Estoy viviendo un infierno. Creo que eso, se acerca mucho a lo que me pasa en estos días. Mamá se presentó al día siguiente de la dichosa entrevista de Lena. Me reclamó por no informarle sobre eso. Y no tenía porque hacerlo, finalmente, cuándo pudiéramos resolver nuestros problemas, y Lena dejara de jugar con mi paciencia, estaríamos juntas de nuevo, y así se lo dejé en claro. A ella y a todos en la oficina. Y cada vez que me mencionaban la dichosa entrevista, y las palabras dichas ahí, quería reírme en sus caras, pero no lo hice. Solo alguien entendería el chiste aquí, y esa es mi ex. Qué por cierto me esta atormentando cada día mas, y ella sabe cómo presionar los botones correctos para obtener una reacción. Lena ha utilizado otra de sus tácticas. La ley del hielo. Oh, ella lo ha hecho. Y juro que me reía de las historias que me contaba en la universidad, o con algún socio que se quiso pasar de listo con ella, incluso con alguno de sus ex's. Y era gracioso, hasta que me tocó pasarlo a mí. Casi no existía para ella. Era común vernos en muchos eventos, yo como reportera y ella como una de las mas importantes empresarias y CEO del país. Lo que no era común, es es el hecho de no estar solas en lo absoluto. Era frustrante querer hablar con ella sobre nosotras, y no poder hacer, porque siempre parecía haber alguien interesado en ella o en mi. Lena sonreía gustosa, porque sabia jugar como con mi paciencia. Y no podía solo llamarla, no. Esto era demasiado importante como para hablarlo por algo tan impersonal como un teléfono. Pero las opciones se me estaban acortando, y no creo poder seguir aguantando esta situación. Y para completar, y cómo nunca en mucho tiempo, Lena ha estado pasando tiempo en CATCO. Y eso sería bueno, para intentar reconectar con ella, pero por supuesto eso no sería tan fácil. Ella llega en su ascensor privado, y pasa directo a su oficina o la de James. En ningún momento voltea a verme, mientras tengo que aguantarme la cara de idiota de mi supuesto amigo James frente a Lena. ¿Él sabía que era mi novia, no? Aunque hayamos terminado, sólo es cuestión de tiempo para que volvamos con título. Creí dejárselo en claro a lo largo de esos años. A él y a todos a nuestro alrededor. Pero no. Ahí estaba con su sonrisa de idiota viendo a mi Lena. Y ella se dejaba. Por sus sonrisas, sabía que se estaba dejando decir cualquier cosa, porque sabía que la veía, y sonreía aún más por eso.
Y me ignoró, hasta hoy. Ella me envió un mensaje de texto, muy temprano en la mañana, donde me indicaba que vendría por sus cosas a nuestro Pent-house. Vivíamos juntas hace más de un año, y ella pretendía en una mañana llevarse todo, así sin más. Oh no, claro que no. Cometí una estupidez el día que le terminé, pero no volveré a viejos errores.
La esperé con nada más que un pequeño short, que apenas y tapaba mi trasero, y me puse la sudadera del MIT de Lena. A ella le encanta verme con su ropa y no la dejaré ir de aquí, sin antes recordárselo. Y ella parecía tener los mismos planes. Apareció frente a nuestra puerta, con un ajustado vestido negro, que le llegaba hasta las rodillas, en un ajuste perfecto, con un enorme escote y su pelo suelto en cascadas, enmarcando su perfecto rostro. Ella me sonrió torcida mientras observaba mis piernas desnudas, y luego pasó de largo hasta nuestra habitación. Solté una carcajada viéndola irse y cerré la puerta de un puntapié, para tirarme en nuestro sofá, esperando a que terminará. Ambas podíamos jugar este juego.
