Emma la pro vida

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Primero que nada, tienen que saber que dejé de escribir para abordar esto, algo que no creo yo que merezca ser abordado con tanta minuciosidad porque, si han leído atentamente, es algo que pueden inferir.

El problema es que, por lo visto, lo sacaron de contexto y proporción. Y yo, que tampoco ayudé mucho. 

Pero, bueno, a lo que vinimos.

Recientemente (de meses a horas a minutos) me han hecho saber que hay quienes piensan que Emma es pro vida.

Quien lee, es cierto, tiene un trabajo difícil, muy difícil, que es el de terminar de escribir el texto ya escrito: tiene que rellenar huecos desde su experiencia y visión de mundo. Hasta ahí, todo bien, porque se supone que en ese proceso es en donde encontramos cierto placer y goce: hacemos conjeturas, realizamos inferencias, nos adelantamos y proponemos hipótesis sobre qué va a pasar luego, cómo va a pasar, y qué va a resultar de todo ello. Dependiendo de cada quién, cuando se cumplen todas las expectativas personales dentro del texto, puede ser muy aburrido –porque significa que el texto está basado en una fórmula predecible– o muy satisfactorio.

Aun así, leer no implica solo decodificar las palabras que están ahí, dispuestas en una sintaxis de tal o cual complejidad, porque eso sería llevar a cabo una lectura inocente y bastante ingenua. Lo contrario sería, analizar el texto –"analizar" en el sentido estricto de la palabra–, ver todas sus partes por separado y rellenar huecos narrativos que ni siquiera existen. Por supuesto, quien escribió el texto no tiene ningún control sobre el acto de lectura, y, a decir verdad, no sé si tampoco quiera tenerlo.

No obstante, leer, como dije, es un trabajo difícil porque hay que saber hasta dónde hay que poner de nuestra parte para hacer que el texto funcione, que camine, porque muchas veces, en ese ejercicio de rellenar huecos –o como decimos en términos amigables: "leer entre líneas"– podemos cometer errores que transforman el texto de tal manera que lo que empezó siendo un experimento social dentro de la literatura termina en manifiesto. Lo he dicho muchas veces, pero lo repito: el texto existe en el vacío y es finito... hasta que alguien lo lee, y lo que haga ese alguien con el texto, lo que sea que interprete, muchas veces tiene más que ver consigo mismo que con el texto o con quien haya escrito el texto.

También es cierto que, al escribir, es imposible desprenderse completamente de sí mismo y pensar radicalmente distinto: siempre habrá algo de la ideología de quien escribe, impregnada en todas las partes del texto (situaciones, personajes, lugares, tiempos, discursos, etc.). Y, sin embargo, eso no significa que lo que ocurre en el texto concuerda con lo que explica y describe a quien lo escribió.

Ahora bien, lo que realmente interesa.

Hay varias cosas por comentar, pero, primero, dos consideraciones preliminares:

1) Tengan en cuenta que, desde mi posición como quien escribe la historia, los personajes se hicieron con un propósito muy estricto, pero que, al final, hirvieron por cuenta propia y, aunque suene muy shelleyano, "cobraron vida".

2) Consideren que esa versión mía que escribió la historia la empezó en 2012, cuando tenía 18 (para los que no lo sepan). No es una excusa, no es una justificación, sino una explicación: mi contexto general de crianza, me regaló una visión de mundo específica desde la que concebí gran parte de cada uno de los personajes. Como escritora principiante, incluso más de lo que lo soy ahora, y rodeada de una narrativa –hablo del plano de la realidad inmediata– específica, mi postura frente a muchos temas está ahí plasmada, y ha ido cambiando conforme yo también he ido cambiando.

Habiendo dicho lo anterior, ahora sí.

Hay una situación específica que parece haber alborotado un gallinero que lee con ojos de 2022 algo que ocurrió hace más de diez años y en el terreno de la ficción.

Lo he comentado con respecto a otros temas, especialmente con las etiquetas: si el personaje en cuestión no lo dice explícitamente, ni está en mí ni en ustedes de atribuirles algo. Así es que, desde mi punto de vista, Emma ni es pro vida ni es pro aborto, ni un poquito ni rotundamente.

PERO-

Como parece ser importante para ustedes y yo estoy en la posición de poder decirlo –porque lo sé hasta el cansancio–: a Emma le vale verga si quieren abortar o parir al chamaco. Lo que le interesa es que a ella la dejen de joder con que por qué no va a tener hijos, como si su único fin en la tierra es el de tener un Kindergarten de ojitos verdes que hablan italiano. Igual pasa con Sophia. Cualquier excusa o explicación que den para no tener hijos, incluso a sus familias, sale sobrando porque lo hacen por ellos al ver que no pueden lidiar con un simple "porque no quiero". Si a ustedes todavía no les ha tocado vivir una situación similar, qué suerte la que tienen.

Por otra parte, Emma no es religiosa: ella cree en ciertas cosas, pero religiosa no es. ¿Cuándo la han visto practicar? Yo sé, y no sé si lo escribí en algún momento, que Emma solo va a misa dos veces al año: para el cumpleaños de la Nonna, que es en noviembre, y para el aniversario de su muerte, que es en marzo. That's as far as it gets. Lo demás, es como una garrapata discursiva que trasciende a chiste: no se puede sacar a Dios de la boca porque es un recurso bastante útil. De manera que, si fundamentaban que Emma era rotundamente pro vida porque era bien religiosa... bruh.

Cuando Emma dice: "estoy dispuesta a ayudarte siempre y cuando no decidas abortarlo"... oigan, la cosa va por dinero, y eso, para Emma, se soluciona en una nada. Es así de sencillo. No hay otras líneas entre las que haya que leer; si leyeron otra cosa, revisen cuánto están poniendo de su propia cosecha. ¿No suena lo suficientemente convincente? Bueno, al inicio Emma le dice "Hagamos una cosa, si es que te parece".

Con Natasha la cosa fue distinta. Como estaba planeado, la idea era que lo que sea que le dijera Emma sería un atenuador de la crisis.

Como sea, reitero que cuando escribí muchas de esas cosas, aunque tenía muy claro que a Emma lo único que le importaba era que a ella no la hicieran parir, no supe expresarlo mejor. Y yo sé que el texto tiene muchas fallas, muchas incongruencias, por eso me tomé la libertad de revisarlo y de redondearlo en Untitled 1, pero, como muchas personas pensaron que era una pérdida de tiempo porque dejaba en el aire AyS, ya no lo seguí haciendo.




PS: no se les olvide que el ser humano es un proceso (que está en constante cambio, pues), y que tiene que haber apertura a que todos tengamos la posibilidad de cambiar de parecer en cuanto a lo que sea. 

Recetario de chismesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora