ya no vamos a tener que oírlo rugir porque eso nos asustaba. Te quiero mucho, vuelve rápido, mi osito y yo vamos a estarte esperando; además les conté a todos que nos vas a contar el cuento de las sábanas porque faltan muchas para hacer las mil, te quiero, con cariño, tu princesita.

Desde el castillo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora