El camino hasta la casa de Lucas se hace corto.
Cuando llegamos, llamamos al timbre y nos abre Julio. Él lleva puestos unos pantalones muy parecidos a los de mi hermano, pero de color verde, una camisa negra y sus míticas Nike Blazer Mid '77. Me quedo mirándolo de arriba a abajo y cuando me doy cuenta estamos los dos solos.
-¿Vas a pasar o vas a seguir mirándome?
Dice Julio sacándome de mis pensamientos.
Yo decido no contestarle y atravieso el umbral de la puerta.
De repente noto un susurro en mi oreja.
-Vas muy guapa, morena.
Dice Julio haciendo que se me erice la piel.
-Tú también.
Digo sin creer lo que acaba de salir por mi boca, Julio parece igual de sorprendido que yo ante mis últimas declaraciones.
Para evitar que se forme una situación incómoda entre los dos, decido irme a la cocina a ayudar a Lucas a preparar las cosas para la fiesta.
-Hola, Luqui.
Digo dándole un abrazo, desde que tengo uso de razón siempre le he llamado así.
-Hola, Alicia. ¿Ya has vuelto del país de las maravillas?
Dice Lucas riendo, siempre me dice lo mismo.
-Sí, justo acabo de dejar al sombrerero loco en la puerta.
Digo siguiéndole el juego mientras preparo las bebidas.
Lucas se ríe.
-Deja el alcohol aquí y los refrescos en este lado.
Dice Lucas cogiendo un par de botellas de Puerto de Indias y dejándolas en un lado de la encimera de su gran cocina.
Asiento y hago lo que me dice.
Después de dejar toda la cocina lista, Lucas y yo nos vamos al salón con los demás, los cuales están preparando el equipo de música.
-Esto ya está.
Dice mi hermano poniendo la playlist de la fiesta.
-Que comience la fiesta.
Dice Julio trayendo unas cervezas para empezar la noche.
En menos de una hora la casa de Lucas se ha llenado de gente del instituto.
Después de varias cervezas y un cubata de Larios con limón, decido echarme otro cubata, pero esta vez de Barceló con Coca-Cola.
Cuando me doy cuenta, estamos sentados en el gran sofá de la casa de Lucas. A mi lado izquierdo están Martina y mi hermano cogidos de la mano, a mi lado derecho está Lucas, en frente de mí está Lucía y a su lado derecho está Julio, el cual tiene una cerveza en la mano.
El alcohol ya ha hecho que vaya un poco subida de tono, pero no le doy mucha importancia.
En todo este tiempo que llevamos sentados no puedo dejar de notar la mirada de envidia de Lucía sobre mí.
-Madre mía- dice Lucía riéndose y pegándole un trago a su bebida.- Ya hay que ser cobarde al encontrarte a tu padre muerto en el suelo y no hacer nada al respecto.
Lucía me mira con una sonrisa maléfica en su rostro.
Lo que acaba de decir va por mí, ya que, según ella, quedarse en shock mientras ves a tu padre muerto en el suelo es de ser cobarde.
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Solo tú.
Teen FictionJulio Martínez ha aparecido en mi vida de golpe y porrazo. Pero, yo, Alicia Rodríguez, no le voy a dejar entrar a mi corazón así como así, y mucho menos con lo que pasó con Alex García.