Dieciséis

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⚠ Violencia física, sangre ⚠

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⚠ Violencia física, sangre ⚠

El sudoroso cuerpo del chico se movía en la cama mientras su respiración se elevaba más rápido. La presión en su pecho aumentaba cuándo los recuerdos se paseaban en su mente fugazmente.

Abrió sus ojos respirando aire puro que entraba del balcón, un suspiro salió de sus labios cuándo se sentó en la cama. Hace varias noches que dormía mal, se despertaba a mitad de la noche sudado, temblando y tenso. Su cuerpo estaba comenzando a pedirle más sustancias para calmar su necesidad, pero seguía negándose.

Tenía que mantenerse limpio. Había tirado todo lo que tenía y cuándo se sentía muy abrumado, fumaba un poco de marihuana que tenía escondida en su closet.

Si tan solo Sora estuviera aquí... nada de esto hubiera pasado.

¿Por que era tan cobarde? ¿Por que no podía superar sus problemas cómo cualquier otra persona? Taeil no era una persona que se abriera facilmente a otros, pero con Sora todo era distinto.

La había lastimado de la peor forma.

¿Como ella iba poder vivir con esa imagen de él? Lo había visto muriendo.

Se sentía avergonzado y decepcionado consigo mismo, él la había hecho tener un ataque. Le había roto el corazón y la había hecho volver a donde temia llevarla.
Las emociones de Sora la habían ahogado cuándo debió verlo así, creando otras que la atormentaban.

Ella misma le había dicho que cuándo sentia tristeza, enojo o preocupación, sus ataques se presentaban con frecuencia. Y claramente le había pasado eso la otra noche, ella debió haber sentido tantas cosas luego de verlo así. Estaba arrepentido de la decisión que había tomado pero no de alejarla. Sora estaba enamorándose y Taeil de ella, pero si no superaba sus problemas, jamás podría amarla como le había prometido.

La mañana llegó mientras aún estaba sentado en la cama mirando por el balcón, imaginando a la chica frente a él, saltando y bailando como lo había hecho algunas otras noches. Jugando y divirtiendose cómo una niña mientras Taeil la observaba como un loco enamorado. La figura de la chica se reproducio en su mente bajo la luna de la noche cuándo se besaban, hacían el amor o simplemente se abrazaban por horas. Las mañanas perezosas entre ambos cuándo cada uno tenía que volver a su vida, alejándose de nuevo.

El teléfono comenzó a sonar desesperadamente cuándo lo encendió luego de unos cuántos días. Miles de llamadas y mensajes aparecieron en la pantalla mientras servia su café.

Llamadas perdidas de Sora, Taeyong y Johnny. Mensajes de un número desconocido que ignoró rápidamente, eliminandolo. Le dolió leer los mensajes de Sora, donde le rogaba que al menos conestara que estaba bien.
Ella debía estar preocupada y triste y eso podía ser peligroso, pero si le contestaba sería peor. Sora sanaría, encontraría a alguien que nunca la hiciera pasar lo que Taeil le hizo pasar y que pudiera amarla sin miedo. Alguien que no fuera un cobarde y estúpido como él.

𝖒𝖔𝖔𝖓𝖑𝖎𝖌𝖍𝖙 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora