ESCRIBIR

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Echaba de menos escribir. Echaba de menos invéntame historias sin ningún tipo de sentido pero que podía leer una y otra vez.

La inspiración se me había evaporado como el agua en pleno agosto.

No tenía nada interesante que decir, y para no decir nada importante mejor mantenía la boca y la mente cerrada.

Y ahora me doy cuenta de que ha sido un error.

Hacemos cosas inútiles todos los días como beber agua cuando no tenemos sed o comer cuando no tenemos hambre por el mero hecho de que la inercia nos incita a hacerlo.

Y pensaba que eso no funcionaba de esa manera a la hora de escribir.

Pero no es así, porque una historia sigue siéndolo, aunque sea mala. Y pese a que no tenia nada que decir debería haber escrito cualquier cosa que se me pasase por la cabeza.

Aunque no tengamos sed, beber agua nos puede salvar de una deshidratación y aunque no tengamos hambre, comer puede salvarnos de una desnutrición.

Lo mismo ocurre con la escritura.

Nos puede salvar de una sobrecarga de pensamientos que no sabíamos que estaban ahí.

Reflexiones a las 2:45Donde viven las historias. Descúbrelo ahora