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                 " Manna di San Nicola, el surgimiento"

1645 Palermo, Italia.

      Wuxian observaba caer las gotas de arsénico en el fino frasco, unos cuantos mililitros de cimbalaria y la obra más retorcida y perfecta estaría hecha una vez más. Un nuevo cosmético en las manos maltratadas de otra mujer desdichada. 

       La fémina frente a él, era sólo un alma pura en busca de verdaderos cosméticos para complacer a su esposo, el camino se retorció cuando entre pequeños datos Wuxian empatizo con la infortuna, quien le relató otra de esas vidas llenas de abuso. Era la típica historia de las mujeres que se acercaban en busca de la cura, del elixir liberador, o bien, del portal a una nueva vida.

      No era la primera, ni mucho menos la ultima que daría lugar a una muerte "digna" para aquel que se hacía llamar; esposo. Sin embargo, si era un más que pintaba de carmesí las manos de Wuxian, quien si bien sabía que sólo se hacía cargo de quien lo merecía, era consciente del nulo poder que poseía para decir quien merece dicha muerte o no. Era sabedor del infierno que le esperaría tras la muerte.

     —Gracias— Murmuró la mujer, sosteniendo entre sus manos el insípido liquido, observando culposa la sustancia.

   —Espero que seas feliz, Wen Qing.— El oji gris observó finalmente una pequeña sonrisa asomar del lastimero labio de aquella preciosa mujer, y sólo así recordó... recordó porque seguía valiendo la pena una estancia en el fuego del infierno.

                                                                              1644 Palermo, Italia.

    Wuxian se quedó con las riquezas de su difunto esposo, regocijó del pequeño de cinco años, una casa grande a sus pies, terrenos, dinero y mucho más, sin embargo ¿Por qué el vació seguía consumiendo su impuro corazón?

     Él observó cada noche sus manos, aquellas prolijamente limpias, sin más moretones o rosaduras se sentían mucho más sórdidas que antes, quizá la sangre no se veía correr entre sus uñas, pero él lo sabía, sabía que estaba ahí, reconocía que eran las manos de un asesino, de alguien que se creyó con el derecho de jugar con la vida y la muerte cuál parca. Pero también reconocía que ni siquiera boto a su comprador para él mismo. Era consciente de eso cada que observaba al niño de 7 años jugar libremente por el vereda.

      Pero ¿cómo podía acabar con las voces arañando en su mente? ¿cómo debía derrotar al silencio de su soledad? Su refugió fueron aquellas tardes observando la excentricidad de cosmetologos elaborando más y más apartijos para ser perfectos.

     Las tardes solitarias se esfumaron cuando su camino se cruzó con una iluminada iglesia; San Nicola, forjada en grandiosa gloría, destellante de un rechinante purpura, dirigida por un hombre de mala cara y túnicas violetas.

       —Padre, ¿Qué haría usted, si yo confesase ante usted que maté a un hombre?— Wuxian observó los cansados ojos envueltos en bolsas negras bajo ellos abrirse inhumanamente, mientras redirigía completamente su atención hacía otro lado ¿Quién dijo que alguien entregado a Dios tendría siempre la respuesta?

     —Nada justifica la muerte, hermano mio, si fuese la blasfema verdad, entregarse liberaría tu consciencia de los demonios, pero las manos estarán siempre manchadas de sangre.— Contestó observando la gran cruz al fondo del glorioso edificio.

   —¿Debía dejar entonces que se hombre me siguiese atormentando, padre? ¿Cree usted que los ojos de un pequeño debían perder la inocencia por las atrocidades que su padre cometía contra mi cuerpo cada noche? cuál festín en bufete ¿mi cuerpo debía seguir siendo la capilla destruida de mi esposo?— Preguntó alejándose de la banca, cómo si supiese que un representare de algo tan magno jamás podría comprender.

       —Matar a una persona cómo esa puede seguir siendo algo verdaderamente atroz, pero puedo estar seguro que mandaste un demonio más a su hábitat de residencia.— Respondió el reverendo, abandonando su lugar para posarse frente a Wuxian.— Ahora, responderme cómo un igual, hermano mio, ¿Cómo es que aún no se sabe que tus manos están manchadas de sangre?

     Wuxian observó detenidamente los ojos del hombre, ¿Podía confiar realmente en otro hombre del sistema?

    —En aquel entonces, me arriesgué verdaderamente, no sabía lo que hacía, ni mucho menos cuál  era la cantidad correcta, o si la sustancia serviría si quiera, tampoco era consiente de si realmente pasaría desapercibido en la autopsia.— Su cabeza gacha recordaba cada ingrediente, hacía recuento de las semanas anteriores observando los menjurjes de los cosmetologos, las enseñanzas que le habían llevado a mejorar dicha sustancia hacía solo unos días.

     — ¿Creaste un veneno?— Cuestionó, con voz rota, cómo si en el fondo de su corazón anhelara una respuesta asertiva.

    — Lo hice— Wuxian esperaba recibir un reproche, alguna respuesta que le tachara cómo él pecador que era ahora, grata sorpresa al escuchar el camino retorcido.

     — Mi silencio se paga con un poco de esas gotas— Contestó el padre, tomando por sorpresa al joven frente a él.

      —¿Por qué querría algo así?— el oji gris sabía que desechó una basura que requería ir al inorgánico, pero también era consiente que jamás compartiría algo tan catastrófico como ésto de manera ligera, convirtiéndose así en otro asesino sin fines en la deriva.

       El padre suspiro, recargándose nuevamente en una de las brillantes bancas, fijando sus pupilas una vez más a su Dios al fondo.

     —Los caminos de nuestro Dios son inciertos, y espero enteramente que te mande a mis brazos en forma de un ángel caído, o un demonio quizá.— Hizo una pequeña pausa para mirar fijamente a wuxian, con gran suplica desbordante.— Mi hermana menor, mi pequeña Yanli, siempre fue una niña brillante, una flor de loto resplandeciente, ¿Que sucede cuando una virgen flor es arrancada desde la raíz? se pudre lentamente, sin embargo, ella sigue siendo una flor sosteniéndose fuertemente contra la brisa invernal, a sido así desde que mi padre la vendió a Jin Zi Xun, Wei Wuxian, yo, Jiang Cheng, me arrodillo ante ti, para implorarte por la vida de mi pequeña hermanita....

    Quizá simplemente fue en aquella iglesia donde Dios eligió a Wuxian cómo uno de sus ángeles caídos, para convertirlo en el Demonio de la salvación.


Pd de autor: no desesperen, lan zhan ya vendrá en el próximo capítulo, es sólo que necesitaba desarrollar bien éste inicio para que pudiese comprenderse el porqué de las acciones de Wuxian, debía darle tiempo a ésta larga introducción para que se entendiese la futura presencia de Lan en la vida de Wei Wuxian, y principalmente para que en un futuro tenga sentido el final.

Espero de corazón qué esta historia no les esté desepcionando, y que de alguna manera sientan tanto cómo yo siento al escribira,  que logren comprender los saltos de tiempo del futuro, al presente y al pasado, ya que incluso a mi cómo escritor de dicho fic me cuesta escribirlo pensando en que las edades, fechas y años concuerden con la sucesión de los hechos.

Poison of the heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora