𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐚𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐢𝐯𝐞𝐫 ||𝐻𝑒𝑟𝑚𝑒𝑠 𝐵𝑙𝑜𝑜𝑑 𝑜𝑓 𝑍𝑒𝑢𝑠

Capitulo IV

(Hoy nuestro bebé imperativo narrará este capítulo 🛐)

_❝Al final, no estamos tan lejos uno del otro, los dos vemos la misma luna, ¿No es cierto?❞_

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Estaba en un campo lleno de flores, miraba a todos lados, no había nadie, solo la soledad y yo.

De pronto, una fuerte luz violeta hizo que cerrase los ojos con fuerza, tapándome la cara con mi brazo.

Cuando la luz cesó, quite mi brazo de mi cara y abrí los ojos.

Era ella, simplemente ella.

Era... Cyrene.

Se veia tan bella, su cabello azabache levemente ondulado, sus ojos violetas, su tez blanca, sus mejillas rosadas.

Su túnica, la corona de tres lunas que sostenía el manto morado en su cabeza, su fragancia a orquídeas, era embriagador.

—¿Cyrene?—

Cyrene se acercó a mí y acarició mi mejilla con su mano, era tan suave, olía tan bien.

No decía nada, no se movía, se quedó estática.

Comenzé a acercarme a ella, sus ojos eran tan hipnotizantes.

Se me hacia imposible no hacerlo, su fragancia se hacía más dulce.

Quería quedarme allí para siempre.

Cuando iba a acercarme más a ella, un fuerte rayo hizo temblar la tierra, haciendo que Cyrene cayera a una grieta.

El grito que soltó, sus ojos inundados de terror, su cuerpo cayendo al vacío.

Cuando iba a tomarla, la grieta cerró y el campo oscureció, las flores se convierteron en espinas, cuando parpadeo y abro mis ojos, veo a una mujer.

Por su apariencia, parecía ser el Oráculo de Delfos.

En mi cabeza solo escuchaba sus palabras, no podía moverme, no podía gritar, era como si estuviese en coma.

"Hermes, hijo de Zeus y Maya."

"Cyrene, hija de Hecate y Hades."

"Sus corazones, idénticos a un joven ciervo que corre libre en las praderas."

"Nadie lo alcanza, nadie lo detiene, ni siquiera la flecha del dios Apolo podría frenarlo."

"Su amor corre, con la cabeza entre las aguilas."

"Su amor, puro como agua de manantial."

"Su amor es prácticamente imparable."

"Un imperio que se hace más fuerte, no cae ante los enemigos."

"Pero cuidado Hermes, si un imperio se quiebra desde dentro, no hay quien lo levante."

A lo lejos, se escuchaban los gritos de horror de Cyrene, de cerca, las risas macabras del Oráculo.

Un último rayo bastó, para que me despertase con un grito.

Mre a mi alrededor, estaba en mi templo, comenzé a respirar, intentando calmarme.

Después de todo, solo fue una pesadilla, ¿cierto?.

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