La noche caía sobre el grupo de jovenes que reían y charlaban disfrurando de la tranquilidad. Las estrellas estaban brillando cuando la vista de Taeil enfocó la luna llena en el cielo.
Una luna llena como la que había conocido a Sora.
Suspiró tomando el liquido de su vaso cuando una presión en su pecho lo molestó.
"¿Quieres?" preguntó Haechan mostrándole un cigarro armado perfectamente. Taeil negó rápidamente, cuando su estómago rugió.
"¿Lo has dejado?" cuestionó ahora Johnny.
"Hace varias semanas" comentó.
Se sentía un poco orgulloso de si mismo, podría decir. Había dejado cualquier tipo de sustancia, a excepción del cigarrillo que lo ayudaba con su ansiedad. Estaba limpió desde la última que vez que había visto a Sora, desde esa noche. Y aunque estuvo a punto de hacerlo luego de su padre, no se había drogado. No lo había hecho, esta vez era el final..
"¿Que se siente estar limpio?" bromeó el pequeño del grupo. El joven lo pateó burlón.
"Llegarás a los treinta sin ni una neurona, Haechannie"
Todos rieron ante el comentario de Taeyong. Una noche de chicos en el patio del bar a altas horas, era lo que Taeil necesitaba para despejarse de todo. Su cerveza comenzaba a vaciarse y las botellas seguían acumulandose a su lado, aunque sucesivamente, no estaba demasiado ebrio pero lo suficiente para olvidarse de la única cosa que rodeaba su mente.
¿A quién le mentía? Ni drogado, ni ebrio, ni rodeado de sus amigos se olvidaba de ella.
Se levantó de su asiento, prometiéndole a Taeyong que en la mañana volvería a ayudarle con la limpieza, pero ahora mismo le apetecía volver a casa antes de que se hiciera más tarde. Con las manos en sus bolsillos, luego de despedirse de sus amigos, caminó fuera del restaurante, sintiendo el fresco aire golpear en su piel.
Se dirigió por las vacías calles, sonriendo cuándo el recuerdo de la noche en que conoció a Sora llegó a él. Recordando cuándo la encontró en aquel oscuro callejon, hablando sola, se veía preocupada, ansiosa y decepcionada, pero a los segundos era una altanera, segura y una diferente chica. Luego el viaje en su motocicleta, Sora sosteniendose de él fuertemente, su emoción. Finalmente, cuándo pararon cerca de la orilla del río Han y se tiraron al césped. Sin hacer nada, sin decir nada, sin conocerse, sin problemas.
Solo eran ellos dos y la luna. Una inmensa y brillante luna frente a ellos, cómo un panorama, como una fotografía. Así recordaba cada momento con Sora. Ojalá hubiera sido así siempre, ojalá no la habría decepcionada, ojalá no hubiera cometido su mayor error... dejarla ir.
¿Como pudo hacer eso? Ella confiaba en él, se había entregado a él en cuerpo y alma, lo había ayudado con sus adicciones, era lo único que lo hacía querer vivir sobriamente. Su madre estaría decepcionqdo también, estaba seguro. Ella le había dicho sobre Sora en su sueño, ahora lo entendía. Pero era tarde. Estaba solo, sin su madre, sin Sora. Aunque esta vez no sería tan cobarde y enfrentaría a sus problemas, se lo merecía, por lastimarla.
Aclaró su garganta cuándo dobló en la esquina, dándole una ultima mirada a la luna en todo su esplandor y se encaminó hacia su departamento. Arrastró sus pies, dando un bostezo cuándo divisó su hogar. Pero su caminata se detuvo completamente cuándo observó con detalle, los sollozos llegaron a sus oídos y sin pensarlo, comenzó a corrar hacia su puerta.
"¡Sora!" gritó desesperado. La joven acurrucada entre lágrimas, levantó la vista enfocandolo. Llegó hacia ella, viéndola sufrir, sintiendo sus quejidos de dolor, sus puños estaban apretados y sus ojos rojos.
Sus brazos la envolvieron sin decir nada y cuándo sintió su piel helada, la rodeó completamente en su pecho."¿Estas bien?" cuestionó cuando el rostro de la joven se hundió en su pecho. "¿Que pasó?" insistió, pero ella no respondía y no dijo más nada.
Solo la sostuvo, como había hecho en otras ocasiones. Como extrañaba hacerlo, como había deseado desde aquel día. Entraron a la casa, aún abrazados, sosteniendose fuertemente. Taeil la sentó en el sofá y se sacó la chaqueta que traía, depositandosela en sus hombros, ayudandola a ponersela. Sora temblaba, pero sabía que no era solo por el frío.
Su mirada estaba perdida en algun punto cuando Taeil tomó asiento a su lado, sin invadirla, dejándole su espacio.
No iba a preguntar, pero estaba preocupado.
Sus lágrimas se habían detenido luego de un rato y aún sollozoba limpiándolas, su rostro hinchado, sus manos apretando sus dedos, su respiración entrecortada y débil. A Taeil se le rompió el corazón otra vez. Estaba devastado viéndola así.
Recordando cuando él la hizo sentir así.
"Sora" la llamó suavemente, su mano se dirigió hacia su mejilla manchada de lágrimas. La tomó despacio, girando su rostro un poco para verla.
Sus ojos estaban llenos de agua, su sonrisa caída, no había ni una expresion en su rostro.
Estaba apagada.
La necesitaba, más lo que creía. La había extrañado, pero no estaba orgulloso de lo que le había hecho. Para nada.
"¿Alguien te hizo..." empezó a decir.
Pero fue detenido.
La chica se lanzó a sus labios cuándo vio la oportunidad, tomándolo desprevenido. Pero cuándo sintió su aroma, su calor, su saber, le correspondió. No pudo aguantarse, no pudo detenerla. Quería saber cómo estaba, si alguien le había hecho algo, si estaba enojada pero su necesidad fue más fuerte y no pudo negarse a sus labios.
No pudo negarse a volver a sentirla.
La sostuvo de cintura cuándo ella lo rodeó, dándole el permiso para que la acercara lo suficiente y comenzaron a besarse sin dudas, sin presiones, sin pensarlo.
Mierda. La había extrañado como nunca habia extrañado a otra cosa. Ni a la droga.
Sus dedos se colaron por sus mejillas, acariciándolo, sintiendo su calor impregnar su cuerpo. Taeil estaba fascinado. No iba a detenerla, no iba a detenerse, se necesitaban. Los dos lo sabían y ahora que estaban juntos otra vez, no iban a soltarse.
Nunca más.
Mañana domingo subiré los últimos dos capítulos de esta historia *llora*
¡Muchas gracias por todo! Taeil y yo les amamos <3
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𝖒𝖔𝖔𝖓𝖑𝖎𝖌𝖍𝖙 ©
Fanfiction𝕸𝕿. Desastrosa, enloquecida y caótica. La vida de Sora ves un completo caos hasta que conoce a un joven una noche y comienza a sentir cosas que antes nunca antes había experimentado, adentrandola a nuevos cambios y sentimientos que la ayudaran o l...