Un año después de que Crystal haya sido encarcelado, por casualidad vuelve a encontrarse con Moon. Tras una cita con su terapeuta, fue obligado a arreglar poco a poco sus problemas y ataques de ira, y decide pasar más tiempo con él. Claro, solamente...
El Koala sintió como se le helaba la sangre, de pies a cabeza. Un fuerte escalofrío recorrió su columna vertebral, y su expresión de tranquilidad cambió a una de confusión y pánico.
—Se-señor Crystal.. ¿qué hace a-aquí?— Intentó calmarse poco a poco, mientras veía la sonrisa egocéntrica que el otro tenía en su hocico. Evitó mirarlo a los ojos.
—Nada en especial. Te vi entrar al local y quise pasar a saludar. — Miró con indiferencia el lugar y apoyó sus codos en la mesa.
—Uhm.. ya veo. — Sonrió forzadamente, sin que se notara mucho. ¿Una coincidencia? Exhaló tranquilamente, y con una voz firme, habló. — ¿Cómo está? — Intentó sonar animado.
—Me estuve pudriendo en la cárcel. — Sonrió levemente y apretó uno de sus puños con fuerza, tratando de evitar agarrarlo de la camisa y ahorcarlo con sus propias manos.
No supo como responder a eso, y se quedó sin tema de conversación. Un silencio incómodo los invadió por completo.
El koala tomó entre sus manos la taza, y dió un largo sorbo. Vió de reojo al contrario.
Crystal lo miró, casi desgarrándole el alma con esos ojos. Unos ojos de odio. Sonrió levemente para ocultar su ceño fruncido.
Ya no sabía que decir. Su valentía se había ido al suelo. — Yo.. tengo que irme. — Bajó del sillón y se acomodó la bufanda. — Tenga una buena noche. — Lo vió por última vez y le dedicó una cálida sonrisa.
Salió del local lo más rápido que pudo.
El lobo logró ver a Moon alejándose. Sintió una pequeña presión en el pecho. Una sensación extraña.. ¿él le temía? Miró una de sus manos y tocó sus garras con la otra. Recordó esa expresión aterrorizada en el rostro del koala.
No. ¿En qué diablos estaba pensando? A él le gustaba que le temieran, así podía tener a quien quisiera en la palma de su mano. Salió del café unos minutos después, y miró detenidamente el cielo. Las estrellas, sin razón alguna, le recordaron a los ojos de Buster. A esos ojos brillantes, llenos de esperanza.
Dirigió su mirada al suelo y colocó una de sus manos en su frente.
No quería aceptarlo, pero tal vez le hacía falta ir con ese psicólogo.
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(Pov Crystal)
Pasaron un par de días después de haber visto a ese koala. La noche anterior, Jerry me agendó una cita para hoy.
El chófer me llevó. Y cuando entré a la sala, vi a un ciervo joven, el cual estaba sentado en un sillón, y traía consigo una libreta y pluma.
— Buenas tardes. Siéntese, por favor. — Obedecí. — ¿Cómo se encuentra? ¿Alguna novedad?
Lo miré con indiferencia y respondí — Todo bien. —
— Hmm. Por cierto, no será necesario que me explique nada, sé todo sobre su caso. — Me observó seriamente. —Pero, dígame, Señor Crystal. ¿Usted alguna vez ha pensado que con su forma de actuar, el más afectado es usted? — Entrelazó sus pesuñas y miró con atención, esperando una respuesta.
— Si, ¿y qué con eso? No necesito a unos idiotas que me apoyen o lo que sea. — Suspiré fastidiado. No entendía como me podía ayudar una persona que ni siquiera conozco.
— Señor Crystal. Usted tiene problemas de ira. No se pone en los zapatos de los demás antes de actuar. Dígame, ¿no se ha puesto a pensar en que todo sería más fácil si aprendiera a perdonar? — Me sonrió levemente y solo arqueé una ceja, en señal de confusión. — Para poder avanzar, se necesita fuerza de voluntad. Se necesita.. darse cuenta de sus errores , y aprender de ellos.
Tal vez le daba un poco la razón. Cuando intenté asesinar a Moon, había perdido por completo a Porsha. Y eso era mi culpa. Ella era una buena chica, pero siempre la hice sentir menos, a pesar de cumplirle todo lo que pedía.
— Escuche, señor Crystal. Yo sé que usted es una buena persona. Sé que es casi adicto al trabajo, y que ha pasado por mucho. — Cruzó sus piernas. — Pero el amenazar a las personas y aventar a cualquiera desde su edificio, no es la solución. — Suspiré nuevamente, esta vez un poco anonadado. — Le dejaré 2 tareas para la siguiente cita. Número uno: haga una carta, diciendo las cosas que le quiere decir a la gente que ha lastimado. Y haga otra, disculpándose por eso. Y número dos: hable con.. —Revisó algo en una libreta— Buster Moon. Hable con él pacíficamente. Intente ser su amigo.
Asentí con algo de duda y me levanté de la silla. Me despedí y salí por la puerta, para buscar al koala.
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¡Buenas, gente preciosa!
Aquí termina el capítulo 2. ¡Espero que haya sido de su agrado!
Disculpen si la historia va algo lenta, es solo que quiero darle desarrollo a los personajes. Me cuesta un poco escribir los sentimientos que quiero expresar en ciertos momentos, pero voy mejorando.
Por cierto, ¡feliz San Valentin! A los que tienen pareja, felicidades y disfruten el tiempo con ella. Y a los que no (como yo), no se awuiten, la soltería puede llegar a ser mejor para tu salud mental muchas veces. <3
