Vampiros y Lobos, libro 1:
Kira se ha criado sin una figura paterna y aunque el amor de su madre es más que suficiente para ella y sus hermanas adoptivas... Ella siempre quiso saber qué pasó con su padre.
¿Por qué nunca preguntó por ella? ¿Por qué n...
— ¡Mamá para de una vez, pareces un policía interrogándome de ésta manera! —Le dije a mi madre, mientras decidía si me ponía corbata o si iba sin ella y con los primeros botones de la camisa abiertos.
—Es que es la primera vez que te demoras tanto en vestirte para ir a cenar con una chica. Dime ¿Cómo se llama? ¿Cómo es? ¿Quién es? —Me preguntó mi madre con los ojos brillando de la emoción al mismo tiempo que se sentaba en mi cama.
— ¡Qué más da el nombre, jamás aceptaréis que tenga algo serio con ella! Ya escuchaste a papá no quiere que me acerca a ella porque no es como nosot... —Me detuve inmediatamente al darme cuenta de que ya había dicho demasiado.
—Es Kira Bladimir ¿verdad? —Me preguntó mi madre con una expresión preocupada en su rostro.
Tras un asentimiento de cabeza, mi madre suspiró con ternura mientras se acercaba a mí y posaba su mano derecha en mi mejilla. Odio hacer que mi madre se preocupe pero no es mi culpa que la Diosa Luna, me haya emparejado con Kira, y para ser sincero conmigo mismo...No me arrepiento de la elección que ha hecho la Diosa, incluso le estaré eternamente agradecido por ello.
—Si la amas de verdad, lucha por tu felicidad, eso es lo único que yo deseó para ti y tus hermanos, cariño —Me dijo mamá, mientras que yo la miraba agradecido porque al menos ella comprendiese que esto no era simplemente un capricho sino algo muy serio e importante para mí.
Después de despedirse de mis padres y salir con mis hermanos hacia la casa de Margaret Bladimir, comencé a imaginarme mi vida con Kira. Ahora que por fin la había encontrado y que ella parecía receptiva a los posibles intentos de seducción por mi parte, no podía evitar soñar con nuestro futuro.
Al llegar a la casa, Margaret fue quien abrió la puerta, las chicas estaban en la escalera situadas de mayor a menor: En lo alto de ella estaba Kira, luego Cindy, seguida de Michelle y finalmente Judy.
Kira llevaba un vestido negro que le llegaba cuatro centímetros por encima de la rodilla, tenía un escote con cierta forma a corazón, los zapatos también eran negros y bueno, sobra decir que la palabra que la mejor definía en ese momento era hermosa.
Pura y sencillamente hermosa.
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