🄳🄰🅈 🄾🄽🄴

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( ❀ )

. . . Abrazo. . .

Nervios.

Eso era lo que Muzi tenía.

Vivos e desbordantes nervios.

Se sentía tan pequeño rodeado de tantas personas que ni siquiera sabía donde meter sus manos, decidiendo jugar con sus dedos mientras  se mantenía parado en una esquina del aeropuerto internacional de Chile.

Pero. ¿Qué hacía allí en ese lugar?

Podría simplemente tomar valor y caminar hacia la puerta de salida, largarse a su casa y estar en calma.

¡Eso haría! Si. No tenía sentido quedarse ahí sin una razón ¿Oh si?

Oh. . . Si.

Esa era su razón.

— ¡Muzi! — Agitaba su mano, ganando la atención de varias personas.

Muzi. . . Quería que la tierra lo tragara.

Miró nervioso a ambos lados preguntándose si aquel llamado iba para él, desearía que no fuese así.

Pero la suerte no está de su lado.

Aquel chico de cabellos azules, claramente teñidos, corrió hacia Muzi, haciendo que su estómago de un vuelco por los nervios.

Flex, soltó las maletas y se lanzó hacia el más alto, recibiéndole en un gran abrazo que le sacó a Muzi una bocanada de aire (por la sorpresa y por la fuerza ejercida), quintándolo  de su trance.

Miró de reojo a sus costados, denotando como todas las personas lo miraban curiosas, juzgándolos y algunas enternecidos. Agachó la mirada avergonzado y sopló anonadado uno de los rulos azules que picaban en su nariz.

Inconsciente, inocente, sonrió cuando se encontró con los ojos oscuros, grises, casi negros, de su "Atacante".

Flex hizo un puchero y frunció el ceño.

— ¿Vas a abrazarme o le seguirás teniendo miedo al éxito? — cuestionó sacando una pequeña risa de su contrario, el cual enredó torpemente los brazos al rededor del torso de su novio.

— Lo siento. — Rió besando la punta de su nariz. — Sabes que soy, nervioso. — desvió la mirada con un suave color rosado sobre sus poros.

Flex amplió una sonrisa y estirando un poco el cuello para acortar esos diez centímetros de diferencia en la altura, besó con cariño los labios ajenos.

— No importa, lindo.— susurró sabiendo que la mayoría de las miradas estaban sobre ellos. Bajó con delicadeza sus manos hasta los bolsillos traseros del contrario, encajando las mismas allí, sacándole un escalofrío al susodicho. — Tus nervios son hot~.

Muzi se mordió la lengua para no reír y empujarlo para responder con algún insulto denigrante para la comunidad lgbt sin quererlo por que, a sus ojos, Flex era la definición de homosexualidad en un mal sentido.

— Puta que eri aweonao. — Susurró en su frente dándole un pequeño beso. —

— Así me amas. — respondió egocéntrico.

Muzi no respondió. Solo se separó para mirar aquellos ojos por última vez en los siguientes cinco minutos, y tomó una de las maletas de Flex para aligerar su carga.

Flex agradeció en silencio y juntos abandonaron el aeropuerto.

( ❀ )

𝓝𝓾𝓮𝓿𝓮 𝓭í𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓸𝓽𝓹  |𝐹𝓁𝑒𝓍𝓀𝒶𝓉𝑜| ₗₑₘₒₙDonde viven las historias. Descúbrelo ahora