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[¿Cuál es tú sección?]

Escribió de pronto el chico de bufanda rojiza, haciendo una seña hacia la tarjeta que solía colgar del cuello de reaper, posiblemente para identificarlo entre el personal del hospital. Hasta ahora, gracias a sus "conversaciones" había aprendido varias cosas sobre él, entre ellas, que odiaba su trabajo pero la paga era muy buena ya que pocos querían trabajar ahí.

[Enfermos terminales]

Rápidamente entendió, era un trabajo terrible. Aunque parecía que reaper siempre tenía una radiante sonrisa para entregarle, pese a todo el horror que debía estar presenciando todas las noches. Geno no volvió a mover sus manos, sin saber cómo responder, aunque no hizo falta, pues del otro lado seguían escribiendo.

[ soy su única compañía en el final, a veces]

Éso solo empeoró la situación, Geno sabía que debía decir algo reconfortante, pero las ideas parecían no acudir a él.

[El horario debe ser terrible]

Apenas lo escribió, se regañó a si mismo, era obvio que su horario no le proporcionaba un buen descanso y para rematar, probablemente estuviera pasando por un idiota insensible al desviar la conversación tan toscamente. Sin embargo, reaper respondió con calma, esbosando una media sonrisa

[Sí, los horarios son... De muerte]

La silenciosa risa de geno no se hizo esperar ante el inesperado juego de palabras, al ser, según él, un tema muy delicado, reaper pasó más de lo esperado observando aquella reacción y luego, volvió a escribir.

[Eres realmente lindo cuando ries]

El de bufanda había sido tomado totalmente por sorpresa y la vergüenza inundó sus mejillas, intentando responder, pero ése había sido un coqueteo demasiado descarado que terminó por arrancar todas sus ideas. Tal era su exaltación que siquiera se fijó en como sus manos se movían, en señas muy específicas, involuntarias al estar tan acostumbrado a usarlas esos últimos meses.

"I-d-i-o-t-a" decían.

Rápidamente cayó en la cuenta de lo que había hecho, aterrado, alzó la vista apretando sus manos sobre su regaso, la confusión era palpable en el rostro de Reaper, quién lentamente trazó algo sobre el cristal.

[No lo entiendo]

La había cagado, lo sabía, no podía seguir fingiendo que era normal, pero estaba seguro que la verdad sólo conduciría a su acompañante ante la decepción, sus ojos se fijaron en su propio cristal, tal vez sería algo bueno, aquél chico dejaría de fingir ése raro interés en él si lo decía de una vez.

[Soy mudo]

Sus dedos temblaban, la caligrafía era irregular, recordaba el rechazo de su propia familia, la pérdida de su único sueño de toda la vida, la música, cosas tan importantes fueron arrebatadas sólo por el hecho de que su garganta ya no emitía ni un sonido.

Sin esperar respuesta, se levantó y se apresuró a salir del tren, ya no le importaba nada, siquiera llegar tarde al trabajo o tener que pagar de más por otro boleto.

Desde el otro vagón [Afterdeath]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora