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Múnich, 1984
Sentada junto al banco del piano, garabateaste en los papeles frente a ti, tomando algunas notas para tu nueva canción. Sin embargo, se sentía demasiado silencioso y vacío en la habitación, a pesar de que sabías que Paul estaba allí.
De repente sonó el teléfono. Miraste a Paul, quien se acercó al teléfono inmediatamente mientras regresabas al trabajo, pensando que la llamada no era tan importante.
Estando demasiado ocupada con tu nueva canción, Paul respondió a la llamada, "¿Hola?"
Una voz que no se había escuchado en mucho tiempo respondió: "Paul. ¿Puedo hablar con (T/N)?"
"Ay, Matthew. Ella no puede hablar en este momento", dijo Paul, "trabaja día y noche, constantemente, sin descanso".
Matthew suspiró en respuesta: "Asegurate de decirle que llamé"
"No te preocupes, está en buenas manos", Paul te miró, "Por supuesto le diré que le llamaste".
Antes de que Matthew pudiera decir algo más, Paul interrumpió, "Adiosito", antes de colgar.
Cuando Matthew miró el teléfono en su regazo, dejó escapar un suspiro de frustración, sabiendo desde el principio que Paul no te dejaría contestar el teléfono de todos modos.
Sabía del conflicto de la banda y estaba extremadamente preocupado por ti, especialmente con Paul a tu lado. Sin embargo, esa fue solo una parte de la razón por la que decidió llamar.
Marcando otro número en el teléfono, esperó una respuesta hasta que una voz respondió: "¿Hola?"
Sentada en la sala de grabación, le diste una larga calada a tu cigarrillo mientras escuchabas la música rock sintetizada que se suponía que era para tu nueva canción.
Paul caminó desde el sofá y se arrodilló frente a ti antes de darte palmaditas en la rodilla, "(T/N), es realmente genial".
