3- 'señorita aburrida'

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Clara

-¿Esto esta mejor?-dijo mirando a su perro.

Se encontraba en mitad de la habitación, con los brazos extendidos a ambos lados de su cuerpo, luciendo aquel pantalón ajustado con un top de color violeta, el cual llamaba bastante la atención, sin embargo, por la mirada que le dedicaba su querido perro, tumbado en su cama como siempre, ella decidió volver a cambiar de conjunto. Llevaba así varias horas, no se decidía, Clara era muy indecisa la mayoría del tiempo, menos mal que tenía a Simba, el cual era un gran consejero en estos casos.

Suspiró frustrada buscando entre toda la ropa, que ahora estaba en el suelo, ya que minutos antes ella la había lanzado por la habitación mientras iba descartando ideas. Simba la observaba con atención mientras ella rebuscaba entre la ropa, hasta que encontró lo que buscaba.

Coqueto, pero informal. Perfecto. Analizó varias veces el vestido blanco que ahora tomaba entre sus manos, el cual tenía un estampado de flores amarrillas, eran tan pequeñas que parecían casi lunares.

Simba ladró hacia ella, por lo que Clara sonrió. A Simba también le había gustado, así que esa era la elección definitiva, no era fácil que ambos estuvieran de acuerdo, así que, si ahora lo estaban era porque realmente era el conjunto indicado para la ocasión.

Cuando se miró al espejo creía haberse enamorado de ella misma, si eso era posible. Se veía guapa, se sentía atractiva y eso que aún le quedaban varias cosas para finalizar. Simba la seguía mirando mientras ella se iba colocando los accesorios. Pendientes de perla, zapatos amarillo claro, un collar dorado, el cual adornaba su cuello y lo mas importante, un pinza amarilla recogiendo aquel mechón que la mayoría de veces la molestaba.

No le dio tiempo a empezar a ponerse nerviosa, pues Keila la llamó enseguida, quedando con ella en la cuesta que juntaba sus caminos. Mientras salía de casa, colocándose el pequeño bolso en su hombro derecho, empezó a notar su corazón emocionado.

No se creía que había dicho que si, debía de haberse negado a quedar con ellos, seguro irían a beber, bailarían, se atreverían a hacer cosas que Clara aún no estaba preparada para hacer. Odiaba su inseguridad, era sofocante, le impedía hacer muchas cosas, cosas que Clara se moría por experimentar.

...

Cuando llegó junto a Keila pudo ver lo impresionante que iba, lucía sus atractivas curvas en ese ajustado vestido de color verde, que combinaba con sus ojos y además, la sobra de color marrón los volvía mas llamativos aún. Se había pintado los labios de un rojo potente, resaltando sus labios, ella si que sabía como atraer a los demás.

En cambio Clara, solo se había puesto algo de rímel, junto con un poco de colorete y un brillo muy sutil en los labios y se arrepintió de no haberse maquillado más, pues la hacía ver como una niña en comparación con Keila.

-Hoy se liga si o si, vamos, con estos conjuntos volvemos loco a cualquiera.

Clara sonrió con timidez, pues no estaba acostumbrada a los piropos.

Keila fue hablando sobre el chico con el que iba a quedar mañana, al menos esa conversación distrajo un poco al alocado corazón de Clara mientras caminaban.

...

Erik

Cerró los ojos, ya desesperado, llevaban esperando un buen rato, pues Olivia había decidido invitar a dos chicas a la quedada de esa tarde, cosa que a Tomás le encantó, pero claro, ella les había dado una hora incorrecta a los demás del grupo, haciendo que quedaran los demás como una media hora antes y Erik ya estaba deseando tomar el bus para irse de esa zona de mierda.

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