IX

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⚠️ AVISO A NAVEGANTES ⚠️

A partir de este punto del fic habrá comportamientos muy tóxicos por parte de uno de los personajes. Con esto no quiero estar normalizando la toxicidad ni mucho menos romantizándola. ¡Recordad que todo es ficción!, nunca debéis tolerar un comportamiento así en la vida real, y tampoco debéis seguir los pasos de ese personaje.
También aprovecho para avisar de las posibles futuras escenas +18 que puedan aparecer. Será contenido MUY explícito, es vuestra responsabilidad leerlas o no.
Dicho esto, disfrutad de la lectura. <3

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Zubimendi

No sabía por qué nos había mandado a ducharnos solo a nosotros dos, todavía quedaban tres cuartos de hora para que terminase el entrenamiento, y tampoco nos veíamos tan cansados como para que el míster decidiera darnos descanso, pero parecía que Eric y Luis se habían aliado para joderme ese día.
Seguí a Eric por el pasillo hasta llegar a las duchas, y allí, me senté con los brazos cruzados en el banquillo que había, mirando fijamente la pared, serio, deseando que esos cuarenta y cinco minutos pasaran en un abrir y cerrar de ojos.

— ¿No te piensas duchar? —preguntó mientras rebuscaba el champú y el gel corporal en su mochila, yo no le hice caso, me quedé callado mientras mi vista seguía fijada en los azulejos blanquecinos de la pared.— ¡hey! —chasqueó dos dedos enfrente de mi cara, causándome un resoplido.—

— ¿No te das cuenta de que te estoy ignorando? —en ningún momento hice contacto visual con él, y aunque él lo intentara, yo cada vez giraba más mi cara en dirección contraria.—

— Oye, yo no tengo la culpa de que nos tengamos que duchar solos hoy, ¿de acuerdo? —giró mi cara con una mano, pero la aparté de un manotazo. Él, por alguna razón que desconocía, rió.— eres adorable cuando te enfadas, tío. —y no sé por qué, pero en ese momento se me subieron los colores.—

— No soy adorable, ni cuando me enfado, ni nunca. —dejé claro, cruzando aún más mis brazos.—

— Yo no pienso lo mismo. —dejó un pellizco en mi mejilla y colgó su toalla en su hombro, yéndose a la ducha, que justamente estaba enfrente mía.—

No se cortó ni un pelo y empezó a desvestirse delante de mis narices, incluso noté que en algún momento me miraba de reojo, parecía que buscaba desesperadamente que lo mirara, y por alguna extraña razón, no podía apartar mi vista de él, era imposible. Finalmente se quitó el bóxer, yo abrí mis ojos ampliamente. Un molesto calor se concentró en mis mejillas, teniendo que posar mi mano sobre una de ellas para ver si realmente estaba tan caliente como la notaba.
Relajé un poco mi cuerpo, recostándome contra la pared, mis ojos no se movieron ni un milímetro, recorrían el mojado cuerpo ajeno de arriba a abajo. Me detuve en la zona baja de su cintura, por donde corría el agua con rapidez, dejando ver su piel más brillante que de normal. La espuma tapaba algunas partes de su cuerpo, algunas de las que más deseaba observar, pero el agua terminó por cumplir mis deseos.
Mordí mi labio inferior por inercia y me removí intranquilo en mi asiento sin percatarme de que un creciente bulto nacía en mi entrepierna. No me podía creer que me estuviera empalmando viendo a un compañero, estaba más que acostumbrado a ducharme con chicos y nunca en mi vida había tenido un "accidente" así.
No le di importancia, contemplaba la escena, que para mí transcurría a cámara lenta, de mi compañero enjabonándose el pelo. Parecía una película erótica, que cuando mi compañero terminara de ducharse se daría cuenta de mi erección y me pondría contra la pared, poseyéndome en las duchas, con el agua mojándonos a los dos... si es que era posible que yo me encontrara más mojado.
No entendía por qué pensaba en esas cosas, pero esos pensamientos me obligaron a meterme la mano por debajo del pantalón, acariciando lentamente mi entrepierna. Abrí un poco más mis piernas para darme espacio, mi piel se erizó cuando al fin noté el tacto de mi mano directamente sobre mi erección, que cada vez molestaba más.
Solté un jadeo que afortunadamente se vio opacado por el sonido del agua chocando contra el suelo, cada vez estaba más motivado masturbándome en aquel incómodo banco de madera, siendo un soporte un tanto inestable.
Cerré los ojos, cada vez estaba más cerca del orgasmo, de tocar el cielo, pero el agua de repente dejó de caer. Abrí mis ojos rápidamente, sacando mi mano del pantalón, el vapor que cubría la superficie del baño me ayudó a no ser descubierto por mi compañero, que se acercó hasta mí con la toalla enganchada en su cintura.

𝐰𝐢𝐬𝐡 𝐲𝐨𝐮 𝐰𝐞𝐫𝐞 𝐬𝐨𝐛𝐞𝐫 : sefutbol. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora