Óbito es padre

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Óbito es padre...

No hubo razón alguna por la que se despertó, no hubo ruido alguno que sonará o algún movimiento que captará como para dejar ese sueño cansado en el que se encontraba, él realmente se encontraba plácidamente dormido, recuperando sus fuerzas después de haber parido a su pequeña cachorra. El simplemente abrió los ojos, y lo primero que vio fue a su hijo mayor durmiendo a su lado.

Naruto se había negado a dejarlo solo o a su hermana desde que se reunieron en el hospital. Suavemente y con el suficiente cuidado para no despertarlo, Kakashi alzó una mano y acaricio la cabellera rubia, algo enredada por las tranzas con listones de colores que Óbito le había hecho en la tarde. Al menos la primera preocupación de Kakashi con respecto a la dinámica "familiar" una vez que llegara la cachorra habia sucumbido de buena manera, por ahora Óbito seguía tratando igual a Naruto... aunque claro, apenas llevaban dos días en "casa".

Un suave tarareo lo hizo mirar por encima de su hombro.

Óbito es padre...

Óbito tarareaba una suave melodía de cuna mientras balanceaba suavemente a Kai en sus brazos, moviéndose ritmicamente de un lado a otro también evitando hacer ruido para molestar a los otros dormilones.

- ¿Porqué no quieres dormir pequeña? - murmura con delicadeza.

La pregunta claramente se queda en el aire mientras Obito sigue balanceándose suavemente, su mirada fija en la niña en sus manos, un suave arrugamiento de cejas acompañándolo en su rostro.

- Se supone que deberías dormir y dormir - divaga entre su regaño, la niña solo devolviendole la mirada sin hacer ningún gesto a su progenitor Alfa - Deberías aprovechar, cuando crezcas tendrás que ir al colegio y levantarte temprano, vas a tener que ayudar a tu madre como tu hermano y yo hacemos y otros deberes...

El suave ruido que hacen sus pies al caminar y su ropa por el movimiento es lo único que invade la habitación, eso y la tranquila respiración de Naruto al dormir.

- Espero que esto no sea mi culpa - dice después de un rato, una clara mueca de disgusto y preocupación se dibuja en su rostro.

Kakashi realmente no tarda mucho en captar a que se refería, de todas maneras... esta era la segunda preocupación que tuvo durante lo que duró su embarazo. No sabe exactamente qué fue lo que pasó con Óbito esos años, como adquirió el Mokuton o su inmunidad ante el cansancio y el hambre pero algo le decia que tenia que ver con la masa blanca adherida a su cuerpo... lo que podría significar que hubo una modificación en su ADN y por lo tanto... muy posiblemente su hija compartida tendría un ADN diferente, tal vez incluso desarrollando las mismas o variaciones de las habilidades de su padre.

Óbito la cambia de posición, pegando su pequeña cabecita en su hombro y recargando todo el demás diminuto cuerpo del bebé en su pecho, una mano cuidando la postura de su cabeza y su cuello mientras que la otra sosteniendo su traserito, volviendo a ocupar su táctica de tararear una canción de cuna. Los ojos de Kai se abren por la posición ergida, mirando por encima del hombro de su padre... encontrándose a la distancia con los ojos grises de su madre, Kakashi no puede evitar sonreírle suavemente. La pequeña Kai comienza a retorcerse, un suave gimoteo saliendo de su pequeña garganta mientras abre su boquita y babea la vestimenta de su padre al mismo tiempo que comienza a tirar con fuerza de esta misma, una muy clara señal de lo que quería.

Óbito lo mira, ambos ojos encontrándose en la noche... En la oscuridad donde viven esa linda (perturbadora) fantasía.

Las amenazas de intensificar el llanto comienzan a incrementar conforme pasan los segundos ignorando a la pequeña aparentemente hambrienta.

Limerencia - ObikakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora