«No soy como crees.»

23 1 0
                                    

Capitulo 11: «No soy como crees»

-Dante, ¿Me permites?.-Dije sorprendiéndolos a ellos y a mí mismo, ¿Qué carajos estaba pensando?, ¿cómo había caminado hasta acá sin darme cuenta?, ambos se miraron entré si y luego me miraron a mí, Jazmín fruncio el ceño y Dante me miró confundido.

-Claro.-Claro dijo dudoso, para después ir a dónde Jeyden en la barra, él cual me miraba divertido.

-¿Bailamos?.-Le pregunté a Jazmín extendiéndole mí mano.

-No, estoy cansada.-Se quejó frunciendo el ceño.

-¿Vamos fuera?.-Le pregunté apuntando con mí pulgar la puerta trasera a mis espaldas, ella me miró analizando la situación unos instantes.

-Vale, pero sólo un rato.-Asistió y yo sonreí cómo el gato de Alicia, caminamos entré la sudorosa multitud hasta la puerta, al salir al jardín un aire fresco nos envolvió de inmediato.

-¿Quieres mí chaqueta?.-Le pregunté a la rubia cuando se abrazó a sí misma frotando sus brazos.

-No, estoy bien.-Dijo sin mirarme.

-Venga, te vas a resfriar.-Dije quitándome la chaqueta de cuero negros y poniéndosela por encima de los hombros.

-Gracias.-Dijo pasado sus brazos por las mangas.-¿Por qué huele a mujer?

-¿Realmente quieres saber?.-Pregunte tirándome en el césped.

-Mejor no.-Dijo ella con cara de asco haciendo lo mismo, un silencio nos envolvió pero no era incómodo, era... agradable.

-¿Desde cuándo conoces a Eitan?.-Preguntó de repente.

-¿En verdad me preguntas por él en lugar de mí?.-Pregunté negando divertido, ella se encogió de hombros.-Desde que llegué de México.-Dije mirando la luna.

-¿Y eso fue...?.-Preguntó.

-Desde que tenía 16, ahora tengo 19, así que desde 4 años.-Dije sorprendiéndome por todo el tiempo que llevamos de amistad.-¿Por qué la pregunta?

-Es que veo lo unidos que son.-Dijo dirigiéndome una mirada fugas.-Yo nunca he tenido una relación así con alguien fuera de mi familia.-Se encogió de hombros.

-¿Por qué no?.-Pregunté mientras prendía el cigarro y le daba la primera calada, ella soltó un largo suspiro.

-Porque se fueron cuando ya no les gusto el mostró en el que ellos mismo me habían convertido.-Dijo viéndome.-Pasé por muchas cosas y ellos simplemente se alejaron poco a poco, decían que sólo quería llamar la atención y que debería ser más fuerte, pues bien, me obligue a mí misma a endurecer mí corazón...-Podía ver el dolor y un poco de enojo en sus ojos verdes.-Empecé a tratar a las personas como se merecían ser tratadas, terminaron por decir que había cambiado para después desaparecer.

Me quede en silencio un instante.

-Eso ha sido intenso, yo no pienso que seas un monstro, además que eso se ha quedado atrás, ahora nos tienes a nosotros.-Sonreí y ella sonrió para después voltear a otra parte y yo darle una calada a mí cigarro.

-Y ahora tú.-Dijo dándome un pequeño golpe en el brazo.-Cuéntame, ¿Por qué eres así?

-¿Así, cómo?.-Pregunté elevando las cejas.

-Pues así, tan "chico malo".-Dijo haciendo comillas con los dedos.

-¿Chico malo?.-Me reí dándole mí última calada al cigarro para después tirarlo.

-Alguien que va por la vida fallando a cuanta chica se le pone en frente, no puede ser un chico bueno.-Sonrió con superioridad.

-Es sólo un juego, no me gustan los compromisos.-Dije con los músculos tensos, ella se paró del césped.-Y no es cómo que las veo, me ven, lo hacemos y ya, las trató de tiempo atrás, podrían estar enfermas o algo.-Dije parándome enfrente de ella.-Por lo menos 30 minutos.

-Interesante.-Asistió sonriendo, mantuve mí vista en sus ojos.-No te creo eso de tratarlas, pienso que no tienes idea de cómo tratar a una mujer.

-Puedo parar cuando quiera.-Dije mirándola a los ojos.-Y sí que las sé tratar.

-¿A sí?.-Pregunto con una sonrisa demasiado grande.

-Sí.-Contesté cerca de su cara.

-Pues hagamos una apuesta.-Dijo y yo la miré con una ceja arriba.

-¿Sobre qué?.-Pregunté ocultado mi nerviosismo.

-Tienes que ser todo un Romeo con una chica...-Dijo después de pensarlo un rato.

-Vale, ¿pero, con quién?.-Pregunté y sonrió con malicia de nuevo.

-Tú escoge.-Se elevó de hombros, sonreí cómo el gato de Alicia pues ya tenía en mente con quién sería.-Sólo una última cosa...

-¿Qué?.-Pregunté

-No podrás acostarte con nadie, ni siquiera con ella hasta qué todo terminé.-Decreto, al momento abrí los ojos como platos.

-¿Es broma, no?.-Ella negó.-¿Por cuánto tiempo?.-Pregunté

-Un mes.-Dijo sin pensarlo.

-Vale.-Conteste después de un suspiro, ahora ella abrió los ojos como platos y borró su sonrisa por unos segundos.

-Valla, pensé que te negarías.-Dijo.

-Sí, sólo una última cosa...-Dije mientras daba un paso hacia ella.

-¿Qué?

-¿Quieres jugar conmigo antes de empezar el juego?.-Pregunté tomándola de la cintura, abrió un poco los ojos pero al instante sonrió.

-¿Qué hay del código?.-Preguntó con sus manos en mí pecho.

-A la mierda con ese maldito código.-Dije ella pasó sus brazos por mí cuello, poniéndose de puntillas para alcanzar mí oído, pensé que aceptaría pero entonces...

-No soy cómo crees, cariño.-Dicho esto levanto su rodilla con fuerza dándome en la entrepierna, caí al suelo sofocado, viendo a sus lindas piernas caminar hasta la casa de nuevo, me dolía cómo mil demonios, pero igual sonreí, esa chica estaba loca... y me encantaba.


Mi salvación. #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora