Capítulo 3: Nueva vida

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Llegamos.

Yo bostecé sin saber donde estaba pero luego me di cuenta.
El sitio era precioso todo lleno de flores ,plantas, etc.

-¿Puedes andar o te llevo en brazos?

-Puedo sola, gracias.

-Por cierto no me he presentado me llamo Dash y tengo 18 años. ¿Tu?

Ahora ya no estaba tan oscuro y se podía distinguir su rostro. Tenía ojos azules como el mar. Una nariz recta y delicada. Y esos labios... Esos perfectos labios... Estaban... ¡Ah! ¿En que estoy pensando? Él hace un carraspeo que hace que me saque de mis ensoñaciones.

-¿Eh?-digo desconcertada.

-¿Que quien eres?-dijo con una sonrisa maliciosa.

-Soy Dafne y tengo 17 años. -respondo recuperando la compostura.

Entramos al apartamento.

-Mira te enseño, esta es la cocina este el salón y este nuestro dormitorio.

-¡¡¿¿NUESTRO??!!

-Si tienes que dormir conmigo no hay màs camas ni habitaciones.-dijo alzando una ceja.

Oh... Estaba atónita. ¿En serio iba a dormir con este chico al que acabo de conocer? ¿Con este dios griego? ¿Y si intenta algo raro conmigo?
¿Pero qué iba a intentar? ¿Tú te has visto? Decía mi subconsciente. Tenía razón, ¿qué iba a ver en mi? Seré tonta.

-V-vale.-dije bajando la mirada, mordiéndome el labio y sonrojándome.

-Debes de tener hambre. -y así era me estaba muriendo de hambre, asentí- Ven, te preparé algo.- dice tendiéndome la mano a la que yo respondo cogiéndola.

*     *     *

Yo estaba sentada sobre el sofá, y Dash estaba preparando una tortilla.
Cuando acabó me llamó para sentarme. Empezamos a comer y estaba delicioso.

-Mmm... Que bueno está -dije sonriéndole.

Me sonrió en modo de respuesta.

-Oye, gracias... Por no haber dejado que me tirase. Si no me encontraras ya estaría muerta.

-De nada. Es que te vi, y no supe que hacer. No me creía lo que estaba pasando y fui a rescatarte. Hablando de esto, ¿que ha pasado para que te fueses a tirar?- dijo en tono preocupado mirándome fijamente.

Le conté todo, y lágrimas empezaron a salir por si solas al recordar todo. A mi madre conduciendo y el...camión acercándose hacia nosotras.

-No llores, por favor. Se lo que es que se te mueran los padres. Y no digas que no tienes a nadie, ahora...Ah... Me tienes a mi. Yo te daré alojamiento, te cuidaré y te protegeré. Ahora vas a vivir aquí, y ahora tendrás otra vida. Una nueva. - dijo intentando animarme, sus palabras me alegraron.

-Gracias.- le agradecí, y me dispuse a abrazarlo y el correspondió.

-Venga, vamos a la cama.- yo asentí y nos fuimos.

Mientras intentaba dormir sus palabras resonaban en mi cabeza, y el corazón empezó a latir con fuerza. Y pensar que estaba a mi lado fue una alegría total para mi. Me fui durmiendo poco a poco con una sonrisa de tonta en la cara.

El desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora