6 - Amanda

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[Meredith]

Se podría decir que ella tiene abierto su tercer ojo desde que nació, y claro, no fue intencional; Cuando se lo dijo a sus padres o a cualquier persona, decían estaba loca.

Pero la gota que derramó el vaso, fue que un día, ella estaba en su departamento, para ese entonces ella ya vivía sola.

La cosa es que, una entidad del bajo astral trató de hacerle daño, lo cual provocó todo un escándalo en su apartamento, y gracias a eso sus vecinos llamaron a las autoridades.

Nadie le creyó sobre lo que había sucedido a pesar de que tenía rasguños en los brazos, cuello y espalda.

Su familia la diagnostico con Psicosis sin si quiera haber visitado a un médico y pagaron para que fuera internada en el hospital psiquiátrico, nadie nunca la visita.

El mismo día en que yo entré, ella intentó suicidarse con una sobredosis de pastillas que robó de la enfermería; Ella lo hizo porque quería dejar de verlos, de oírlos, de sentirlos, ella me dijo que eso no es vida.

Al principio yo creí que en realidad si tenía psicosis, no le creía que pudiera ver cosas que nadie más puede, pero conforme nos fuimos agarrando confianza, ella y yo tuvimos una especie de sesión espiritista a escondidas, en el baño.

Yo lo hacía solo por entretenimiento, en realidad no creía que sucedería algo, pero lamentablemente si pasó.

Ella pidió que la entidad se hiciera presente y segundos después, la luz de todo el hospital psiquiátrico estaba fallando, incluso escuchamos pasos y yo pude sentir que algo o alguien me soplo al oído.

Yo casi me infarto del susto esa vez, desde entonces comprendí que aquello que sentí en tan solo 10 minutos, era lo que ella tenía que soportar diariamente.

Desde ese día le creí, ya no era "la loca de los fantasmas" como la llaman las enfermeras, ahora era mi amiga y actualmente aún lo es, y le prometí que la visitaría cada que pudiera.

Pero estaba tan concentrada en arreglar algunos de mis asuntos, que la olvide por completo.

Al terminar de acomodar las cosas de Snow por toda la casa me puse mi pijama y tomé asiento en el sillón para ver alguna película en la televisión.

Claro que Snow ya no me reclamó por sentarme en el sofá, ahora tiene tantas cosas con las que distraerse que no sabe ni con que empezar, le da vueltas a su nueva cama, sube y baja su rascador y así lo hace con todo lo que le compré hasta que por fin se decide a jugar con una pelota hecha de plumas que cuelga de su casa para gatos de tres pisos.

Solo espero que si ocupe todas las cosas que le compré, no me salieron tan baratos como para que no los use.

Después de un rato me acuesto en el sofá para ver la tv más cómodamente; Tan solo en cuestión de unos cuantos minutos termino quedándome profundamente dormida en el sofá, con el ruido de la televisión de fondo.

***

Al despertar, de lo primero que me percato, es que mi espalda está algo contractura da por la mala postura en la que dormí, Tomo asiento y apago la tele segundos antes de comenzar a tronarme la espalda y bostezar.

La casa ya está lo suficientemente iluminada por la luz que brinda el sol de mañana, así que me levanto para apagar la luz de la cocina que se quedó prendida toda la noche.

Hago mi típico recorrido por la casa como todos los días, hago mis necesidades, me doy un baño, me cambio y desayuno; Al terminar mi rutina veo la hora en mi teléfono.

11:48 am

Camino aún descalza por la casa para tomar mis llaves, mis zapatos y me llevo un susto infernal al casi pisar a Snow.

Beso Azul  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora