Capítulo 2

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Azura Pov's

Estoy demasiado cansada, después de cuatro días desvelándome al fin pude terminar la escultura del ave fénix que le habían encargado a Janelle para un cumpleaños algo extravagante.

Mire la hora, 3:40 de la madrugada. Le mande un mensaje para decirle que mañana el cliente podía pasar por ella, pero estaba segura de que no me respondería, ha estado ocupada cuidando de mis abuelos debido a que la enfermera renuncio por asuntos familiares y es hija única, no podía dejarlos solos. Además era madrugada, mi madre suele hibernar no dormir.

Estaba a punto de irme a la cama cuando se escucho un estruendo muy fuerte en el cielo, me asome por la ventana pero se veía bastante despejado, no había señales de que fuera a llover o a caer una tormenta. Cerré la ventana por las dudas, agarré mi celular y me recosté en la cama, lo prendí justo cuando otro estruendo se escucho y las luces se apagaron.

Mis ojos se fueron cerrando de a poco, demasiado exhaustos como para permanecer abiertos. De pronto, sentí como alguien colocaba un paño sobre mi boca y mi nariz, abrí los ojos de golpe para encontrarme con una figura cubierta de negro encima de mí, era un hombre demasiado corpulento, la colonia que estaba usando inundo mis fosas nasales, me era demasiado familiar pero por el miedo no podía recordar de donde. Me inmovilizo sin necesidad de sudar, o era demasiado fuerte o yo era demasiado débil. Inútilmente luche para quitarlo de encima pero la diferencia de tamaño me lo impidió.

En un último intento, tome la lampara de la mesita de mi cuarto y trate de noquearlo, resultándome peor. El sujeto tomo mis muñecas con una sola de sus enormes manos tratando de amarrarme, tras varios intentos por tratar de gritar, me tomo con furia y me sacó a rastras de la habitación. En un momento de desesperación por tratar de huir, me aventó por las escaleras como cualquier cosa insignificante, rodé y me golpee la cabeza un sinfín de veces, no podría contar cuantas. Lo ultimo que sentí antes de desmayarme, fue algo afilado incrustarse un poco en mi nuca.

Y desperté.

Mire mis manos y toque mi cabeza, sin duda había un leve dolor en la parte inferior de la misma pero nada preocupante, acalorada miré la hora de nuevo: 4:00 a.m., al parecer me quedé dormida veinte minutos.

-Ni tan cansada estabas, eh-. Suspiré y aún con el nerviosismo por la pesadilla que se sintió tan real, trate de cerrar mis ojos de nuevo, pero una rama del árbol de limones que daba hacia la ventana de mi habitación, me hizo sobresaltar. El colmo de la situación, la luz se había esfumado, como mis ganas de existir.

Estaba comenzando a asustarme bastante y me iba a esconder dentro de mis sabanas, cuando recordé que Janelle siempre dejaba encendida la pantalla digital donde trabajaba, así que prendí la linterna de mi celular y fui directo al despacho. El pasillo se veía realmente oscuro y me sentí de nuevo como una niña de 4 años que espera que su papá la cargue y le diga que todo está bien y no hay nada de qué preocuparse, pero la vida es injusta y me encuentro sola a mis 23 años, con unos padres divorciados y sin éxito en la vida.

Cuando llego a la puerta del despacho, las luces se encienden otra vez y dejo salir el aire que no sabía que estaba reteniendo

- Que cobarde soy, pena ajena debo dar

Cruce el despacho llegando al otro lado del escritorio y como espere, la pantalla digital de Janelle estaba encendida, busque el enchufe para desconectarla directamente pero después de hacerlo me di cuenta de que aun estaba encendida, solo que esta vez, la pantalla no estaba en blanco.

Se podía apreciar una ciudad completa, era como si la estuviera viendo detrás de una ventana, como si me encontrara en un edificio apreciando la vista... Y se veía realmente genial, era como si no lo estuviera viendo a través de una pantalla, sino con mis propios ojos.

- Espectacular - dije asombrada llevando la palma de mi mano directo a tocar el cielo, pero mi mano pudo tocar más allá...

¡¿CÓMO DEMONIOS MI MANO PUDO TOCAR MÁS ALLÁ?!