Ella apareció ante mi vista poco después, sosteniendo una pequeña maleta Louis Vuitton en su mano. Me observó con su ceja levantada, sabiendo lo que eso provocaba en mí. - ¿Tienes todo?- le digo en tono desinteresado. Ella me miró extrañada para luego asentir. - ¿Segura?- pregunto levantándome y caminando en su dirección. - No queda nada aquí que sea mío.- contesta encogiéndose de hombros. Mis manos quitan de la suya la maleta y la dejo en el suelo, para luego envolver mis brazos sobre sus hombros. - ¿Ves lo que llevo puesto?- le pregunto. Sus lindos ojos verdes me recorren con la mirada y la veo sonreír torcida antes de volver a encontrar nuestras miradas. - ¿No te llevarás esto también?- digo acercando nuestras bocas. Ella asiente, y termina de cerrar el espacio entre nosotras. Su beso es apasionado, y llena mi boca con su tentadora lengua, y jadeo entre sus labios, mientras nuestras lenguas luchan entre ambas. Sus manos van al borde inferior de la sudadera y tira de ella hacia arriba. Nos separamos mientras quita la estorbosa prenda y la tira sobre la maleta en el suelo. Sus verdes ojos, negros de la excitación, ahora recorren mi pecho desnudo. - Sólo juegas conmigo, cariño. - dice suave y se inclina sobre mi seno, tomando mi pecho izquierdo entre sus dientes tirando de el, mientras su mano acaricia suave mi otro pecho, amasándolo. Gimo antes de responder. - Culpable.- digo con voz ronca del deseo por las maravillas que ella esta haciendo con mi cuerpo, y mi mano se apoya sobre la parte posterior de su cabeza. Lena muerde un poco mi pecho y pasa al otro para dedicarle su atención, mientras avanza hacia adelante, hasta que chocamos con el sofá y me dejo caer en el, mientras la llevo conmigo. Lena baja por mi estómago, besando uno a uno mis abdominales, y yo acompaño sus besos con movimientos erráticos de mi pelvis, jadeando en busca de alivio. Lena se aleja de mi cuerpo, y pone sus manos sobre la cinturilla de mis shorts, y los quita de mi cuerpo junto con mis bragas. Ella se levanta, llevando consigo lo último de mi ropa y las aleja de nosotras, antes de caer de rodillas entre mis piernas. Su boca inhala el aroma de mi entrepierna, y ubica ambas manos sobre mis muslos, para luego apoyarlos sobre sus hombros. Ella besa a cada lado de su nueva prisión entre mis piernas, ignorando el pulso de humedad entre ellas. - Lena...- intento una advertencia, pero ella calla mis intentos, plantando su boca de lleno en mi centro. Gimo al sentir cómo su lengua recorre de arriba hacía abajo, llevándose consigo mi excitación. Mis piernas se aprietan alrededor de sus cabezas, mi pelvis choca en un vaivén lento sobre su rostro. - Joder, me encanta montar tu lindo rostro, ¿lo sabes verdad? ¿Sientes cómo me vuelvo aún más húmeda de solo pensarlo, Lena?- jadeo las palabras mientras Lena gruñe en mi interior, atacando dentro y fuera con su caliente lengua en mi resbaladiza entrada. Esto si es vida. Lena palmea mi trasero y luego aprieta ambas manos sobre el manteniéndome en mi lugar, impidiendo que me frote sobre ella. Y sus ataques se vuelven cada vez más profundos, absorbiendo y tragando mis calientes líquidos, que se derraman más y más sobre su adorable boca. Mi vientre se contrae, y sé que mi orgasmo está cerca. Lena también lo sabe y ella se inclina aún más dentro en mi interior, su lengua llegando a ese delicioso punto, que me hace llegar fuertemente bajo su boca. Lena toma todo de mi con su boca. Con parsimonia limpia y traga todos mis fluidos, hasta no dejar rastro del desastre que ella misma había causado en mí.
Lena toma mis piernas, y las apoya en el suelo. Luego se levanta y acomoda su lindo vestido, mientras saborea su boca, hasta dejarla sin rastro de mi venida. Ella me observa de arriba hacía abajo, sus ojos totalmente negros de la excitación. - ¿Estás lista ahora para admitirlo ahora, cariño?- dice en su tono ronco, que me encanta. Yo observo su rostro sonrojado por su reciente trabajo en mí centro, mientras mi mano recorre mi abdomen y mis pechos, recorriendo los lugares que su boca había tocado hace un momento. Sonrió al verla seguir mi mano, y su respiración se vuelve irregular. - Creo que todavía no.- digo juguetona. Lena enseguida busca mi mirada y le sonrío. ¿Por qué parar, cuándo el juego se está poniendo divertido? Ella niega con suaves movimientos de cabeza y la veo alzar sus manos en rendición. - Cómo quieras.- susurra, antes de volver el camino hasta su maleta y tomando en sus manos la sudadera que hasta hace poco era mi única prenda, la pone sobre su hombro y luego recoge la maleta del suelo. Ella no mira hacía atrás en todo el camino, y yo no pierdo la vista de su glorioso cuerpo enfundado en ese maravilloso vestido. Muerdo mis labios ante la última vista de su cuerpo, antes de perderla de vista tras la puerta.

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Ex's & Oh's
FanfictionSolo una ganaría esa pelea. Kara Danvers sabía muy en el fondo, que no sería ella. Pero, eso no lo iba a admitir tan fácilmente. Supercorp AU. Descargo de Responsabilidad: Supergirl y sus personajes, no me pertenecen. La siguiente historia, solo se...