Desde el otro vagón [Afterdeath]

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Hola, ah, tengo que hacer una pequeña aclaración antes de que empiecen a leer, por si se confunden sobre los signos que utilizo a lo largo de la historia:

[ ]  : cosas que se escriben sobre el cristal empañado

" " : Cosas que se dicen con lenguaje de señas

( )  : Pensamientos

– – : diálogos

Éso es todo, gracias por leer hasta aquí, ya vamos por la recta final 👉👈 agradezco los bonitos comentarios, aunque nunca digo nada porque soy un poco tímido (• ▽ •;)

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5 días había tardado geno en volver a tomar el último asiento del último vagón, sin esperanzas de volver a ver a Reaper y empeorando la situación en casa, pues las discusiones entre sus hermanos se habían vuelto más enérgicas, al parecer fresh empezaba a tener problemas con las fiestas y el dinero se les hacía agua entre las manos.

Se quedó largos minutos mirando el cristal una vez el tren vecino hizo su llegada, con expresión amarga, apartando la neblina que lo cubría tortuosamente lento, en su mente ya era visible el añejo asiento vacío, dónde solía estar el chico de capucha negra, entre tantos días de diferencia, dónde se dedicó a usar otro asiento de tren.

De pronto, su pecho bullió de emoción cuando los ojos dieron con una conocida figura, un largo suspiro de alivio salió de su boca ante lo visto desde el otro vagón, Reaper le estuvo esperando, en el mismo asiento, todos éstos días, su corazón sintió un dulce cosquilleo que se expandió por su pecho incluso hasta sus extremidades, ilusionado.
El enfermero no tardó en notarlo, despegando la mirada de un libro que llevaba entre las manos y dándole una suave sonrisa mientras lo saludaba efusivamente, pronto, señaló la portada de su libro, con una orgullosa sonrisa,  geno enfocó la mirada lo mejor que pudo, sin lograr reconocerlo.

Hasta que el cansando chico captó, dejando a un lado aquel texto, movió sus manos, lento y torpe, dando breves vistazos a un lado, donde había dejado el libro para guiarse

"Estoy aprendiendo"

Por un segundo, tuvo el impulso de llorar, por primera vez utilizó su lenguaje de señas desde que salió del hospital, nisiquiera sus hermanos se habían animado a aprender desde su accidente.

"Gracias, no era necesario que tú..."

Detuvo su movimiento al notar como el otro negaba muchas veces

"Al contrario me gusta hablar contigo, me siento mal por no aprender..."

Ojeó nuevamente el libro, había faltado un "antes" en ésa conversación, lo que puso visiblemente nervioso al de capucha oscura, geno río por lo bajo, nunca lo había visto sin su habitual seguridad, lo que le pareció incluso más adorable. Una radiante sonrisa surcó su rostro, con increíble alivio tal vez... Debía empezar a buscar que la gente se adaptara a él y no viceversa.