Todo paso demasiado rápido, sentía como estaba cayendo y al final mi cuerpo impacto con una superficie dura, haciendo que el sueño me invadiera por completo, de nuevo.

****

Abrí un poco los ojos pero los cerré al instante, la luz me encandilaba demasiado, suspiré y volví a tratar de abrirlos, me levanté un poco de la cama con cuidado debido a que por alguna extraña razón, me sentí adolorida y un tanto mareada.

En cuanto me senté pude apreciar mejor la habitación en la que me encontraba y que claramente no era la mía, todas las paredes eran de un color blanco y le daban a la habitación un toque de elegancia. Había un pequeño balcón del lado izquierdo de la cama, era por donde estaba entrando la luz puesto que se encontraba entreabierto, había un armario enorme frente a la cama y del lado derecho de la misma se encontraba una puerta entreabierta que parecía ser el baño.

Mire mi ropa, tenía puesto mi camisón blanco, trate de reorganizar mis pensamientos tratando de recordar como demonios había terminado en una habitación que no era la mía, pero no recordaba nada.

Comencé a desesperarme tratando de recordar algo pero mi cabeza estaba en blanco, sólo recordaba una escultura que estaba haciendo pero no sabía con exactitud qué día había sido ese.

¿Tengo padres? ¿Tengo hermanos? ¿Me emborrache tanto ayer que ni siquiera puedo recordar eso? ¿Acaso tomo?

- ¿Por qué no puedo recordar nada? - dije en voz alta mientras unas cuantas lagrimas traicioneras bajaban por mis mejillas, no me di cuenta de cuánto tiempo paso hasta que sentí como el colchón se hundía un poco a mi lado

- ¿Cómo te encuentras? - dijo un chico apareciendo de la nada. Era un chico pelirrojo, tenía unas cuantas pecas en sus pómulos y unos ojos cafés muy expresivos, se notaba que se ejercitaba por como la playera se ceñía sobre su cuerpo

- ¿Bien? - dije mientras inspeccionaba sus facciones, tratando de recordarlo

¿Lo conocía?

El chico solo asintió mientras se movía hacia el armario y sacaba un vestido rojo de manga corta y lo dejaba frente a mí

- Te puedes poner esto para sentirte más cómoda, lo traje hoy en la mañana para ti - sonrió - En cuanto estés lista baja a desayunar, ya es algo tarde

Estaba a punto de irse, haciendo que mi desesperación saliera a flote.

- Espera - dije tratando de ponerme de pie, pero sentí un mareo terrible en cuanto lo intenté, así que el chico tuvo que ayudarme a sentarme de nuevo en la cama

- No deberías hacer movimientos muy bruscos - dijo mientras me daba un poco de espacio y esperaba paciente a que continuara hablando

- ¿Nos conocemos? - frunció el ceño, así que seguí hablando tratando de explicarme - Es que yo, es que no logró...

- Te encontré ayer en el bosque - me interrumpió - estabas tirada con ese camisón, había salido a trotar porque no tenía sueño así que te traje pensando que estabas lastimada - ambos guardamos silencio unos momentos, yo porque estaba procesando su información y él porque no entendía nada - ¿No recuerdas nada? - negué - ¿Ni a tus padres? ¿Hermanos? ¿De dónde eres? - negué a todo lo que decía, por lo que termino suspirando y pasando una de sus manos por su abundante cabellera pelirroja - Por el momento ponte cómoda y baja a desayunar

Abrí mis ojos con sorpresa y con un poco de desconfianza, ¿y si me habían secuestrado? Al ver mis expresiones, rápidamente añadió

- No te secuestre ni nada por el estilo, lo que te digo es verdad - sonrió mostrando su perfecta dentadura y prosiguió - Es normal que desconfíes, y puedes seguir haciéndolo mientras desayunas algo

Y sin más salió de la habitación dejándome sola, solté el aire que no sabía que estaba reteniendo, me di una ducha rápida y me cambie. El vestido estaba muy hermoso y me quedo a la perfección, así que respire profundo y salí de la habitación.

El chico no parece mala persona, y siendo sincera me estoy aventurando mucho confiando en alguien que no recuerdo pero por el momento es lo único que tengo y a lo que me puedo aferrar, me siento demasiado perdida y tengo unas inmensas ganas de llorar

¿Por qué no recuerdo mi vida?

Between two WorldsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora