01| Plateado

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Elliot

El clima era perfecto. Con esos colores que tanto lo caracterizan por las tardes, morado y naranja, por algunas partes rosado, las nubes resaltando y moviéndose lento entre el cielo donde el sol se iba escondiendo. Mis dedos sujetaban con fuerza el pequeño palito de madera, sacudiéndolo en el bote de agua donde desprendía un color azulado sucio, combinando con el color café del agua ya sucia.

El lienzo frente a mis ojos se iba pintando poco a poco con el color azul claro que pintaba el cielo, dejando pocos espacios blancos para simular las nubes, el pincel se deslizaba lento entre el lienzo, dejando trazos sucios, tome un poco de otro color más oscuro para hacer las sombras, disolviendo en agua para que la acuarela se hiciera aún más líquida, dejando una mancha en el lienzo que se iba extendiendo.

La música clásica que sonaba de fondo, inunda mis oídos, haciéndome sentir en una piscina, flotando solo, con las manos guiándome en una forma, los ojos se me entrecerraban mientras comenzaba a pintar con más dureza. Hice trazos más marcados, entre las nubes, agregando más colores por el suelo, entre verde amarillo y blanco, pintando las siluetas de algunas personas

Un sonido que iba más allá de la música me distrajo, volteé la mirada hacía el pasillo que daba directo hacia la puerta, el timbre volvió a sonar una vez más. Me levanté mientras bajaba el volumen de la música, seguido limpie mis manos en el trapo mojado que yacía hecho una bolita sobre mis piernas.

El timbre sonó una vez más. -¡Ya voy! -grité desesperado mientras aceleraban mis pasos hasta llegar a la manija de la puerta. La abrí dejándome ver el rostro de la persona que me fastidió mi inspiración. -Oh, eras tú. -volví a darme vuelta, decidido a seguir caminando hacia la terraza donde estaba anteriormente.

-¿Qué pasa con este lugar? -dijo, incluso pude sentir como esquivaba las miles de cosas sobre el suelo, chamarras, zapatos y una que otra mochila, creo que incluso por ahí estaban algunos pinceles que había perdido la semana pasada. Estos últimos días he estado muy concentrado en otras cosas que no me ha dado tiempo de limpiar todo el desastre- Siempre que vengo es un desastre pero esta vez en serio has traspasado el límite.

-Lo siento, prometo limpiar al rato o mañana.

-¿A dónde vas? ¿Por qué no te has arreglado? -me detuvo por el hombro antes de dar vuelta hacia la puerta de la terraza. Entonces recordé que habíamos quedado en ir al cine junto con otros amigos. Me llevé las manos a la cara, después sentí algo húmedo escurrirse por la mejilla, revise mis manos solo para confirmar que aquella mancha de pintura había sido esparcida por mi rostro.

-De verdad lo siento, Melanie... Lo olvidé por completo, solo dame diez minutos para cambiarme. -le sonreí y me di la vuelta para ir a mi habitación, me cambié tan rápido como pude y fui directo al baño a limpiarme la cara y lavarme la boca.

✩✩✩

-Ey, Elliot. -me llamó Melanie mientras salimos de la sala de cine, mis ojos apenas terminandose de acostumbrarse a la luz de nuevo y estirándome el cuerpo tras estar alrededor de dos horas sentado.

-¿Qué?

-Mi prima tendrá una presentación de baile mañana a las nueve, me dio dos boletos pero no sé con quién ir, ¿quieres acompañarme? -mencionó, apenas íbamos llegando a el coche de Melanie, dónde me había recogido horas antes.

-Sí, está bien.

-¿Seguro? -levantó las cejas mientras iba sacando las llaves de su bolso que colgaba a su costado derecho.

-Sí, solo mandame la dirección del lugar, prometo llegar temprano.

-Bien. -Nos despedimos de Oliver y Luis, me subí al otro lado del coche y Melanie me llevó de regresó a mi apartamento.

El Arte De Ser AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora