Y así, las chicas se quedaron hablando un largo rato. Y cerca de las 5.30, todos sus amigos se encontraban con ellas.
La fiesta estaba terminando, por lo que cada uno se va por lados diferentes (tal y como habían llegado al club).
Marti después de dejar a sus amigas en sus casas, llega a la suya, se cambia, desmaquilla y acuesta. No puede dormir pensando en la morocha de ojos verdes que conoció esa noche. Nuevamente pasa por su cabeza la idea de que si la hubiera conocido hace 4 años, ya mínimo tenía su celular, y un beso le sacaba. Pero la Marti de ahora, era una chica mucho más madura y que le costaba pensar que el amor había sido pensado para ella.
El domingo fue un día bastante aburrido en la vida de nuestras dos protagonistas. Marti después de dar muchas vueltas durante al amanecer, casi durmió todo el día (cosa que agradecía porque no quería seguir pensando en esa morocha de ojos verdes con la que había soñado toda la noche), cuando se despertó, comió algo, revisó algunos mails de alumnos que le habían hecho consultas durante el fin de semana, y se fue a dormir para empezar la rutina semanal nuevamente.
En el caso de Luli, aunque también le había costado un poco dormir, desde las 13hs estaba trabajando en su entrega de la facultad que tenía que presentar el día miércoles y que tanto tiempo le estaba llevando.Lunes, nueva semana, se acercaba el verano, lo cual siempre en la gente de la ciudad genera un mejor humor. El Lunes para Marti arrancó a las 8am, dado que a las 9.30 tenía que encontrarse en su lugar de trabajo. Llevaba poco más de dos años trabajando en esta, su tercera agencia de publicidad, y podía decir que estaba MUY contenta. Tenía amigas (esas típicas amigas que uno se genera luego de pasar más de 8hs al día en el mismo lugar, pero que poco saben de tu vida personal).
Siendo las 9, Marti se sube al auto, asegurándose de no olvidarse nada, hoy después del trabajo le tocaba ir a la universidad. Una vez que certifica que tiene todo, toma un sorbo del café que tiene preparado en su taza hermética, se pone los anteojos de sol, y sale para la oficina. En la misma la espera un arduo día de trabajo, con varias reuniones, calls, mails por responder y problemas por solucionar, pero nada a lo que no este acostumbrada.
A las 18.00, y sabiendo que le quedan un par de mails sin enviar, se acerca a su jefa (con la que ya lleva varios años compartidos, peleas y risas. Todos se pelan con los jefes), y le dice que los mails restantes los estará enviando durante el horario del recreo de la facultad, por lo que se despide y emprende camino hacia el centro.
Bien sabe que su jefa odia que ella siga trabajando después de hora, pero Marti no entiende como es que ella pretende que pueda avanzar con todo sin tener que trabajar más de lo debido. La mayoría de las peleas o discusiones que ha tenido con Claudia (su jefa) eran por este tema.Marti conduce a una velocidad prudente, dado que las calles de buenos aires a las 18hs no le permiten aumentar la velocidad, aunque ella muy bien sabe que es lo único que desea en este momento. Y frente a este pensamiento, se le aparece otra vez la cara de esa chica que desde el sábado no sale de su cabeza (aunque durante el día, cada vez que aparecía tenía que bloquearla para poder avanzar con sus responsabilidades).
Contemplando que el tránsito iba lento, señal de que a la clase seguramente llegue tarde, y que poco podía hacer al respecto, ahora si se da el tiempo de pensar en la morocha. Aún se reprocha el hecho de no haberle pedido el celular. No tiene en claro si le hubiera escrito durante estos dos días, pero el saber que no cuenta con este, ya es motivo para lamentarse.Lentamente, más de lo que a la rubia le gustara, logra llegar a la universidad, en la que la clase empezaba 19hs. Siendo 19.10, saluda a Raul (si hay alguien que me conoce en esta facultad es este hombre, las veces que vine llorando, riendo, nerviosa). Raul era el encargado de levantar la barrera del estacionamiento para los profesores, y de abrir y controlar la puerta de los estudiantes. El me vio de las dos maneras, y sabe lo mucho que significa para mi que hoy esto este sucediendo.
Salgo del auto, bajando únicamente la mochila que tiene la computadora de la oficina, y el cuaderno que normalmente uso para hacer un seguimiento de mis alumnos y me desplazo hasta el ascensor. En el mismo, entran cerca de 15 personas, por lo que normalmente no levanto la vista cuando el mismo llega a PB y los alumnos se amontonan para entrar y evitar tener una media falta. Durante el mismo, suelo leer los grupos de WA de mis amigas, dado que durante el día me es imposible seguirles el hilo de la conversación. Hoy el tema era: "Peluquería". Si, más al pedo que ellas no van a encontrar.
Escucho que el ascensor señala que esta en el piso 5, por lo que levanto la vista y pido permiso para salir. Cuando estoy con un pie afuera y otro adentro, veo que en el extremo opuesto al que yo me encontraba y encuentro, esta Luli, esa morocha que no puedo sacarme de la cabeza desde el sábado. Siendo una persona reconocida entre los estudiantes, es que no puedo ponerme a gritar, por lo que mientras espero a poder salir del todo del ascensor, solo clavo mi mirada en ella, que está conversando con un chico.
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Martuli - Curando las heridas
JugendliteraturEsta primera novela es 100% Martuli. Espero que le den apoyo