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- Hawks había estado en medio de una batalla contra un villano cuando fue emboscado. Consiguieron arrancarle la piel del omóplato, hiriéndolo profundamente, pero perseveró y luchó contra el dolor. Desafortunadamente, su ala derecha sufrió y después de dejar a los villanos en la comisaría, se apresuró hacia el callejón oscuro más cercano. No había forma de que pudiera volar. Solo tendría que descansar un rato.

– Así que se sentó en el suelo, respirando hondo y tratando de ignorar el dolor punzante en su ala. Sabía que tenía que ir al hospital, pero sabía que no podía. Esta parte de la ciudad estaba infectada con el crimen.

- Pero luego… llegaste tú.

- Como una especie de pájaro guardián, apareciste ante él con la luz de mil estrellas. Eras absolutamente hermosa.

- Eras como él, tu rápido dándote las cualidades de un búho. Tu asombroso oído captó su dolor y viniste a su rescate, cabello blanco y negro flotando en el viento. Tus alas eran de lejos hermosas, las raíces de ellas negras y luego se desvanecían a blanco.

- Le mostraste una sonrisa y cuando hablaste, sintió que le estaban dando una serenata con una dulce y amorosa melodía. "¿Estás bien?"

- El se enamoró. En ese momento y allí.

- Lo ayudaste a levantarse ya tu departamento donde pasaste incontables horas de tu día cuidándolo. Qué suerte tuvo de que fueras veterinario porque ayudaste a reparar sus alas y lo cuidaste hasta que se recuperó por completo.

- No cabía duda de ello, Hawks estaba enamorado.

- Quiero decir, ¿¡cómo no podría estarlo!? Fuiste tan amable y tan gentil. La forma en que tus dedos subieron por su piel lo hizo temblar. Todo en ti era perfecto. Tus alas se extenderían anchas y altas, casi igualando las de él en tamaño. ¿No pudiste ver? Fuiste hecho para él. Los pájaros se mantienen unidos, ¿no?

- Así que hizo su parte, cortejándote con su ingenio y encanto. A veces también le seguías el juego, pero en realidad nunca pensaste mucho en ello.

- Cuando tuviste que salir para ir a tu trabajo, su corazón dolía y añoraba cada segundo que estuviste fuera. Lo aguantó, pero cuando ustedes dos vivían en su penthouse, no necesitaban trabajar. Él te proveerá, al igual que un pájaro macho debe hacerlo por su pareja.

- Además, cuando te fuiste, le dio tiempo a explorar. Entró en tu habitación, miró tus pertenencias, asimilando obsesivamente toda la información que pudo sobre ti. Después de todo, tendría que hacer que su nido fuera el mejor.

- Entre objetos y tabloides, encontró tu cajón de ropa interior y tu pila de ropa sucia. Cuando supo que no volverías por un tiempo, tomó uno de los calzoncillos que habías usado y se lo guardó en el bolsillo. Necesitaré esto para más tarde, pensó.

- Cuando terminó, volvió a la habitación de invitados en la que le dejaste quedarse y se entregó a sus deseos reprimidos. Se sentó en la cama y estiró la tela, inhalando tu delicioso aroma. Envió sangre corriendo a su polla y se estremeció. Hueles muy bien. Sin embargo, un olor peculiar llamó su atención y lo olió un poco más antes de que una amplia sonrisa se curvara en su sonrisa. te habías mojado. Pasó la lengua por la mancha húmeda, absorbiendo el pequeño recuerdo de tus jugos.

- Oh, cómo deseaba que no fuera tu ropa interior sino tú.

- De cualquier manera, no tardó mucho en correrse. Rápidamente lavó tu ropa interior y su mano y continuó con su día descansando en tu sofá y viendo la televisión.

- Después de que se hubo curado, lo enviaste por su camino y se fue, no sin un pequeño recordatorio, tu ropa interior.

- Siempre supiste que estaba ahí, lo escucharías. No te asustó tanto como debería. Lo interpretaste como si estuviera ansioso y tímido por hablar contigo. ¿El encantador profesional se avergonzó de hablar con su enamorado? Demonios, eso te hizo reír.

- Te invitaba a citas, que en su mayoría consistían en volar los dos. Era rápido, mucho más rápido que tú, y también más fuerte. Se aseguró de flexionar e hizo cualquier cosa para impresionarte. Quedaste impresionado, eso es seguro, pero nunca pensaste en él como algo más que un amigo, o tal vez una aventura.- Ese fue tu error.

- Una vez que se dio cuenta de eso, te llevó. No había manera de que pudieras dejarlo después de que te secuestró. Podrías patear y gritar todo lo que quisieras, pero él envolvió sus enormes alas alrededor de tu cuerpo y tus alas y te atrapó. Ni siquiera podías pelear, no eras lo suficientemente fuerte.

- Anhelaba tu atención cada segundo de cada hora. Quería impresionarte con sus coloridas alas y su asombroso nido. Te colmó de baratijas y joyas, todo lo que querías, lo tenías.

- Incluso si lograste escapar, no había forma de que pudieras sacarlo volando. Era mejor que tú en todos los sentidos. Eso y que amenazó con cortarte las alas si salías del apartamento sin su permiso.

- En realidad, nunca haría eso. Tus alas eran demasiado hermosas para dañarlas y ver tu rostro llorando lo lastimaría más.

- Pero la sutil amenaza de él tamborileando con sus manos sobre los omóplatos de tus hombros, te recordó que mantuvieras la boca cerrada y aceptaras lo que dijera.

- Halcones estaba feliz. Tenía a su pareja y le estaba yendo muy bien en su misión encubierta. Cuando terminaba, se tomaba una semana libre y te criaba. El te criará y criará y criará, y no se detendrá hasta que tu vientre y tus pechos se hinchen.

- Fantaseaba con tener hijos contigo. Esperaba que tuvieran tus alas, eran tan hermosas. No le importaba que alguien se pareciera a él, preferiblemente que fuera una niña (porque se preguntaba cómo se vería él con el ngl de género) y definitivamente también quería un niño. Demonios, si todo va bien, ¡podrías tener una familia de 5 hijos!

- Y pobre de ti estabas atascado obedeciendo cada una de sus órdenes. Tus alas eran tu salvación y cada día que te llevaba a volar con él, volabas lo más rápido que podías con la esperanza de poder escapar de él algún día.

- Nunca funcionó. Siempre fue más rápido, cantando su canción de obsesión.

One-shot de Hawks yandereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora