No sé si todo en una relación sea intimidad, siempre he creído que va más allá de eso, "intimidad" es una palabra muy amplia, que no sabría como describirla, pero si que la he sentido.
La sentí por primera vez cuando tocaste y entrelazaste nuestras manos, cuando al verte lo primero que hice fue besarte porque no quería pasar un segundo más sin hacerlo a pesar de que mis nervios me dominaban, pero pudieron más mis ganas que ocurrió el deseo, recuerdo aquella vez que ninguna sabía que decir, pero el silencio nunca fue incómodo, sentía esa paz, esa tranquilidad que con tan sólo verte a los ojos me hacía suspirar una y otra vez, pensando en lo afortunada que era de tenerte conmigo. Nunca quise pensar si lo nuestro duraría días, meses o inclusive años, sólo quería vivir el momento y ¡Vaya que lo viví!
No todo fue perfecto, pero no me había sentido así de viva durante un buen tiempo.
Aquella tarde calurosa en la que no teníamos nada que hacer, fuimos por helado de los cuales ahí salieron nuestros apodos ¡Que tiempos aquellos!
Me hubiera gustado haber hecho más cosas contigo, hornear ese pastel, verte jugar aquel partido, verte crecer profesionalmente, dormir más noches a tu lado, más pijamadas, más películas por ver, más risas, más amor. Me ambriagabas de una manera tan bonita, que ni siquiera mi trago favorito me hacía sentir tan bien como tú.
Los errores existen, y yo cometí varios, quería enviciarme de ti, embriagarme una y otra vez con el aroma de tu cabello, de la calidad de tu ser, de tu sonrisa que ocultabas porque creías que te veías mal pero en realidad me llenaba el alma, pero de un momento a otro las cosas comenzaron a cambiar, hice varias cosas mal, no pude sostenerte, sólo veía como te alejabas cada vez más de mí, quise arreglar las cosas, pero cuando me dí cuenta, ya era bastante tarde y no podía obligarte tan siquiera a escucharme.
Hoy las cosas son distintas, tú tienes un camino y yo tengo uno distinto, te veo plena y veo alguien te acompaña en tu camino, y que a pesar de que el mío tenga varias piedras y pueda tropezar, seguiré avanzando.
El destino y el tiempo son sabios, las cosas pasan y no pasan por algo, de igual manera nosotros hacemos que pasen o no, pero en el futuro, espero volverme a cruzar en tu camino como una vieja amiga que alguna vez te amó.