Save Me

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"No volveré a buscarla"

Era la décima vez que me decía eso a mí mismo... Claro que después de decírmelo iba a buscarla, porque soy imbécil, creo.

Habíamos salido varias veces en los últimos 2 meses y no siempre era solo para beber algo  ** (  ͡° ͜ʖ ͡°) **

Esta mujer me estaba volviendo loco, cada vez soportaba menos días sin ella. Debía romper todo lazo que tuviera con ella, y debía hacerlo ahora.

- Que linda estás Sophie - mierda!

- Gracias... Escucha, yo debo decirte algo... - calló por un momento y miró sus manos.

- Qué pasa?

- Yo... No puedo seguir saliendo contigo...

- Porque...

- Porque eres un idiota y los idiotas como tú no cambian jamás.

- Se nota que no tienes idea de cuánto estoy cambiando.

- Adiós Zack. Fue divertido. - sonrió y se fue.

Esta mujer esta loca, loca de remate.

Después de que ella me dejara allí sentado con cara de retrasado e intentando procesar sus palabras solo había 1 cosa que podía hacer y era volver a mi antigua vida.

Así es damiselas, salgan de sus casas porque Zacky Vengeance ha vuelto.

Sábado 9:00 pm, ya ni siquiera le encuentro sentido a hacer esto, pero sólo quiero distraerme un rato.

Entré al primer bar que encontré, me senté en la barra y pedí un buen trago de Jack Daniel's.

No pasaron ni 20 minutos y una rubia ya me sonreía desde una de las mesas. Le devolví el gesto y la detallé con cuidado.

Mierda, tenía los pechos casi descubiertos y aún así lo único en lo que yo podía pensar era en Sophie, ella sólo con sus pantalones anchos, gastados y sus camisetas de bandas se veía mucho mejor que esta tipa.

De pronto la rubia se acercó a la barra y se sentó junto a mí.

- Hola guapo, cómo estas?

Era tan obvia, se notaba a kilómetros que solo podía querer una cosa, entonces, hice lo que cualquiera habría hecho en mi lugar.

- Hoy no tengo ganas, - saqué la billetera de mi bolsillo - así que toma 20 dólares y comprate algo, seguro se te están congelando esas piernas flacas.

- Que imbécil! Cómo se te ocurre decirme algo así?! Idiota! -

Me dió un golpe en la cara, tomó el dinero y se marchó con la frente en alto haciéndose la digna.

No sé cuánto bebí esa noche, pero debió ser demasiado ya que me levanté de la silla y me tambaleé por todo el lugar en dirección a la rubia. Para qué? Pues para pedirle mis 20 dólares.

Saturday NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora