|| FLY ME TO THE MOON || (Higuel)

🍂🍂1🍂🍂

Desde aquel día la luna no volvió a verse igual.

.

.

.

.

.

.

Condenado a ser un monstruo por el resto de su vida y por poco por la eternidad

.

.

.

.

.

.

...

En definitiva, viajar a un nuevo mundo, lleno de cosas que solo imaginabas en tus sueños o en las leyendas de antaño que contaban los mayores debería de ser todo un placer y un regalo, ver que todo aquello que solo vive en tus fantasías debe de ser simplemente impresionante, solo pareciera que te dan ganas de restregarles a todos en la cara que tenías razón y que todo lo que pensaste era verdad.

Justamente esa es la historia de nuestro protagonista quién tras varios inconvenientes, termino metido en una tierra a la que no pertenecía, más precisamente, la tierra de los muertos donde no solo los esqueletos dominan, sino también los alebrijes, la magia, los colores, la comida y por si fuera poco la música.

Tuvo la suerte de su lado pues esa mañana alcanzó volver a su hogar sano y salvo, además de lograr de desenmascarar un secreto que por muchos años había sido guardado recelosamente por quien menos lo esperaba. Al fin su más anhelado sueño se estaba cumpliendo y nadie más se lo podría quitar... O al menos eso pensaba.

...

-¡¡¡¿¿¿COMO CARAJOS ES QUE ESE ESCUINCLE LOGRÓ CRUZAR EL PUENTE???!!! – preguntó alterada la mujer no-humana, aplastando cada vez más los papeles que tenía en sus manos, mientras tanto sus cristalinos ojos ahora parecían querer irradiar fuego puro.

En alguna de las tantas habitaciones de aquel tan grande y al parecer moderno edificio se veía una esquelética mujer gigante, gritándole a un esqueleto alto, pero pequeño a comparación de la mujer quien vestido con su traje de trabajo solo le reportaba lo ocurrido en el lado de las tierras mexicanas, mientras ella antes degustaba tranquilamente un bufet que le regalaron en la tierra de los vivos como una ofrenda.

- Lo siento mi señora, pero no lo sé, es la primera vez que sucede algo así – el esqueleto mensajero vestido como un policía, intentaba mantener la postura ante su superior, pero parecía una misión imposible ante tal mujer.

-¡¡Bueno, pues búsquenlo no tenemos todo el tiempo del mundo, antes de que – en ese momento interrumpió su orden al ver la cara del oficial frente a ella, el, parecía más nervioso que antes, aparentando el querer decir algo.

- Tengo que pensar que ya se fue ¿cierto? – dijo la mujer poniendo solo una cara de decepción y empezando a masajear su frente.

- S-iento informarle que si mi señora, hace unos días aconteció todo esto, pero desafortunadamente no logramos capturarlo – el esqueleto solo se quitó su gorra de la cabeza, viendo hacia ella como si fuera lo más relevante del mundo y evitando la mirada de la mujer quien solo se veía cada vez más furiosa, hasta que oyó un suspiro fuerte por parte de ella.

-Bueno... ¡¿y porque no fui notificada de esto antes?! – volvía a alzar la voz esperando una respuesta creíble ante tal noticia.

- Sentimos la falta de rapidez; sin embargo, al parecer ha habido problemas de comunicación entre las tierras, desde la visita del menor, no hemos tenido la posibilidad de enviar mensajes de ningún tipo además de parecer que los puentes se están debilitado cada vez más – y así como si fuera un tipo de llamado a las afueras del edificio se lograban oír unos cuantos gritos, la de mayor tamaño al escuchar esto salió volando hacía la ventana para observar lo sucedido.

La escena era catastrófica debajo de ellos se lograba observar el cómo es que uno de los puentes que se conectaban al patio del edificio estaba siendo desmoronado, los pétalos eran amarillos y naranjas, antes parecían que brillaban, pero ahora al caer solo se veían como si fueran de un monótono y opaco color.

Sobre el puente parecían seguir habiendo esqueletos y la mujer sin pensarlo dos veces, bajo de la construcción, donde se encontraba la gente amontonada era todo un caos, algunos de los que estaban más cerca corrían del lugar, mientras otros ayudaban, el puente aún no se caía por completo, sino que iba poco a poco, lo cual era una ventaja para la huesuda quien sobrevolando en el lugar recorrió el largo puente para revisar que no hubiera más esqueletos sobre de él.

En su camino se encontró a unas pocas calaveras que iban de camino a sus tierras, teniendo la ventaja de que ya era bastante noche, no porque realmente los de hueso descansaran o algo así sino más bien porque en ese momento era más común que ellos ya se encontraran en su "isla".

El viaje, realmente era largo, a pie tomaría al menos unos dos días en llegar y en auto al menos dos horas y media, pero para la huesuda tan solo fue una, la cual estuvo llena desesperación por no llegar a tiempo pues el puente parecía desmoronarse a su paso.

Al haber recolectado todos los huesos y llevarlos a tierra firme, avisó de inmediato a las autoridades del lugar que no se ocuparan ninguno de esas construcciones y que evacuaran de inmediato a todo aquel que se encontrara en ellas, así es como a tan solo unos días de haber terminado el día de muertos todo se vino abajo solo por un insignificante niño.

...

Pero, los problemas no podían terminar ahí y es que, a tan solo estar la presencia de la muerte en el centro más importante de la tierra de los muertos, otro inconveniente surgió.

- ¡Mi señora! – hablaba una esqueleto vestida con un vestido de traje de oficina, entrando a la habitación donde se encontraba su superior.

- Se han recibido reportes de que algunas de las almas olvidadas, han escapado de nuestras tierras, al igual que algunos castigados, todo el mundo está vuelto un caos y no se supo cómo lograr escapar esas almas –alterada comenzaba a buscar unos papeles, acomodándose los lentes y volviendo a hablar.

- Al parecer varias de ellas se confundieron de puente y terminaron en Estados Unidos, aunque algunas están esparcidas por el país una gran cantidad está concentrada en un lugar llamado ¿s-san Fr-ansokio? – leía con cuidado el nombre esperando no haberse equivocado.

- Al parecer, ahí hay muchos templos japoneses en honor a usted, además de que hace poco menos de un mes se acaba de celebrar el festival Oboe y eso claramente no es para nada una buena señal – la mujer de menor tamaño comenzó a intentar ordenar sus papeles en el aire, mientras veía cómo es que la mayor solo la veía con total seriedad, empezando a caminar por la sala.

- Esta bien, creo que ya sé que hacer – sus ojos cristalinos se quedaron viendo a una pantalla donde se mostraba la cara del niño que había cruzado a donde no debía.

.

.

.

.

.

.

Los vivos con los vivos y los muertos con los muertos