Ephemeral [Nagito Komaeda x reader] © RoseSanae55

Prólogo

----------
|| Dedicado a: ||
||HarukaHinata_w_||
----------

Nagito Komaeda había sido víctima de un accidente cuando regresaba de las clases un día como cualquier otro y fue hospitalizado debido a algunas fracturas que ganó con ello, aunque para su gran suerte eran fracturas que sanarían pronto, a Nagito no le gustaba demasiado estar en el hospital. Escuchaba de sus compañeros de clases que él debía ser atendido en uno por tener serios problemas mentales, lo cual no comprendía siendo que él se creía una persona medianamente normal. Pasaba largas horas observando el paisaje a través de la ventana contigua a su camilla y no hacía nada más que eso, hasta que conoció a su compañera de habitación. ___, ese era su nombre. Una chica de cabellos ___ y unos vivos ojos ___. Komaeda se preguntaba qué podía pasarle a la peli___ siendo que se veía en perfecto estado y con bastantes energías, pero esto se le fue de la mente tras haber pasado un día conviviendo con esta. Él recordaba perfectamente que el día precio habían interactuado bastante, casi como si fuesen amigos de toda la vida, pero a la mañana, justamente luego de llamarle por su nombre y saludarle, notó que esta se le quedó mirando extrañada, como si no le reconociera, incluso miró a sus espaldas buscando a otra persona por la cual pudiese estar llamando aquel albino, pero al no ver a nadie, preguntaba: "¡¿Te refieres a mí?", lo cual era algo demasiado confuso para Komaeda. Aquel era evidentemente su nombre, ¿cómo podía entonces preguntar si le hablaba a ella?

Nagito decidió preguntar por información sobre su compañera de habitación a la enfermera encargada de sus revisiones, sabiendo de esta que la peli___ padecía de una enfermedad terminal, por lo que estaba internada en el hospital, además, esta padecía de cierta enfermedad: Alzheimer, que le producía diariamente la pérdida de memoria, por lo cual no era de extrañar que esta no pudiese recordar ni siquiera su nombre al cabo de un día. Ya de por sí era un milagro que recordase el rostro de su madre o cómo leer o escribir algo, por lo que estaba incapacitada para tomar clases como una persona normal. El albino no pudo evitar sentir algo de pena por ella, no solo no podía recordar absolutamente nada de su vida, sino que además una enfermedad le había marcado su tiempo de vida, era una lástima que no pudiese seguir viviendo largos años y con suerte lograr vivir alguna experiencia que no pudiese olvidar. Komaeda se mostró mucho más amable con ___ de lo que lo fue el primer día de conocerse, aprendió a tenerle cierta paciencia cuando esta olvidaba todo lo vivido día sí y día también, e incluso se tomaba la molestia de relatarle los hechos ordenadamente para quitarle levemente el despiste.

Por su parte, ___ no conseguía conservar ni un solo recuerdo, tenía la mente en blanco cada día en la mañana y ni siquiera reconocía su propio nombre cuando le llamaban. La presencia de Nagito le resultaba agradable en cierto modo, pues este era bastante paciente con ella y no le molestaba que no pudiese recordarle cuando le decía que ya habían hablado el día anterior, o el anterior a ese, o el que vino antes, e incluso le hacía graciosas ejemplificaciones con el fin de hacerle reír y animarla cuando se consideraba una persona ignorante por no ser capaz de recordar absolutamente nada. Lo que más le pesaba al de hebras blanquecinas era el hecho de que ella sonriese como cualquier chica inocente, obviando de mala manera el hecho de que tenía los días contados...