19 Blanco

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Los pasillos eran silenciosos, solemnes, el blanco inundaba las paredea en moños y decorados, silencio.

El sol permanecía oculto detras delas nubes grises, de luto, las aves dejaron de cantar y las flores morian lentamente.

_Da-ge_ llamaron. ¿El Lan o el Jin? No sabía, no le interesaba.

No hubo contestación.

Se quedo ahí en la habitación de su hermanito, su adorado hermano, el hermano martirizado, él hermano que no logro proteger, en quien no confío y ahora...ahora solo quiere regresar en el tiempo.

_A-Sang_ pronunció arrodillado junto a la cama donde estaba el cuerpo de su hermano, vestido con su mejor tunica, portando las joyas más bellas que tenía, con su sable que nunca utilizo a su izquierda y a su derecha su fiel espada, entre sus manos su abanico favorito; el que él le regaló en algún momento de su infancia.

Hermoso, era como se podía describir la apariencia del joven en la cama, pero de que servía esa belleza si su palida piel y labios azules demostraban que era la última vez que lo verían así.

_Se supone que tú debías cremarme, no yo a ti_ se quejó en agonía por la tristeza ardiente en su ser.

Dolía, el vino al mundo primero, se supone debían seguir las leyes de la vida, no le gustaba ver ahí a su hermano.

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Fue una mañana fría, la nevada de invierno había sido ese año más fuerte y duradera, aún se podía ver un poco de nieve en algunos lugares pese a que estaban a finales de mayo, los cielos aún se mantenían nublados.

_¡Madam Nie esta dando a luz!_ fue el grito que inundo el silencioso lugar.

Pasos llendo y viniendo de un lado a otro, cubetas de agua tibia y toallas venian de mano en mano, la habitación de Madam Nie estaba en movimiento y los jadeos de la dama se escuchaban afuera.

_¿Qué pasa?_ un niño de cinco años miraba como todos los sirvientes corrían, el ruido habia interrumpido su lectura y estaba con el entrecejo fruncido por eso.

_Nie-gongzi_ un sirviente se detuvo_ sentimos el ruido, pero Madam Nie esta dando a luz_ mencionó y después de una inclinación siguió su caminó con unas toallas en sus manos.

_¿dando a luz?_ preguntó confundido, era un niño y no entendía aún el significado de esas palabras.

Decidió no quedarse con la duda y emprendió caminó para buscar a su padre, después de todo casi era hora de su entrenamiento y su padre nunca faltaba, llegó al campo de entrenamiento y se sentó a esperar.

Espero media hora y su padre no llegaba, el pequeño pensó que talvez tenía una reunión pero no fue así.

Siguió sentado y miraba que tampoco los discípulos practicaban, de hecho él era el único que estaba ahí.

Fruncio el entrecejo pero no se fue, permaneció ahí.

Unas dos horas habían pasado y su padre no llegó, decidió ir a preguntar donde estaba y camino por los pasillos vacíos, ¿dónde estaban todos?, siguió caminando hasta que escucho unas voces.

_El bebé es pequeño pero fuerte, todo un guerrero_

_Lo se, es hermoso, él líder Nie tiene muchas esperanzas en él_

_Habian dicho que iba a ser niña y miren, un fuerte varón, otro heredero Nie_

_¿Qué dices?, ese bebé será el único heredero de secta_

Verdades detras de un abanicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora