100 RAZONES PARA AMARTE

Capitulo 6

Yeri tomo asiento al lado de la pelinegra, está ultima se encontraba comiendo una paleta helada mientras sus pensamientos viajaban hacia una linda pelipurpura 8 años mayor que ella. Joohyun la había empujado, la había empujado ¿hizo algo malo?

—¿Estás bien? — pregunto con una sonrisa, para hacerle saber que todo está bien, que no hizo nada malo, y coloco su mano sobre la de la pelinegra

—auch— se quejó al sentir la mano de la castaña sobre la suya

Yeri alejo rápidamente su mano de la de Seulgi—Perdón ¿Te lastimaste?

Wendy entro a la oficina de Joohyun sin ser anunciada como siempre; esta se encontraba en su computadora trabajando, tratando de mantener su mente ocupada después de aquella pesadilla. La rubia tomo asiento como siempre frente a ella y analizo su expresión rápidamente.

—woow ¿tuviste mala noche?

Joohyun dejo de teclear y levanto su vista hacia la rubia— mis pesadillas volvieron... sabia que al volver a Corea era una posibilidad que sucediera, pero— llevo la palma de su mano derecha a su frente y soltó un suspiro— me volví loca, empuje a esa niña.

—Todo estará bien, solo discúlpate

Joohyun frunció el seño al escuchar la palara disculpa— esa palabra no esta en mi vocabulario, además no hice nada malo, no fue mi culpa.. solo no volverá a pasar.

Wendy solo levanto sus hombros, sabia que esa seria su respuesta, pero debía intentarlo. Joohyun no era una persona que se disculpara por algo que según ella no tiene la culpa; muchos pensaban que era una persona muy fría y le tenían miedo; pero en realidad era un persona muy cálida, solo que aun no conocen esa faceta de ella.

La puerta se abrió llamando la atención de la dos amigas, de ella entró una pelirroja con su uniforme de instituto y detrás de ella venia la secretaria quien parecía que trataba de detenerla. Joohyun se puso de pie desconcertada, nadie tenia permitido entrar en su oficina, hasta Natalie tenia que anunciarse y es la secretaria.

—Lo siento Señorita yo...

—Tu— interrumpió a la secretaria y rodeo el escritorio de la Ceo para quedar frente a Joohyun, cuando lo hizo, impactó la palma de su mano en su rostro sorprendiendo a los presentes y logrando que el rostro de Joohyun se moviera al lado izquierdo y se volviera rojo— aprovechando que mi amiga no tiene a donde ir para empujarla y lesionarla.

La pelipurpura quien había cerrado los ojos lo abrió lentamente posicionando su vista en la pelirroja, ella sintió como Wendy tomaba su mano rápidamente para impedir que la moviera y Joohyun soltó una sonrisa engreída.

—Natalie... llama a Seguridad para que saque a esta niña— movió su mano para que Wendy la soltara y tomo asiento nuevamente como si la pelirroja no estuviera a su lado— ah y no quiero que vuelva a entrar al edificio, si la dejan entrar serán despedidos.

Natalie tomo la mano de la pelirroja para sacarla de la oficina de la CEO— no es necesario que llamen a nadie yo me iré sola— pronuncio soltándose del agarre de la secretaria

—Ah... antes de que te vayas... si vuelves a tocarme... o acercarte a mí, arruinare tu vida, no me importara que seas amiga de mi hermana...

La rubia se puso de pie inmediatamente yendo detrás de la pelirroja. Joohyun abandonó su mirada de la pc, toco su mejilla con la palma de su mano sintiendo un leve ardor. Suspiro profundo tratando de concentrase una vez más en el trabajo. Dirigió su vista en la esquina de su escritorio, una vez más estaba la lonchera morada, Seulgi le había enviado una vez más su desayuno con el chofer.

Estiro su mano tomando la lonchera, hizo aun lado la pc que tenia frente a ella y coloco la lonchera en ese espacio. Lo abrió y se encontró con un poco de arroz, sobre ella con algunas verduras se encontraba dibujado un conejo, a su lado había un poco de carne asada.

Joohyun sonrió, todo era muy lindo, le recordó cuando su mamá le enviaba el desayuno cuando iba a la secundaria, ella también le hacia dibujos con la comida. Tomo los palillos para comer un poco de arroz junto con la carne y sus ojos brillaron, sabia a comida de hogar.

Wendy entro una vez más a la oficina después de algunos minutos y sonrió al ver a su amiga comiendo lo que Seulgi le había preparado. Se acerco a ella y tomo asiento.

—se ve delicioso

Joohyun levanto su vista y sonrió— lo está, toma— le paso la lonchera y los palillos— puedes comerlo— se puso de pie tomando su bolso— tengo algo muy importante que hacer, no volveré a la oficina hoy, te dejo encargada.

— ¿Tomándote el día libre? Eso es genial

—No es el día libre, hare algo sobre el trabajo... ah Jennie y Rosé llegaran en dos días, ¿Podrías ver que Natalie tenga listo los departamentos? Yo personalmente las recogeré, Yeri se muere por verlas.

La pelipurpura salió del edificio encontrando a su chofer a un lado del auto, le pidió las llaves y le dio el día libre, este día ella conduciría. Antes de marcharse le dio dinero para que tomara un taxi hacia su casa.

"Muchas personas ven la luna, así que cuando te sientas sola vela, recuerda que no eres la única que la ve y quizás también la esté viendo." "Una vez más tengo esos recuerdos, era una adolescente en vuelta en una burbuja de sueños, y mi despertar fue horrible y traumático. Si sigo teniendo a esa niña cerca de mi probablemente vuelva a pasar lo de anoche, pero no tiene a nadie cerca"

El auto se estaciono y Joohyun voltio a ver a la derecha, donde la puerta del instituto se abría para dejar salir a los alumnos. Abrió la puerta y salió para esperar a las dos menores. La pelinegra inmediatamente sonrió al ver la persona que se encontraba afuera esperándolas, no es que no le gustara que el chofer las recoja, pero verla a ella es un gran regalo.

—Unnie ¿Qué haces aquí? — pronunció la menor de las tres sorprendida al ver a su hermana la Ceo, la que no tiene tiempo ni para comer, frente a ella.

Joohyun le sonrió a su hermana y dirigió su mirada en la pelinegra quien la veía con una sonrisa y un hermoso brillo en sus ojos. La Pelipurpura dio dos pasos cortando la distancia entre las dos y posteriormente tomo su mano izquierda, logrando escuchar un pequeño quejido en Seulgi, el cual fue reprimido mordiendo sus labios.

—Yo... lamento lo que paso, pensé que eras alguien más— llevo su mano libre a la mejilla de Seulgi consolándola— no tienes porque fingir estar bien, te lesionaste por mi culpa... te llevare al hospital.

Te amo, porque al verte haces que mi corazón se sienta tan cálido.